La crisis reputacional de los agricultores murcianos, el incremento de los costes, el problema del agua y la nueva PAC son algunos de los temas que trata el consejero de Agricultura de la Región de Murcia en esta entrevista
Raquel Fuertes. Murcia.
Para 2022 Antonio Luengo pide que se empiece a hablar de la agricultura “en positivo”. Tras un año complicado en el que a las dificultades de la pandemia y del incremento de costes se ha sumado una crisis reputacional, con el Mar Menor de fondo, que ha puesto a los agricultores murcianos en el punto de mira de la opinión pública, el consejero defiende el papel de los profesionales del campo por su buen hacer agrícola y por su papel como “garantes del medioambiente”. Luengo quiere que la sociedad conozca qué hacen los agricultores para que recuperen el prestigio que merecen. Y, de nuevo, el problema del agua que suma a los estragos del cambio climático los cambios previsibles en el trasvase Tajo-Segura. Pide “un adecuado plan hidrológico nacional” que lleve el suministro de agua al terreno de las necesidades y no de la política. En el marco europeo, la PAC, una nueva versión que esperaba “disruptiva” se muestra decepcionante por su continuismo. Afortunadamente, el campo murciano no para y sus cifras de producción y exportación demuestran su enorme relevancia para la economía murciana y nacional.
Valencia Fruits. En estos tiempos tan complicados el agricultor murciano está teniendo que lidiar contra algo más que los propios elementos de clima, campañas y mercado: una crisis reputacional. ¿Qué está pasando?
Antonio Luengo. Es algo difícil de entender. Si echamos la vista atrás, hace dos años, justo antes de la pandemia, los agricultores estaban en la calle exigiendo lo mismo que hoy: precios justos y reconocimiento social. En el paréntesis su comportamiento ha sido ejemplar, favoreciendo que en ningún momento faltara alimento en toda Europa mientras sí faltaron mascarillas o EPIs, por ejemplo. ¿Cómo hubiera sido si tuviésemos una dependencia de los alimentos?
Por otra parte, siempre su papel es fundamental como garantes del medioambiente. No podemos olvidar que, si no fuera por la agricultura, como consecuencia del clima, esto sería ya un desierto. Hay que decidir entre vergel y erial y los agricultores, con su resiliencia, han sido capaces de asumir y adaptarse a muchos cambios en muy poco tiempo. Sin embargo, hay quienes quieren hacer una campaña de desprestigio del sector primario. No podemos permitir que se demonice a un sector que no solo es esencial sino también ejemplar.
Siempre se ha producido con las mejores técnicas disponibles en cada momento y las técnicas de la actividad agrícola de hoy no son las mismas que hace 30 años. Se ha invertido en investigación, en innovación y en tecnificación. Ese conocimiento se ha transmitido al agricultor y ha permitido tener hoy mejores técnicas disponibles. El agricultor utiliza esas técnicas y consigue minimizar el impacto de su actividad sobre los suelos, para optimizar el consumo de agua, para, en definitiva, hacer una gestión adecuada de todos los insumos. O sea, optimiza los recursos a través de una adecuada gestión.
“Justo antes de la pandemia, los agricultores estaban en la calle exigiendo lo mismo que hoy: precios justos y reconocimiento social. En el paréntesis su comportamiento ha sido ejemplar, favoreciendo que en ningún momento faltara alimento en toda Europa mientras sí faltaron mascarillas o EPIs. ¿Cómo hubiera sido si tuviésemos una dependencia de los alimentos?”
¿Por qué la sociedad no lo ve así? Quizás porque no se lo hemos contado. Nuestra asignatura pendiente es la comunicación. En nuestra Región la percepción que tiene el ciudadano de a pie sobre el agricultor no es positiva porque se ha creado una imagen que no se corresponde con la real y llegamos a situaciones tan tristes como que los propios cooperativistas no quieran que sus hijos continúen con sus explotaciones.
VF. ¿Qué se puede hacer para revertir esa situación y que el agricultor recupere la reputación que le corresponde?
