El consumidor post-COVID-19 es más ético y más digital, según el estudio “Impacto de la crisis COVID-19 en los hábitos de consumo en Cataluña en el post-confinamiento” de la Agencia Catalana del Consumo, del Departamento de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Cataluña

La COVID-19 ha tenido un impacto “importante” en el comportamiento del consumidor en el contexto de la sociedad del consumo. / ARCHIVO
El estudio, presentado por la directora de la ACC, Beth Abad, tenía por objetivo identificar los nuevos hábitos y pautas de consumo que han surgido a raíz de la crisis sanitaria y conocer cómo se está adaptando a la nueva situación el tejido empresarial y determinar las tendencias actuales tras el desconfinamiento.
Las conclusiones indican en primer lugar que la COVID-19 ha tenido un impacto “importante” en el comportamiento del consumidor en el contexto de la sociedad del consumo, y “presenta un modelo de las tendencias de cambio que se han generado en el comportamiento del consumidor a raíz de la pandemia”, señala en un comunicado.
Más concretamente, indica que la COVID-19 “ha acelerado tendencias de consumo tales como la preferencia creciente por los comercios locales y socialmente responsables, por la compra de productos saludables de forma consciente y una clara reducción en el desperdicio de alimentos”.
Asimismo, se consolida cada vez más “una apuesta por la incorporación de la digitalización en muchos de los aspectos cotidianos de la vida”.
Sobre este segundo punto apuntan que en la situación de fases que van evolucionando y el fin del estado de alarma, de cara al futuro “es muy difícil predecir qué cambios habrá a partir de ahora en el comportamiento de los consumidores, qué comportamientos quedarán arraigados y continuarán en un futuro y qué hábitos nuevos, adquiridos como respuesta a la crisis, desaparecerán.
En este contexto, la directora de la ACC ha apuntado que “habrá que ver si con el tiempo se consolidan las tendencias que nos dibuja el estudio, ya que su alcance dependerá de factores diversos, tales como el impacto de la crisis sanitaria en la economía o, entre otros, de la capacidad y la adaptabilidad a la nueva normalidad por parte de empresas y consumidores”.