El coronavirus pone en valor al sector agroalimentario

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La grave crisis provocada por la eclosión del Covid-19 ha mostrado que la alimentación es un sector económico estratégico en el funcionamiento de una sociedad

sector económico estratégico

Imagen de un supermercado de Mercadona en Valencia, bien abastecido y sin aglomeraciones, el día 16 de marzo. / Raquel Fuertes

La crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus ha logrado poner en el lugar que le corresponde al sector agroalimentario español, después de años en los que ha sido devaluado por muchas voces y por otros sectores. La eclosión del Covid-19 ha mostrado que la alimentación es un ámbito económico y social estratégico y esencial para garantizar el funcionamiento de nuestro sistema incluso frente a situaciones tan excepcionales como la que estamos viviendo en estos tiempos.

Por lo tanto, sería bueno que, tanto las distintas administraciones españolas como europeas, tomasen nota del grado de implicación que están demostrando los profesionales que componen cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria. Desde los agricultores hasta las cajeras de supermercados, pasando por el indispensable papel del transporte, la logística y las empresas auxiliares, todos juntos trabajando sin descanso para garantizar el suministro de alimentos.

Las crisis nos ponen frente a situaciones que nos parecían imposibles. De repente, con la eclosión del Covid-19, el campo español, que estaba manifestándose en la calle hasta hace unos días denunciando la falta de rentabilidad y el ahogamiento del sector, ha cobrado un valor especial. España cuenta con un sector primario fuerte, que soporta una grave crisis, pero que es capaz de garantizar la producción de alimentos y su puesta a disposición de la sociedad con la colaboración del resto de integrantes de la cadena.

Y ahora que se está negociando el presupuesto de la Unión Europea, conviene recordar que la política agraria común es esencial para garantizar cierta autosuficiencia alimentaria y no depender exclusivamente de terceros países.

El sector alimentario español está demostrando de momento su capacidad de seguir cubriendo las necesidades de los consumidores en este escenario de crisis. Aunque la avalancha de ciudadanos a los supermercados indudablemente ha provocado roturas de stock puntuales, los productores y las empresas comercializadoras son capaces de reponer los productos en cortos periodos de tiempo por la eficiencia de sus procesos logísticos y su capilaridad. En definitiva, la crisis del coronavirus ha confirmado que la alimentación es un sector estratégico para abastecer a la población, sobre todo de productos frescos, y también para contribuir a mantener la salud de una sociedad que se enfrenta a una crisis sin precedentes.