AL. Hay que hacer una inversión que permita explicar qué hace el agricultor. Aquí tendríamos el caso concreto del Campo de Cartagena, con el Mar Menor, que es una oportunidad que se nos ha presentado: nos ha tocado demostrar al mundo que somos el laboratorio de Europa y que vean nuestra capacidad de adaptación a un modelo de producción totalmente sostenible. Allí casi el 100% del agua se utiliza en forma de riego localizado y se aplican técnicas de agricultura sostenible de precisión: aplicación del agua y el fertilizante exacto que necesita la planta en cada momento. Se exige el uso de sondas en los sistemas de riego para no desperdiciar ni una gota, llegando a la última raíz, pero solo en los momentos en los que la planta lo necesita realmente según su grado de evapotranspiración.
También se han instalado sistemas de recogida de aguas en los invernaderos para poder reaprovechar esa agua. O los setos vegetales que pretenden minimizar las escorrentías y garantizar el equilibrio biológico natural.
Estos son algunos ejemplos de la responsabilidad ambiental del agricultor. En nuestra Región el compromiso ambiental está por encima del 65% cuando las exigencias de la nueva PAC están en el entorno del 35%. Esto da una idea de nuestro compromiso con el medioambiente en Murcia. Ahora es el momento de explicarlo y explicarlo muy bien. Hay que ser capaces de explicar a la sociedad qué hace un agricultor y hacer saber que siempre utiliza las mejores técnicas disponibles. Cuando hay nuevas exigencias solo demandan que se les proporcionen las herramientas adecuadas para acatarlas y así lo hacen gracias a su capacidad de resiliencia y adaptación. No podemos olvidar que los agricultores son los principales garantes del equilibrio medioambiental.
“En nuestra Región el compromiso ambiental está por encima del 65% cuando las exigencias de la nueva PAC están en el entorno del 35%. Esto da una idea del nuestro compromiso con el medioambiente”
“Hay que ser capaces de explicar a la sociedad qué hace un agricultor y hacer saber que siempre utiliza las mejores técnicas disponibles (…). Los agricultores son los principales garantes del equilibrio medioambiental”
VF. ¿Cómo se está apoyando al agricultor en este momento tan complicado desde la Consejería?
AL. Siendo conscientes de que ha de cumplirse la transposición de toda la normativa europea, se han establecido regulaciones a nivel autonómica para garantizar que las medidas que se llevan a cabo dentro del sector primario garantizan la sostenibilidad ambiental. Pero no solo es legislar, sino que entendemos que es necesario formar e informar al agricultor para que interiorice desde el código de buenas prácticas que se redactó hace años para todo el sector primario, también los programas de actuación en las zonas vulnerables para minimizar el impacto de los nitratos sobre los acuíferos y, evidentemente, con la Ley 3/2020 de Protección del Mar Menor.
Podría calificar esta legislación en el entorno del Mar Menor como la más exigente del mundo en cuanto a requisitos que ha de cumplir el sector primario.
Para que el agricultor tenga conocimiento de todo esto y sepa calibrar su importancia desde ese conocimiento una vez interiorizado, se han hecho cursos presenciales y online y también se ha colaborado con las organizaciones agrarias o las cooperativas y nos vamos adaptando a las necesidades de cada momento, teniendo en cuenta que los requisitos son cada vez más exigentes. Lo sabemos y lo sabe el agricultor, pero hay que salir de la zona de confort y tener una visión más abierta e irnos adelantando. Desde la modernización de regadíos hasta las exigencias del Pacto Verde. Nuestro papel es poner sobre la mesa tanto estas herramientas de formación como de dotación económica para apoyar al agricultor a enfrentarse a los retos que tenemos por delante. Porque o nos adaptamos o desaparecemos.
LA PAC
VF. También la nueva PAC crea un entorno al que deben adaptarse los agricultores murcianos, ¿qué cambios va a suponer? ¿En qué puntos hay que trabajar para que resulte beneficiosa para el campo murciano?
