Las causas engloban la climatología, la menor rentabilidad en relación con otros cultivos o las pérdidas que se sufren por los daños provocados por las aves
Efeagro.
La climatología, la menor rentabilidad en relación con otros cultivos o las pérdidas que se sufren por los daños provocados por las aves hacen que el girasol no enraíce de forma significativa en Extremadura, pese a las previsiones que apuntaban a crecimientos importantes continuados de la superficie cultivada.
El presidente de Asaja Extremadura, Angel García Blanco, ha afirmado a EFE que el girasol sigue “sin tener especial importancia” dentro de la agricultura extremeña, aunque a principios del pasado año se hablase de que la guerra en Ucrania y la climatología llevarían a un gran reimpulso de este cultivo en la comunidad.
“Renta más una hectárea de maíz que una de girasol”
“Hay cultivos mucho más rentables”. “Por ejemplo, renta más una hectárea de maíz que una de girasol”, ha señalado García Blanco, al margen de los daños que producen las aves que se alimentan de esta planta.
Si a ello se une que los vaticinios de grandes descensos de grano procedente de Ucrania, que es un gran país productor, no se han concretado, puede explicarse que el agricultor extremeño siga apostando más por otros cultivos.
Aunque el girasol se utilizará en muchas parcelas debido a que los eco-regímenes implantados por la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) obligan a la rotación de cultivos para acceder a las ayudas, lo que lleva a tener que contar con plantas oleaginosas, su presencia sigue siendo sin embargo “testimonial”, ha incidido.
El máximo responsable de Coag en la región, Juan Moreno, ha manifestado por su parte que la climatología es también un elemento clave para entender el bajo número de hectáreas destinadas este año al girasol, pues la ausencia de lluvias no invita a apostar por este producto.
Según ha explicado Moreno, y pese a que todavía es “una incógnita” saber el número exacto de hectáreas que se destinarán este año al girasol, Extremadura podría contar con unas 8.000 hectáreas de este cultivo, en números similares a 2021, pero lejos de las 24.594 de 2022.