El Proyecto Vertido Cero de Alicante, José Vicente Guillem, Laura Coll Ferragut y los Premios Rei Jaume I han sido los galardonados de este año
Óscar Orzanco. Valencia.
Cerca de 300 personas asistieron el pasado jueves a la entrega de los galardones de la X edición de los Premios FPIA del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL). Unos reconocimientos que en esta ocasión recayeron en el Proyecto Vertido Cero de Alicante (Premio Innovación), José Vicente Guillem (Premio Excelencia Profesional), Laura Coll Ferragut (Premio Excelencia Novel) y los Premios Rei Jaume I (Premio Iniciativa y Desarrollo).
Durante el acto, al que asistieron representantes de las administraciones autonómicas, organizaciones sectoriales, instituciones, empresas, colegiados y periodistas, el decano del COIAL, Joaquim Aguilella, explicó que “somos una población cada vez más numerosa, más aglutinada y que va perdiendo paulatinamente la conexión y la conciencia con el origen de lo que come. La población confía en que todo seguirá igual e ignora la realidad, pero es necesario acometer cambios profundos para que nuestro bienestar no cambie”.
Tras esta argumentación, Aguilella reclamó adaptar las estructuras e infraestructuras productivas a las nuevas condiciones de demanda de alimentos porque “de no hacerlo, cada vez seremos más pobres y más dependientes de terceros. Y además generaremos un problema ambiental, que será mayor cuantos más terrenos de cultivo sean abandonados: una explotación abandonada es un peligro ambiental y supone la expulsión del territorio de sus moradores, de quienes lo custodian y nos ceden gratuitamente un paisaje y una cultura”.
El decano del COIAL reivindicó la capacidad de los ingenieros agrónomos para revertir este tipo de situaciones. Y puso el ejemplo del Premio Innovación, concedido al Proyecto Vertido Cero que se está poniendo en marcha en Alicante. “Como ingenieros de biosistemas, somos capaces de convertir un problema en una solución, tal como plantea la innovación premiada: conseguir que todas las aguas depuradas de la ciudad de Alicante se reutilicen para generar alimentos y paisaje con un balance de masa y energía cercano a cero. Este proyecto permite convertir a la agricultura en el principal y más eficiente filtro verde con el que vamos a contar, ya que gracias a los regantes de la provincia se van a evitar vertidos a la bahía de Alicante”, afirmó Joaquim Aguilella.
Este tipo de proyectos, que combinan conocimiento y tecnología, no serían posibles sin la búsqueda de la excelencia, que es el objetivo de los Premios Rei Jaume I, también reconocidos en esta edición en la categoría Iniciativa y Desarrollo. Según el decano del COIAL, “nuestra profesión y los ámbitos en los que desarrollamos nuestra actividad son los que más van a cambiar en los próximos años. O nos adaptamos, o morimos”. Y el mejor camino para adaptarse es “buscar, permitir y recompensar la excelencia, tal como hacen los Premios Rei Jaume I desde hace 35 años, que convierten a Valencia en el epicentro del conocimiento y la ciencia y cincelan la tan ansiada cultura de colaboración entre el mundo científico, el tecnológico y el empresarial”.
Aguilella también mostró su preocupación “por el papel cada vez más irrelevante que juega Europa en el gran tablero mundial de la investigación y la escasa capacidad de adaptar sus legislaciones a los avances científicos. EEUU y varios países asiáticos están a la vanguardia en este ámbito, y Europa debe de intentar por todos los medios competir con ellos”. Al respecto, recordó que los Premios Rei Jaume I “reconocieron hace ocho años la labor de Francis Mojica, el alicantino padre del CRISPR, pero la UE ha aprobado la regulación de las técnicas genómicas hace sólo unos meses”.
Otro de los ejes de la alocución del decano del COIAL fue la reivindicación “de la clave humana en la actividad profesional, y más para nosotros, ingenieros agrónomos, que tenemos como objetivo más noble el de alimentar a la humanidad”. Y lo hizo personalizándolo en la figura de José Vicente Guillem, Premio Excelencia Profesional, a quien definió como “alguien capaz de escapar de los esquemas preestablecidos, generando nuevos marcos técnicos y conceptuales, porque Guillem ha sido el máximo exponente del sistema de diferenciación de la calidad y un referente para el sector vitivinícola”. Y Aguilella volvió a incidir en la soberanía alimentaria señalando que “siempre ha trabajado para conseguir un sistema alimentario viable y un suministro seguro, además de una diferenciación del producto en origen, lo que permite crear valor desde el territorio”.
Eso es precisamente lo que ha conseguido Laura Coll Ferragut, la egresada de la UIB que firma el mejor TFM del ámbito geográfico del COIAL, lo que la ha hecho acreedora del Premio a la Excelencia Novel. Laura propone la creación de una industria de producción de crema de almendra en Llucmajor (Illes Balears). Joaquim Aguilella destacó que este proyecto se centra “en crear valor desde el territorio, promoviendo la sostenibilidad, la eficiencia y el aprovechamiento de los recursos locales en una isla marcada por la presión urbanística y turística”.
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