AL. Estamos muy preocupados con la nueva PAC. Me atrevería a decir que estoy desilusionado. Al final no ha sido una PAC disruptiva como anunciaba el ministro, sino que, por desgracia para la Región de Murcia, ha sido una PAC continuista. Ya partíamos de una mala situación de partida para atender a los más vulnerables. Y es que que la PAC pretende garantizar la competitividad de ciertos sectores estratégicos para la producción de alimentos. Es fundamental el principio básico del desarrollo sostenible, el equilibrio entre el desarrollo económico, el social y el medioambiental. Si un agricultor no es competitivo, tiene que abandonar su explotación. Y en este proceso llegamos a la despoblación. Antes que tener que luchar contra la despoblación no podemos dejar de ver que tenemos la herramienta para fijar la población en la agricultura y la ganadería.
“Estamos muy preocupados con la nueva PAC. Me atrevería a decir que estoy desilusionado. Al final no ha sido una PAC disruptiva como anunciaba el ministro, sino que, por desgracia para la Región de Murcia, ha sido una PAC continuista”
“Si un agricultor no es competitivo, tiene que abandonar su explotación. Y en este proceso llegamos a la despoblación. Antes que tener que enfrentarnos a luchar contra la despoblación contamos con la agricultura y la ganadería como herramienta para fijar la población”
En esta nueva PAC nos preocupa que hay una bajada importante de la percepción por el pago básico (alrededor del 8,8%) y también que para percibir el Pago Verde (antes se percibía de manera directa) ahora va a haber que cumplir con los ecoesquemas (a los que no nos oponemos, que quede claro).
Teniendo en cuenta nuestras peculiaridades, hemos pedido la elaboración de un ecoesquema para poder luchar contra la desertificación en este proceso de cambio climático. Tenemos unas zonas especialmente áridas y la agricultura se presenta como la principal herramienta para luchar contra el cambio climático.
Más allá de que en un mismo producto producido en diferentes comunidades puede haber hasta un 770% de diferencia en cuanto al pago básico y nosotros pedíamos la armonización con la nueva PAC, de la nueva PAC nos preocupa que va a haber sectores que van a salir muy perjudicados en Murcia como los frutos secos o la ganadería de intensivo.
En frutos secos, teniendo en cuenta las variables de la pluviometría y la pendiente, probablemente más del 50% de la superficie de frutos secos deje de percibir ayudas de la PAC. Están en las zonas más desfavorecidas, de secano rabioso, sobre todo en el noroeste. Esto puede provocar el abandono de explotaciones y despoblación.
Y la ganadería de intensivo que no tiene tierra asociada se queda sin ayuda. También la flor cortada es para nosotros un sector estratégico y necesitaríamos que se tuviera en cuenta en la nueva PAC. Sin olvidar el arroz, problema que compartimos con la Comunidad Valenciana, donde va a ser difícil de cumplir con los ecoesquemas que se han planteado. Aquí está prohibido quemar y necesitamos medidas que compensen.
Estas son las principales debilidades que encontramos en la nueva PAC para la Región de Murcia. Nosotros entendemos que las ayudas tienen que ir para las personas que se llenan los pies de tierra, para los agricultores profesionales. Para dignificar la actividad primaria, hay que invertir, garantizar el relevo generacional, apostar por la mujer… pero lo más importante es profesionalizar. Por eso nos opusimos a la definición de agricultor activo, trabajamos, liderados por nuestro presidente, Fernando López Miras, con las organizaciones agrarias y cooperativas y trasladamos al ministro una propuesta de acuerdo de mínimos. Pero aún no hemos logrado que se articulen mecanismos compensatorios con los sectores más perjudicados.
“Las ayudas tienen que ir para las personas que se llenan los pies de tierra, para los agricultores profesionales. Para dignificar la actividad primaria, hay que invertir, garantizar el relevo generacional, apostar por la mujer… pero lo más importante es profesionalizar”
En definitiva, vemos que una herramienta encaminada garantizar la competitividad de los más vulnerables como es la PAC no cumple con ese objetivo.
VF. Además, todo esto ocurre en un momento muy complicado. ¿Qué opina sobre el incremento de costes que se denuncia desde todos los eslabones de la cadena agroalimentaria?
