“Nuestra citricultura tiene que seguir teniendo futuro”

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Entrevista a Francisco R. Mulero, Secretario Autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre el sector citrícola de la Comunitat Valenciana

Cítricos

El Secretario Autonómico en su despacho de la Conselleria de Agricultura momentos después de la entrevista. / SC

Los años de experiencia y la implicación de Francisco Rodríguez Mulero con el sector agrícola valenciano son incuestionables. A cada pregunta responde con un plural mayestático. Un nosotros que deja bien claro que se siente parte del sector. Pero esto no le hace perder su sentido crítico y apuntar con conocimiento de causa a la necesidad de mantenerse despierto en el mercado frente a las amenazas de los competidores o del propio vaivén climático. Pide que no se deje de exigir, pero sin dejar de trabajar y de buscar tanto nuevos mercados como soluciones, con cada una de las partes asumiendo su parcela de responsabilidad. Porque si esta campaña citrícola no ha ido mal lo que no se puede hacer es olvidar los problemas estructurales y solo recordarlos cuando vienen mal dadas. Esfuerzo y realismo: situaciones de décadas no se pueden solucionar en días, pero hay que ponerse a trabajar ya antes de que sea demasiado tarde para garantizar el futuro del campo valenciano.

Valencia Fruits. Después de una campaña para olvidar muchas voces hablan de la actual campaña citrícola valenciana como de una campaña “correcta”, ¿coincide en ese calificativo?

Francisco R. Mulero. Yo diría que es una campaña “normal”. Esta debería ser la campaña normal en cuanto a cifras de producción orientadas al mercado. Podemos decir que ha sido una campaña correcta desde el punto de vista de los precios, pero hay que tener en cuenta que tenemos capacidad de producir más y, por tanto, hay una necesidad de abrir nuevos mercados. Así que hemos de tener en cuenta que al año que viene puede pasar lo mismo que el año pasado si no se actúa en consecuencia: cuando la producción es mayor se traduce en una campaña mala. Eso hay que preverlo.

VF. Precisamente la crisis del año pasado originó el enunciado de una serie de medidas estructurales, ¿en qué punto se encuentran estas medidas? ¿Veremos pronto una reestructuración del sector?

FRM. En agricultura “pronto” no hay nada posible. Hablamos de árboles, Una actividad de reestructuración no se hace de un día para otro. Me daría por satisfecho si con las bases que estamos empezando a asentar dentro de diez años pudiéramos ver una parte importante de la superficie citrícola reorganizada en explotaciones lógicas y viables. Esto es muy importante. El sector se tiene que adaptar a las necesidades del mercado y también tiene que haber un rejuvenecimiento, una concentración de parcelas, un planteamiento más empresarial… Y eso no se hace de un día para otro. Hemos detectado la necesidad, tenemos los instrumentos y ahora hay que empezar a desarrollarlos.

“Tenemos que competir con calidad, porque nosotros por el precio lo tenemos difícil. Y cuidar nuestro mercado”

VF. ¿Disponen de un balance provisional de campaña en este momento? 

FRM. Normalmente hacemos el balance en marzo. Pero creemos que se va a ajustar bastante a las previsiones que manejábamos en los aforos y vamos a estar por debajo de los tres millones de toneladas. Se van a cumplir las previsiones en cuanto a producción y estado de los cultivos, salvo algunas cuestiones puntuales como las afectaciones por la DANA y la borrasca Gloria, que en cítricos no ha sido tanto. Lo que no sabemos es qué va a pasar en cuanto a los precios. Parece que los precios en campo han sido bastante aceptables, comparado con otras campañas, pero en la parte final de campaña hay incertidumbre ya que se está observando que el mercado está demandando por debajo de los precios de campo. Es una cuestión que tenemos que analizar porque los mercados están trasladando el tema del coronavirus y de la situación de las fronteras a una situación de precios en destino con presión a la baja. La situación internacional ha ralentizado los pedidos, pero creemos que es una cuestión puntual que se resolverá pronto porque el consumidor sigue demandando cítricos. 

VF. Las campañas se alargan cada vez más con el objetivo de cubrir la mayor parte del calendario con productos españoles, ¿es una tendencia positiva para el comercio citrícola valenciano?

FRM. Debería serlo. Cuando decidimos que íbamos a alargar la campaña hacia adelante y acortarla al principio para que abarcar el mayor periodo de producción posible teníamos una posición de mercado dominante. Ahora hay producciones de otros países que compiten con nosotros y tal vez habría que repensar cómo gestionamos nuestra producción. Lo que no tendríamos que hacer es permitir perder ni un solo mercado. Y para eso tenemos que jugar con la posibilidad de estar en el momento justo, en el sitio adecuado, teniendo la producción adecuada y con la mejor calidad posible para que nuestro mercado no se pierda. Es cierto que la competencia con países del hemisferio sur era estacional y que ellos también han ido alargando su periodo con lo cual se genera una competencia que antes no teníamos. Además, ahora tenemos la competencia con países mediterráneos que tienen cítricos a la vez que nosotros. Entonces, es indispensable repensar hacia dónde orientamos nuestra producción. Tenemos que competir con calidad porque nosotros con precio lo tenemos difícil. Y cuidar nuestro mercado.

