El sector agroalimentario supera reforzado la primera semana de estado de alarma

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El sector agroalimentario español ha cumplido con sobresaliente su promesa de garantizar el suministro diario de alimentos

sector agroalimentario

En estos momentos críticos, la sanidad y la alimentación se configuran como actividades estratégicas en nuestro país. / Archivo

Los momentos de extrema dificultad, como los que estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19, ofrecen también algo positivo: la oportunidad de calibrar la importancia de sectores económicos en el funcionamiento de una sociedad. Y en estos momentos críticos, la sanidad y la alimentación se configuran como actividades estratégicas.

El sector sanitario está desempeñando, sin duda, un papel fundamental para evitar que se extienda esta pandemia de inusitadas dimensiones. Pero, inmediatamente detrás, o incluso al mismo nivel, se puede situar el sector agroalimentario. Todos los eslabones que componen la cadena alimentaria prometieron, cuando eclosionó la crisis, que el abastecimiento de alimentos estaba asegurado. Y han cumplido su promesa demostrando un comportamiento que merece un sobresaliente.

En unos momentos en los que se está comprando fuera gran parte del material sanitario necesario para hacer frente a esta pandemia, al menos el suministro diario de alimentos de calidad, a precios razonables, está garantizado. Una preocupación menos para el Gobierno y para los ciudadanos. Si en una situación de emergencia como la actual hubiera que importar la mayor parte de nuestros alimentos de terceros países, la catástrofe y la sensación de caos todavía sería mayor. Sin embargo, al margen de problemas puntuales de roturas de stocks, el sector agroalimentario español está siendo capaz de ofrecer una respuesta rápida a una situación complicada. Y no solo en España. Los exportadores de frutas y hortalizas españoles también están atendiendo la demanda del resto de países de la Unión Europea.

En definitiva, el sector agroalimentario español, en su conjunto, está saliendo reforzado ante la sociedad y las administraciones manifestándose como una actividad estratégica proveedora de alimentos suficientes en volumen, a precios sostenibles, y con las condiciones de calidad y seguridad alimentaria exigidas.

Cuando esto pase, que pasará, las importaciones de países terceros seguirán estando ahí. Pero no hay que olvidar que, en un momento de crisis como el actual, la responsabilidad y la respuesta al suministro de alimentos en España y Europa ha recaído en el sector agroalimentario español.