App móviles, drones, tractores vía GPS, son algunas de las herramientas disponibles para los agricultores
Impresión 3D, cultivo de altura, hidroponía, robots que controlan cada una de las etapas del producto desde su plantación hasta que llega al consumidor sin apenas necesidad de control humano… Estos y otros actores parecen posicionarse como los protagonistas del futuro del sector agrícola de España situada en el top 10 de los países que más invierten en robots dentro de la industria de la alimentación, según el último informe de ING Direct, ‘Tecnología alimentaria: implantación de la tecnología en la industria alimentaria’. “La robótica aumenta la eficiencia de las empresas y reduce su dependencia del factor trabajo. Además, los requisitos de seguridad de los alimentos son cada vez más estrictos, y una menor interferencia humana en el proceso de producción puede reducir el riesgo de contaminación”, aseguran los investigadores de ING.
Una circunstancia que también reconocen los investigadores, es que el proceso de robotización es costoso y de momento no está al alcance de todos, pero afirman que es el final de la cadena de implantación de la denominada agricultura 4.0 o smart agro, que si que es una realidad factible para las pequeñas, medianas y grandes empresas de España.
“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, esta es la frase de Octavio Paz, premio nobel de Literatura, que resume la situación que se encuentra el sector agrario español en estos momentos. Los agricultores quieren que las buenas cifras continúen, que España siga siendo uno de los principales productores de fruta y verdura. Pero para ello, es necesario que todo cambie y que los modelos de producción basados en la mano de obra, dependientes de las condiciones climatológicas (cada vez más poco predecibles y adversas debido al cambio climático), se actualicen y que se apueste cada vez más por la tecnología, por la producción ecológica, por la reducción del desperdicio, etc.
Presente y futuro
Antes de entrar a analizar las herramientas y beneficios que ofrece la agricultura 4.0 en el campo español, la importancia de la trazabilidad y cómo se ha acelerado el proceso de implantación tecnológica debido a la crisis del COVID-19, conviene tener claro el concepto. Varios expertos dan pinceladas y definiciones propias, aunque el profesor del área de Ingeniería Agroforestal de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, F. Javier García Ramos, ha elaborado una descripción explicativa y gráfica del término, agricultura 4.0: “Disponer de toda la información suministrada por la gran cantidad de sensores que “coexisten” en una explotación agrícola, poder centralizarla a través de Internet y permitir la toma de decisiones inteligentes basadas en dicha información, bien en tiempo real, bien en diferido”. En resumen, “es la aplicación del Big Data al sector agrícola con el apoyo de sistemas de captación y transmisión de datos en tiempo real.”
El tamaño del mercado agrotech o el uso de la tecnología de la agricultura 4.0 se ha duplicado en los últimos 5 años, según Statista, creciendo de 500 millones de euros en 2015, a 1.000 millones de euros en 2020 en Europa. Se prevé que esta tendencia siga al alza tal y como se puede observar en los diferentes eventos y ferias del sector como Fruit Attraction o Fruit Logistica, en las que los espacios dedicados a este tipo de herramientas, aumentan cada año en estas y otras citas. Pero, ¿qué herramientas fáciles, de rápida aplicación y con una no muy grande inversión, puede utilizar un productor para obtener beneficios reales, visibles y prácticos a corto y medio plazo?
Herramientas
A esta pregunta responde, José Manuel Peña, investigador del CSIC, facilitando tres opciones prácticas, realistas, de rápida implantación y con un coste no muy alto. En primer lugar, las aplicaciones móviles, que combinan información geográfica, imágenes de satélite y datos climáticos para informar sobre el estado de las parcelas agrícolas y que sirven de apoyo a la toma de decisiones sobre el manejo de los cultivos con un sencillo gesto como consultar el smartphone.
En segundo lugar, por ejemplo, tractores con sistemas de navegación por satélite y monitor de rendimiento para facilitar el autoguiado del tractor en las diversas tareas agrícolas y conocer la distribución de la producción obtenida. Y en tercer lugar, el uso de drones, propios o adquiridos por intermediación de una empresa de servicios, para la monitorización del cultivo en diversos estados fenológicos, permitiendo al agricultor conocer con elevado detalle el desarrollo, vigor y situación fitosanitaria del cultivo, en momentos críticos y al igual que el resto de herramientas, ayudar al productor a tomar decisiones más ajustadas a las necesidades reales.
