El reloj de la bioeconomía forma parte de la solución para que una circunstancia sanitaria como la actual no se repita, afirma Luis Planas en un artículo exclusivo que ha publicado
El ministro, que analiza en su artículo el lugar de España en el desarrollo europeo de esta ciencia y el papel que desempeña su departamento para liderar la Estrategia Española de Bioeconomía y su Plan de Acción, con un enfoque nuclear y transversal, defiende asimismo que mientras se despliegan todos los esfuerzos para detener la pandemia que sufre España y el resto del mundo “es positivo que se mantenga, en la medida de lo posible, la actividad y trabajo habitual a través de los medios a nuestro alcance”.
“Desde el principio del siglo XXI, la bioeconomía se ha revelado como una de las disciplinas transversales que nos permitirá satisfacer, de aquí al año 2050, la necesidad de duplicar la producción agraria, pero con la utilización de menos tierra y menos uso de agua”, señala Planas en su artículo, titulada “El reloj en marcha de la bioeconomía”.
Modelo agrícola más inclusivo
La bioeconomía “ofrece respuestas para un modelo agrícola y rural más inclusivo, seguro y sostenible, sin sacrificar crecimiento y eficiencia”, destaca el ministro español, por lo que considera que su relevancia estratégica “se pone de manifiesto al estar asociada al logro de, al menos, 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU)”.
“Por eso -subraya-, es trascendental avanzar en los procesos de su implementación, sea cual sea la coyuntura de nuestra realidad presente”.
Recuerda el ministro que la producción agrícola y ganadera, así como sus industrias de transformación “generan un importante volumen de subproductos y/o residuos que, en su gran mayoría pueden ser aprovechados para crear valor donde antes no lo había”.
Así pues, la bioeconomía “integra a amplios sectores de la actividad primaria, como el agroalimentario, incluyendo la agricultura, la ganadería, la pesca, la acuicultura y la elaboración y comercialización de alimentos, además del de los subproductos industriales, el de la bioenergía procedente de la biomasa y el relacionado con los servicios asociados a los entornos rurales”, según el titular de la cartera de Agricultura.
Mayor ambición ambiental
Recuerda por lo tanto que “esta enorme potencialidad de nuestro país, unida a que uno de los rasgos distintivos de la Política Agraria Común (PAC) post 2020 es su mayor ambición ambiental, materializada en el hecho que el 40% de sus fondos irán destinados a ese concepto, nos señala un camino que no admite vacilaciones”.
En este sentido, Luis Planas avanza que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está trabajando en la nueva planificación estratégica de la PAC, que, dentro de los nueve objetivos específicos, incluye uno relacionado con la bioeconomía que propugna la promoción del empleo, el crecimiento, la inclusión social y el desarrollo local en las zonas rurales, incluyendo la bioeconomía y la silvicultura sostenible”.
“Por tanto -agrega- vamos a desarrollar intervenciones con el objetivo de aprovechar la potencialidad existente de la bioeconomía, con el fin de generar empleo y riqueza en las zonas rurales”.
El ministro pone de manifiesto que “ahora, más que nunca, son necesarios espacios como este con el fin de favorecer reflexiones que nos ayuden a profundizar y a conocer casos de éxito, así como a fomentar, divulgar y formar a la población sobre las enormes oportunidades que nos brinda la bioeconomía a la hora de abordar los retos del futuro próximo en el sector agroalimentario”.