AL. Es una realidad que, al menos a corto plazo, tenemos una dependencia energética brutal al no contar con fuentes productoras de energía. No hay previsión de que la subida del gas y la de las principales materias primas se frene en los próximos años y, por tanto, eso va a encarecer todo. No olvidemos que la energía se ha incrementado casi un 300%; el combustible, un 80%; los piensos, un 25%… Muchos insumos superan incrementos del 150%. Hasta ahora los agricultores están absorbiendo estos incrementos sin que se repercuta sobre el cliente, pero esto tiene un límite y llegará el momento en el que el agricultor hará notar que no puede producir a esos precios. Entonces se trasladarán los incrementos en los costes de producción hacia los precios que paga el cliente final. Y ahí se puede producir un rechazo porque el cliente no siempre puede pagar los productos al precio que la situación requiere. En este punto entramos con la competencia desleal: el cliente que está en una ciudad europea alejada de nuestra realidad tiene sus propios requerimientos y productos de países terceros pueden presentarse a sus ojos como una buena alternativa. Ese consumidor se rige por tres criterios: precio, que el producto sea saludable y que el agricultor cumpla con sus responsabilidades en materia medioambiental y tenga una producción sostenible. Pero la variable precio se impone sobre el resto. Aquí es donde entra en juego una adecuada gestión geopolítica para evitar una competencia desleal con terceros países. Hay que garantizar los puntos de inspección fronteriza y que haya una unidad de criterio dentro de la Unión Europea.
VF. ¿En qué se deja sentir especialmente el incremento del precio de la energía sobre la producción agrícola murciana?
AL. En el precio del agua. En Valencia y Murcia tenemos una dependencia absoluta de la relación entre agua y energía. Usar energía para producir agua cuesta mucho dinero, tanto para el bombeo como para la depuración o la desalación. No ocurre lo mismo en otras zonas productoras de España en las que el incremento del coste energético afecta solo a determinadas instalaciones o sistemas de producción.
El agua
VF. Hablando del agua, este año será recordado también por el regreso de las polémicas del trasvase Tajo-Segura. ¿Cuál es la situación actual y cuál es la posición de la Región de Murcia frente a las propuestas del Miteco?
AL. Nosotros identificamos siete ataques directos del Gobierno de España al trasvase. No nos ha pillado por sorpresa porque en abril de 2018 Pedro Sánchez ya dijo que su objetivo era cerrar los trasvases. Lo que me llama la atención es que de los cuarenta trasvases que puede haber en España solo se habla del Tajo-Segura. ¿Por qué? Hay un objetivo político y se están cuestionando los estudios sobre caudales ecológicos hechos desde 2013. Estoy convencido de que si el ciudadano de Toledo tuviera la información de lo que supone este trasvase para Murcia no lo cuestionaría.
“Identificamos siete ataques directos del Gobierno de España al trasvase (…) en 2018 Pedro Sánchez ya dijo que su objetivo era cerrar los trasvases. Lo que me llama la atención es que de los 40 trasvases que puede haber en España solo se habla del Tajo-Segura. ¿Por qué?”
Nosotros compartimos que el río Tajo tiene un problema de salubridad. Pero aumentar los caudales ecológicos para reducir la contaminación en lugar de atacar en el origen de esa contaminación es lo que no entendemos. Hay que dejar de verter. No es lógico que no haya inversión en depuración mientras que aquí depuramos el 99% del agua y de ese porcentaje se regenera el 98%. El 15% del agua que usan nuestros regantes procede de la depuradora. Sin embargo, en el Alto Tajo no hay inversión en depuración. Junto con las consejeras de Valencia y Andalucía pedimos a la ministra que los fondos europeos se destinen a mejorar la depuración para dejar de verter y que se mantuviesen los caudales ecológicos. No se trata de diluir la contaminación sino de evitarla.
“Aumentar los caudales ecológicos para reducir la contaminación en lugar de atacar en el origen es lo que no entendemos. Hay que dejar de verter.
No es lógico que no haya inversión en depuración mientras que aquí depuramos el 99% del agua”
Porque si se trata de renaturalizar todo, ¿se eliminan los pantanos de Entrepeñas y Buendía? ¿Qué pasaría si no contásemos con esas infraestructuras? Nosotros abogamos por lo contrario: la interconexión entre cuencas. Como ejemplo vemos lo que está pasando estos días con el Ebro.
