“Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para llegar a un pacto, hasta el último momento”, ha asegurado el negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier
El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, advirtió que el Reino Unido debe mostrar “flexibilidad y creatividad” en los aspectos más complejos de la negociación para evitar una ruptura abrupta a final de año.
“Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para llegar a un pacto, hasta el último momento. Pero nunca sacrificaremos los intereses económicos y políticos de la Unión Europea por el mero beneficio del Reino Unido”, dijo Barnier en un acto organizado por el grupo de pensamiento irlandés Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos.
El negociador comunitario mantuvo una reunión informal con su homólogo británico, David Frost, en la que ambos abordaron la agenda de la octava ronda de negociaciones, prevista la semana que viene en Londres.
Tras varios meses de contactos sin que se hayan producido avances significativos, Barnier insistió en que “el final de octubre” es el plazo máximo para dejar listo un texto que los 27 países miembros de la UE puedan ratificar antes del 31 de diciembre, cuando termina el periodo de transición del Brexit.
El reparto de las cuotas pesqueras en aguas británicas y las normas sobre competitividad que establecerá el Reino Unido tras romper sus lazos con la Unión, especialmente las que se refieren a los subsidios estatales, bloquean los avances en cualquier otro ámbito.
“Desde el inicio de estas negociaciones, el Reino Unido ha rechazado comprometerse en torno a unas garantías fiables sobre una competencia justa y abierta”, señaló Barnier.
“Pero la Unión Europea ha sido clara en esto desde el principio. Cualquier acuerdo entre economías tan cercanas e interconectadas como las nuestras debe incluir mecanismos fiables y potentes que eviten distorsiones en el comercio y ventajas competitivas injustas”, agregó.
Igualdad de condiciones
El negociador europeo recalcó que el primer ministro británico, Boris Johnson, se comprometió en el acuerdo de salida de la UE firmado en enero a acordar con Bruselas ciertos estándares en áreas como derechos laborales y protección medioambiental, así como mecanismos para resolver contenciosos en esos terrenos.
Si no se acuerda un “Level Playing Field” (campo de juego en igualdad de condiciones), Londres podría mantener los beneficios del mercado único sin quedar sujeto a sus obligaciones, argumentó Barnier.
Los transportistas británicos “podrían circular por carreteras europeas sin tener que cumplir las mismas condiciones laborales que los comunitarios” y las aerolíneas “podrían operar en la Unión Europea sin tener que respetar los mismos estándares laborales y medioambientales”, adujo el negociador.
En el otro punto más conflictivo del diálogo, las cuotas pesqueras, Barnier aseguró que el Reino Unido “no ha mostrado ninguna voluntad de llegar a un compromiso”.
“Al contrario de lo que los medios han informado esta semana, la posición del Gobierno británico no ha evolucionado en los últimos meses. Los negociadores británicos no han puesto sobre la mesa nuevas propuestas”, declaró.
Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas con los países del bloque, un arreglo similar al que se acordó con Noruega, mientras que Bruselas quiere mantener un acceso y unos niveles de captura similares a los actuales.
“La posición del Gobierno británico dejaría a los pescadores y pescadoras irlandeses fuera de las aguas en las que han trabajado desde mucho antes de que Irlanda y el Reino Unido se unieran a la Comunidad Económica Europea en 1973. Y por supuesto, también a los pescadores y pescadoras de otros países europeos”, lamentó Barnier.