Trazabilidad
Si hay algo en lo que coinciden los analistas del sector del producto fresco es en el boom del deseo de los consumidores por conocer todas y cada una de las etapas por las que transcurren los alimentos, si en su proceso se respeta el medio ambiente, si se utilizan productos naturales en su desarrollo, etc. Esta situación, más que conocida por las empresas productoras, debe ser el motor para desarrollar y controlar la trazabilidad de sus productos al 100%.
Tal y como explica José Luis Molina, presidente de Hispatec y del grupo de trabajo ‘Smart Agro’, “el conocimiento de la trazabilidad por parte de los consumidores es un elemento diferenciador de cara a los consumidores y no solo en cuestiones de seguridad alimentaria, sino que hay un auténtico torrente de datos muy interesantes como pueden ser: el origen del producto, las huellas ambientales de precosecha y postcosecha, las huellas paisajísticas en origen, las huellas sociales, las propiedades nutricionales, etc. Que pueden acompañar al producto y ser distintivo frente a la competencia”.
Además, Molina justifica que un manejo completo de la trazabilidad de los productos, permite la mejora de la respuesta a las exigencias de las demandas de los consumidores y asegura la satisfacción de los mismos. “Cuando se añade información a cada producto, esta permite una posterior segmentación mucho más precisa y dirigir a cada consumidor los productos que mejor encajan con sus preferencias”. Y no solo eso, “sino que gracias a la cantidad importante de datos que se está poniendo a disposición del consumidor, se genera un vínculo digital consumidor-producción”.
Esta circunstancia, da y dará como resultado una red de consumidores fieles que confíen y apuesten por los productos de la empresa que le facilite la información que quiere recibir, obteniendo una repercusión económica positiva para estas compañías productoras y/o de transformación.
Apps móviles
Volviendo al tema de las aplicaciones móviles, actualmente son una de las herramientas más baratas y utilizadas por los consumidores para la compra de producto fresco. Tener una empresa actualizada e informatizada es la clave para sacarles el 100% de partido. Según el último eShopper Barometer de SEUR, “el 19% de los compradores online en España se decanta por los alimentos frescos, un tanto por ciento a tener en cuenta a la hora de atraer nuevos consumidores y, en su mayoría realizan sus compras a través de aplicaciones móviles”.
En la nueva era de la agricultura 4.0, estas aplicaciones ya no solo sirven para saber de antemano el clima o la meteorología o controlar el espacio físico de producción a nivel aéreo, sino que enfocadas a los consumidores, son piezas clave para la relación entre productor y sus potenciales consumidores. Ejemplos como la app ‘Farmidable’, que tal y como describe Alberto Palacios, socio cofundador en su video de presentación, tiene como objetivo “fomentar el consumo directo de producto local y de temporada directo del productor a consumidores éticamente exigentes” o ‘Huertapp’ que se define en su web como “el punto unión perfecto entre productores y consumidores, evitando el desperdicio alimentario y ayudando al productor a dar salida a toda su partida”.
La crisis del COVID-19
Si algo se puede sacar positivo de la presente crisis del COVID-19 es que los productores e intermediarios españoles están teniendo cada vez más conciencia sobre la necesidad de automatizar sus empresas e implantar tecnologías en sus cultivos. Estas y otras conclusiones salieron a la luz en el ‘I Encuentro Digital de Frutos Rojos’, organizado por la Revista Mercados, que dedicó uno de los espacios a tratar precisamente el tema de la digitalización del campo y la implantación de nuevas tecnologías.
Jairo Hernández, director comercial de Gregal Soluciones Informáticas, afirmó durante una de sus intervenciones que “aunque el sector agro ha respondido de una manera espléndida en esta situación, se ha notado una tendencia a la aceleración de el uso de la digitalización para suplir, no solo el trabajo de producción de la nueva realidad con el debido distanciamiento social, sino para mejorar las comunicaciones entre empleador y empleado, generar las nóminas, etc”.
Francisco Javier Períanez, responsable del departamento comercial de Berrypro, sacaba la conclusión desde la experiencia reciente de su empresa durante la pandemia, “que es importante tener un nivel mínimo de automatización y mecanización del proceso” y que aunque “hay proceso muy manuales”, “hay otros que son susceptibles de mejora y avances”. Y para los más escépticos o contrarios a sustituir al personal por máquinas, recalcaba que “la intención no es reducir la mano de obra, si no darle una herramienta más para poder desarrollar la función con normalidad”.