Nadie cuestiona que la energía eléctrica deba llegar a todos los puntos de España, independientemente de su ubicación y del número de usuarios sin que nadie se cuestione ni la necesidad del suministro ni el coste, igual debe ocurrir con el agua. Tal vez no pagando lo mismo (algo que sí ocurre con la electricidad), pero sí con la misma facilidad de acceso y sin que nadie se lo cuestione. ¿Por qué no hay una distribución adecuada del agua en toda España? ¿Por qué no hay una armonización de precios? Aquí se trata de hacer un adecuado plan hidrológico nacional, que lo podemos llamar de otra manera, pero es lo que habría que hacer.
Sin embargo, vemos que se está cumpliendo la hoja de ruta del Miteco y del gobierno de Pedro Sánchez. Lo único que podemos hacer nosotros es sensibilizar. Hemos sentado a los máximos expertos en hidrología y están preparando un documento de alegaciones a la propuesta del plan de cuenca que hemos de presentar estos días. Trabajamos con los compañeros de Valencia y Andalucía…
Hemos intentado integrar a Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura porque considero fundamental que nos sentemos todas las comunidades implicadas. Podemos aportarles también nuestra experiencia en depuración, por ejemplo, para lograr que pueblos castellanos tengan agua potable también en verano.
Nosotros trabajamos en la modernización de regadíos y en todo lo que está a nuestro alcance porque sabemos que no podemos estirar más el chicle del agua en el Levante. Pero necesitamos que el Gobierno de España revierta su idea inicial.
“Nosotros trabajamos en la modernización de regadíos y en todo lo que está a nuestro alcance porque sabemos que no podemos estirar más el chicle del agua en el Levante. Pero necesitamos que el Gobierno de España revierta su idea inicial”
VF. ¿Cree que la opinión pública es consciente de esta situación?
AL. Hay poca gente se esté dando cuenta de lo que ocurre o puede ocurrir porque hoy los usuarios abren el grifo y tienen siempre agua. No ven la amenaza porque ahora contamos con infraestructuras que impiden el corte del suministro. Almacenamos y gestionamos el consumo del agua para garantizar que en los hogares, en las industrias y en las explotaciones haya siempre agua. Pero eso tiene un límite. Si, según lo propuesto, se reduce en un 50% la aportación del trasvase por el incremento de los caudales ecológicos va a ser tarde y no vamos a poder reaccionar porque la población no está sensibilizada frente a la concreción de esta amenaza. Estoy preocupado.
Luego entramos en el debate de desalación sí o no. En un momento de la historia se decide un trasvase del Ebro hacia Levante, se aprueba, se consigue la financiación y el gobierno de Zapatero lo paraliza. Eso trastocó todo y se decidió apostar por la desalación. Y olvidamos el problema medioambiental. Tanto que hablamos de las emisiones de CO2 y de compensación, ¿alguien se ha parado a ver cuánto cuesta la producción de 1 m3 de agua desalada? El coste energético es tremendo, con un impacto muy negativo. Por eso entendemos la desalación como un complemento, al igual que la reutilización de las aguas depuradas como decía antes.
Así, en un año bueno el volumen de agua que viene del Tajo son 300 Hm3, de los cuales 100 son para consumo humano. En nuestras depuradoras somos capaces de producir más de 100 Hm3. Eso es lo que hay que hacer. Eso se llama mantener la excelencia en el ciclo del agua, algo en lo que mi presidente me insiste todos los jueves. No solo hablamos del agua del Tajo, hay que hablar de todo en conjunto y explicarle al mundo qué hacemos con el agua, cómo se producen los alimentos y qué tipo de uso se le da a ese recurso. No queremos hablar de “guerra del agua” sino contar qué hacemos y para qué, sin politizar.
VF. ¿Cuáles son los objetivos del gobierno murciano con respecto al agua del trasvase?
AL. Nosotros tenemos que ser realistas. Para evitar que se cumpla la hoja de ruta del gobierno de Sánchez tenemos que trabajar por la sensibilización, ser capaces de explicar por qué no han de incrementarse los caudales ecológicos que provoquen que llegue menos agua al Levante y usar todos los mecanismos jurídicos y legales a nuestro alcance. No nos planteamos un futuro sin el agua del trasvase. No vamos a renunciar a ella bajo ningún concepto y vamos a defender a muerte lo que consideramos que es justo. No vamos a permitir una reducción que ponga en riesgo el desarrollo económico-social y, no lo olvidemos, medioambiental.
