Rusia prolonga el veto a los alimentos europeos

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Putin ha extendido un año más el embargo alimentario que impuso en agosto de 2014

Las frutas y hortalizas son uno de los sectores afectados por el veto impuesto por Rusia desde 2014. / ARCHIVO

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha prolongado hasta finales de 2021 el embargo alimentario impuesto en respuesta a las sanciones adoptadas por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países por el papel de Rusia en el conflicto ucraniano. El decreto presidencial ordena prorrogar hasta el 31 de diciembre del próximo año “las medidas económicas especiales” para garantizar la seguridad del país.

De esta forma, Rusia mantiene la prohibición a las importaciones de productos alimentarios procedentes de los países que sancionaron a altos funcionarios, bancos, empresas y petroleras rusas después de la anexión rusa de Crimea y el estallido de la guerra en el Donbás, este de Ucrania (2014).

La primera vez que Rusia impuso este embargo alimentario, que prolonga anualmente, fue en agosto de 2014 contra la UE, EEUU, Australia, Noruega y Canadá, a los que sumaría en 2015 Albania, Montenegro, Islandia y Liechenstein, y en 2016 la propia Ucrania. A los productos cárnicos, lácteos, pescado, verduras y frutas, Moscú les añadió en 2017 cerdos vivos y diversos subproductos y grasas animales. Además, Putin ordenó posteriormente que todos los productos perecederos occidentales que entren ilegalmente en el mercado ruso deben ser destruidos.

El presidente ruso prolongó el embargo a Occidente horas antes de participar en la cumbre del G20 en la que hará hincapié en la necesidad de esfuerzos comunes para combatir la COVID-19 y su impacto en la economía mundial.

Putin admite que el embargo busca proteger el mercado agroalimentario ruso

La semana pasada advirtió que decenas de millones de personas podrían acabar en la calle debido a la pandemia del coronavirus, que en el caso de Rusia, entre otros factores, ha provocado una contracción de la economía del 3,6% durante los primeros diez meses del año.

La UE, que no reconoce la anexión rusa de Crimea, condiciona el fin de las sanciones económicas a Rusia a la aplicación total de los Acuerdos de Minsk para la solución del conflicto en el Donbás entre Kiev y los separatistas prorrusos.

Mientras, Putin ha admitido que el embargo es, en realidad, una medida proteccionista encaminada a proteger el mercado agroalimentario ruso, incapaz de competir con las exportaciones occidentales. Muchos productores rusos están interesados en que el embargo a Occidente se prolongue el mayor tiempo posible.

España ha sido uno de los Estados de la Unión Europea más perjudicado por el impacto económico del veto ruso, al ser el principal exportador de frutas y hortalizas frescas, y perder su principal mercado no comunitario.

Desde agosto de 2014

Fepex rechaza esta ampliación del veto, que comenzó el 7 de agosto de 2014 y que ha perjudicado al sector español exportador de frutas y hortalizas, ya que Rusia era el primer destino no comunitario. En 2013, antes del veto, la exportación española directa de frutas y hortalizas españolas a Rusia totalizó 230.729 toneladas, abarcando una amplia gama de productos, pero el volumen real se considera muy superior dado el fuerte peso de las reexportaciones desde otros Estados miembros, como Francia, Países Bajos y Polonia. De las 230.729 toneladas exportadas por España a Rusia en 2013, un total de 161.356 toneladas correspondieron a frutas, destacando la fruta de hueso con 35.250 toneladas de melocotón y 29.525 toneladas de nectarina de ventas directas.

Para Fepex, la perdida de este mercado no ha sido compensada ni por las ayudas comunitarias aprobadas los primeros años del veto, ni por el incremento de las exportaciones a otros mercados. En cuanto a las ayudas, la Comisión Europea aprobó medidas excepcionales de apoyo al sector de frutas y hortalizas, centradas en un número limitado de productos, que se fue prorrogando hasta la campaña 2017/2018. No obstante, es importante destacar que estas medidas extraordinarias no fueron ayudas directas en ningún caso, sino retiradas para equilibrar los mercados, con unos contingentes muy inferiores al volumen exportado y sin incluir todos los productos afectados.

En cuanto a la sustitución del mercado ruso, no se han consolidado alternativas en otros países no comunitarios que compensen los volúmenes exportados a Rusia. De hecho, la exportación española de frutas y hortalizas a países extra-UE ha descendido durante varios años. Las ventas al exterior de frutas y hortalizas frescas países extracomunitarios en 2013 se situaron en 897.128 toneladas, en 2015 se situaron en 868.774 toneladas, en 2017 fueron 830.642 toneladas y en 2018 descendieron a 799.102 toneladas, según datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales.