Bajada generalizada de los precios de los hortícolas en plena campaña

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Los precios ya están por debajo de los costes de producción, con cotizaciones que suponen entre un 70 y un 80% por debajo de las cifras manejadas la primera semana del año

El tomate es uno de los productos más afectados. / ARCHIVO

Valencia Fruits. Redacción.

La Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas, COAG, de Almería, ha alertado sobre la bajada generalizada de precios en hortícolas, especialmente en tomate y pepino, que se extiende en pimiento verde y calabacín.

Según la organización agraria, la tendencia a la baja que comenzó la semana pasada y se ha intensificado en esta hasta alcanzar ya precios por debajo de los costes de producción, y con desplomes que, en el caso de tomate o el pepino, suponen entre un 70% y un 80% por debajo de las cifras manejadas la primera semana del año, y que, en algunas cotizaciones se han derrumbado hasta los 0,50 céntimos, para ambos cultivos.

“Desde COAG Almería queremos llamar la atención sobre estas crisis de precios, el temido diente de sierra de la pizarra almeriense, confirmando que estas fluctuaciones no se sustentan sobre una justificación sólida, a pie de campo”, ha manifestado el secretario provincial de COAG Almería, Andrés Góngora.

COAG denuncia que las dinámicas de la comercialización y la distribución agroalimentaria “no son del todo transparentes ni accesibles”

“La verdad es que la subida de temperaturas no es un argumento sólido pues cerramos el año con una cantidad de producto afectado por varios problemas, como por ejemplo la virosis. Por otro lado, Centroeuropa se encuentra en este momento ‘congelada’, sin producción”, ha abundado.

Por ello, llama a las comercializadoras para que “no se dejen llevar por este movimiento que es más especulativo que otra cosa”, ya que considera que el incremento de la producción no es lo suficientemente fuerte para justificar esta bajada de precios.

COAG denuncia que las dinámicas de la comercialización y la distribución agroalimentaria “no son del todo transparentes ni accesibles”, toda vez que asegura que el canal comercializador opera en la actualidad a través de programas que cierra con los supermercados y las cadenas agroalimentarias.

Estos programas de comercialización establecen una planificación que repercute sobre el precio y también sobre el volumen que se va a manejar de cada cultivo, obligando al agricultor, en última instancia, a organizar sus cosechas de acuerdo a los términos que se hayan negociado en el mencionado programa.

“Es difícil de entender cómo este sistema, tan programado y bien atado, se volatiza ante un leve aumento de la producción y ocasiona un desplome en los precios cuando para lo que en realidad fue creado es precisamente para lo contrario”, denuncia Góngora, desvelando el fallo del sistema que descubre los mecanismos especulativos del canal.

“Lo que se esconde detrás de estas prácticas es la venta ‘a resultas’. Una vez que observas el mercado y te das cuenta de que se produce este efecto de caída en picado de los precios, a pesar de estar todo planificado y sujeto a unos acuerdos previos, porque lo que en realidad está pasando es que se está vendiendo sin precio. Hay que perseguir estas prácticas porque la venta ‘a resultas’ está prohibida expresamente en la Ley de la Cadena”, asegura Andrés Góngora.

La organización también señala el papel determinante en las fluctuaciones de precios de la agricultura almeriense de las importaciones de terceros países que, estratégicamente son “inyectadas en el mercado a criterio y conveniencia de las empresas de distribución agroalimentaria”, lo que los lleva a pedir al Ministerio de Agricultura un sistema de control efectivo sobre las aduanas y los aranceles, y a la Junta el del etiquetado.