Queremos conseguir con la comunicación y coordinación entre comunidades llevar a cabo ese plan hidrológico nacional que permita conseguir la equidistribución de agua a un precio armonizado.
VF. ¿Cómo tienen previsto sortear las dificultades que cada día se agudizan más con el cambio climático?
AL. Tenemos una estrategia de adaptación y mitigación del cambio climático. El año pasado se llevó a cabo la declaración de emergencia climática y estamos desarrollando medidas concretas para cumplir con esa estrategia para minimizar la emisión de gases de efecto invernadero para cumplir con la reducción del 26% antes del 2030 y desarrollar la sensibilidad sobre la reducción del impacto de nuestras actividades sobre el medioambiente. Se está invirtiendo también en la gestión de los montes ya que la gestión silvícola va a contribuir también en la captación de CO2 y minimizar el impacto del cambio climático. Hay que mantener los montes de la forma adecuada. Además, se ha puesto en marcha un mecanismo que son los acuerdos voluntarios para cualquier entidad que desee puede hacer el cálculo de la huella de carbono de su actividad y nosotros le damos la posibilidad de compensarla, de forma voluntaria, con actuaciones de reforestación o de mejora de zonas incendiadas en los montes.
Presente y futuro
VF. El sector ha seguido adelante y con fuerza en estos tiempos de crisis, ¿cuáles son las grandes cifras del sector en este año en cuanto a volumen de producción y de negocio? ¿Qué supone el sector agroalimentario dentro de la economía murciana?
AL. El sector agroalimentario representa el 20% del PIB de la Región de Murcia, de hecho, la industria agroalimentaria creció en los primeros meses del año un 34%, crecimiento superior al de la media nacional que se situó en el 12,5%. Por delante de Murcia se situó Asturias, con un 34,5% de crecimiento.
En cuanto a los datos macroeconómicos podemos resumirlos en que la industria agroalimentaria contribuye con 6.500 millones de euros al PIB de la Región, las exportaciones en 2020 generaron 5.532 millones de euros y mantienen más de 73.000 puestos de trabajo.
VF. ¿Cómo calificaría la actual situación del sector hortofrutícola murciano?
AL. Está en un punto crítico. Tenemos demasiadas amenazas encima de la mesa. El precio y la incertidumbre sobre el agua, el incremento de precio de los insumos y materias primas, la creciente exigencia ambiental (con la que estamos de acuerdo, pero sin olvidar que hay que lograr el equilibrio para garantizar la competitividad)… Pero tenemos que tener en cuenta sus fortalezas: la resiliencia, la capacidad de adaptación, de ir por delante. Tenemos que ayudarles frente a los nuevos retos, hay que poner herramientas sobre la mesa y ayudar económicamente para garantizar la competitividad, pero también para adaptar sus ciclos productivos. Un ejemplo es la inversión de más de 19 millones de euros para mejorar la industria agroalimentaria, optimizando procesos y utilizando la última tecnología.
Queremos conseguir que las incertidumbres se diluyan y que pesen más las fortalezas para seguir posicionándonos mundialmente como proveedores de un producto vital y puntero. No solo por la evidente calidad del producto sino también por el sistema de producción.
VF. ¿Qué se está haciendo desde la Consejería en este contexto?
AL. Hemos pedido al Ministerio que articule mecanismos para compensar el precio de la energía en el sector primario, que haya un refuerzo en el cumplimiento de los acuerdos comerciales con terceros países, que haya un refuerzo en los puntos de inspección fronteriza y armonizar el criterio de inspección. También estamos trabajando con los diferentes sectores para ver cómo podemos seguir avanzando. Apostamos por la innovación, hemos hecho cuatro convocatorias para crear grupos de innovación para unir ciencia, empresas y colectivos para aportar soluciones a problemas concretos. Ya se han beneficiado de estas ayudas 37 proyectos. Queremos conseguir esas mejores técnicas disponibles de las que hablaba antes. Y a través de los 12 centros de formación que tenemos en nuestra Región trasladamos esa información al agricultor para que pueda aplicarla con la máxima celeridad.