VF. Estamos ya en época de variedades tardías, ¿tienen datos sobre la producción de estas variedades? ¿Qué variedades son las más cultivadas en tierras valencianas?

FRM. Se está buscando variedades de mandarinas que ocupen este periodo y que vayan alargando la campaña. Nadorcott, Orri, Tango… entre otras. Son variedades protegidas y son las que más éxito están entendiendo. En cuanto a producción de estas variedades, este año rondarán 200.000 toneladas. Su mercado fundamental es Europa. De momento no tenemos competencia, pero la tendremos.

“Nos nos podemos hacer cómodos. Tenemos que exigir, pero también ponernos a trabajar para, entre todos, dibujar el futuro”

VF. ¿Hay que pensar en nuevos mercados o centrarse en cuidar los que ya tiene el cítrico valenciano?

FRM. Hay que intensificar el cuidado del mercado europeo. Cuidar nuestro mercado, ser competitivo, ser serio, ofrecer calidad siempre y, además, promocionarla. Hay que decirle al consumidor europeo que lo que está comiendo es producto de Europa. Pero eso no significa que haya que olvidarse de abrir nuevos mercados. Por supuesto que no. Ya he señalado antes que tenemos más capacidad productiva que la que hemos tenido este año. Y, aunque en Europa el consumo global de consumo de cítricos esté por encima de la producción española y sea nuestro mercado principal, eso no debe impedir que abramos nuevos mercados porque nuestra citricultura tiene que seguir teniendo futuro.

VF. Constatado que Europa sigue siendo el destino prioritario de los cítricos valencianos, ¿cómo está interfiriendo la competencia de países terceros mediterráneos? ¿Qué se puede hacer frente a una competencia que muchos tildan de desleal al no entrar en el mercado en igualdad de condiciones?

FRM. Tenemos que asumir que eso es así y exigir en todo momento que eso se modifique. Tenemos que poner constantemente de manifiesto que las exigencias de producción que tenemos en Europa deben ser las mismas que tengan en el resto de países competidores. Porque, si no, no tenemos una competencia en igualdad de condiciones. Si a nivel europeo, desde el punto de vista político, hemos decidido los 27 países que vamos a hacer importaciones en condiciones distintas a las europeas, entonces habrá que analizar las consecuencias y compensarlas. No se puede tomar una decisión y no tener en cuenta las consecuencias. Eso es lo que tenemos que exigir. A partir de ahí, nosotros tenemos armas de sobra, con organización y planificación, para poder competir en el mercado por calidad, diferenciación, proximidad, seguridad alimentaria y por identidad propia europea. Y eso no está explotado. 

VF. Quizás se aprecia un problema de falta de comunicación al consumidor europeo, incluso al español.

FRM. Tenemos que explicarlo insistentemente y contando con aliados, Porque Europa no son solo los agricultores. También son los consumidores, las empresas que concentran la producción, los distribuidores, las cadenas de distribución… Todos somos Europa. Y tenemos que ser conscientes de que tenemos que defender y dar a conocer nuestro producto europeo.

VF. Precisamente, la competencia de terceros países en condiciones de no reciprocidad es una de las reivindicaciones del campo español en estas semanas. De los puntos que reclaman los agricultores valencianos, ¿en cuáles cree que la intervención de las administraciones públicas puede contribuir a solucionar el problema? 

FRM. Esta es una situación que no es sobrevenida, sino que llevamos muchos años analizándola y que, si no se ha resuelto en veinte años, no se va a resolver en un día. En primer lugar, tenemos que ser conscientes de que hay problemas. Hasta hace unos años parece que vivíamos en un mundo feliz. Mientras, algunos ya decíamos durante la crisis financiera mundial que en el sector agroalimentario estábamos en permanente crisis. Lo bueno es que la sociedad se está dando cuenta ahora de algo que arrastramos décadas: una situación de total olvido, donde parece que nadie recuerda que los productores aseguran la alimentación de Europa. Y parece que nadie recuerda lo que no suena. Ahora todo esto queda patente, con las manifestaciones de España, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia… países donde el problema es el mismo: una crisis de precios en la que el productor no tiene remunerada su actividad como corresponde. Es momento de abordar el problema. Y tocar todos los palos: no hay una causa única como tampoco hay una solución única. Cada uno tenemos que asumir qué tenemos que hacer en nuestro apartado y abordarlo. Lo que no debemos hacer es echarle la culpa a los demás.

VF. En este marco y a estas alturas de campaña, ¿Qué le diría al productor de cítricos valenciano?

FRM. Le diría que no se confíe. Que esta campaña puede no repetirse al año que viene. Que este año la situación en cuanto a precios no ha ido mal, peor también hay que reconocer que el año ha sido malo de producción también en todo el Mediterráneo y que no nos podemos dormir. No nos podemos hacer cómodos. Tenemos que exigir, pero también tenemos que ponernos a trabajar para, entre todos, dibujar el futuro.

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