Si olvidar que tenemos el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Medioambiental, donde investigan para crear soluciones que generen certidumbre sobre diferentes retos que tenemos por delante como crear variedades más resilientes que mejoren nuestros procesos productivos.
VF. ¿Cómo le gustaría que fuese recordado 2022 en la historia del sector hortofrutícola de la Región de Murcia?
AL. Me gustaría que se recordara como el año en el que imperó el raciocinio y que se dejó de cuestionar el trasvase Tajo-Segura, que se dio el reconocimiento social hacia el sector primario y cuando se consiguió que la sociedad sepa qué hacen y cómo lo hacen nuestros agricultores y ganaderos. Y, por supuesto, que se consiguieran precios justos para nuestros productores. Que se empezara a hablar, en definitiva, en positivo.
Las principales campañas hortofrutícolas en 2021
“La campaña de la fruta de hueso 2021 en la Región de Murcia no ha sido la esperada ya que, las bajas temperaturas registradas provocaron grandes daños tanto en la floración, como en algunos frutos recién cuajados. Como consecuencia, la producción final alcanzada ascendió a 373.000 toneladas, un 4% menos que en el año anterior. Este descenso en mayor si lo comparamos con la producción de 2017, suponiendo una bajada en la producción de este cultivo del 22%.
Atendiendo a los productos con mayor merma de producción tenemos el albaricoque, con más de un 15% respecto al año anterior y un 40% respecto al año 2017. Dentro del grupo de albaricoques, las variedades que se vieron más afectadas fueron las tempranas con un 60% de reducción, y llegando a las tardías con una reducción del 35%. También es destacable la reducción de cosecha, dentro del grupo del melocotonero, en paraguayos, con un 30%.
En cuanto a los cítricos, para la presente campaña 2021/2022 se espera una reducción del 8% del total de cítricos, con una representación del 10,6% menos en limonero, casi 80 millones de kilos menos que en la campaña anterior. La mayor reducción porcentual se espera en limón Verna, casi un 31% menos. La producción de cítricos regional supera el millón de toneladas. De hecho, la Región de Murcia, se ha consolidado como principal zona productora de limón con más de un 50% de la recolección española.
En 2020, el total de frutas y hortalizas producidas en Murcia fue de 3.394.633 toneladas. De ellas, 640.000 toneladas, es decir, el 19% fueron limón. Además, el limón es precisamente el producto que más valor genera en las exportaciones, superando en 2020 los 500 millones de euros. Con respecto a los productos a los productos hortícolas con mayor peso en la producción final (y en las exportaciones) nos encontramos la lechuga, el melón, la sandía, el pimiento y el tomate. En el ejercicio 2021, la producción de estos 5 productos asciende a 1,23 millones de toneladas, un 5,3% más que en el año anterior. Por productos destaca la lechuga con 420.000 toneladas de cultivo, el melón con 206.000 t (un 15% más que el año anterior por el crecimiento de la superficie de cultivo), la sandía con 202.000 t, el pimiento con 181.600 t (frente a las 165.000 t del año anterior, destacando el crecimiento del 82% de superficie en cultivo protegido frente aire libre) y, por último, el tomate con 223.000 t.
Al cultivo del almendro, cuya importancia es manifiesta, se destinan 83.000 hectáreas cultivadas en nuestra Región. En esta campaña se ha obtenido una menor producción en las zonas más altas de la Región, como consecuencia de las heladas. Pese a ello, la producción puede considerarse como muy buena, con entrada en producción de plantaciones jóvenes. Se alcanzará una producción final de más de 37.000 toneladas (cáscara).
En cuanto a la campaña de la vendimia, una de las más largas de Europa, se ha cerrado con una producción un 3% superior a la del año anterior. En esta campaña, la climatología ha acompañado puesto que se han registrado de media anual de unos 320 mm de precipitaciones. No obstante, la primavera más lluviosa y fría, así como los picos de calor que sufrieron a mediados de agosto, perjudicaron en gran medida a los viñedos nuevos, por ser variedades menos adaptadas al terreno, que a los viñedos viejos que no sufrieron tanto”.