Paco Mora, una vida dedicada a los procesos de manejo poscosecha de cítricos, aguacates, arándanos, etc…

Bayer estrategia de cítricos

El consultor internacional en postcosecha, Paco Mora, ha fallecido recientemente por una complicación cardiológica

Paco Mora destacó por su honestidad, capacidad de trabajo e inteligencia. / Benito Orihuel

Benito Orihuel. Postharvest Advisor. Citrosol.

Paco Mora (Valencia, 1939) falleció recientemente a causa de una complicación cardiológica en un viaje de trabajo a Tailandia con nuestro director de Operaciones Internacionales, y buen amigo suyo, Raúl Perelló. Como se suele decir vulgarmente, murió con las botas puestas, haciendo lo que le gustaba, su trabajo de consultor internacional en postcosecha, sobre todo en el área de las planificaciones y lay-out de las centrales hortofrutícolas. 

Paco nació en el barrio de Ruzafa en Valencia, pero se formó como ingeniero en Inglaterra. Le conocí hacia 1981, cuando siendo yo un joven químico hicimos el gran cambio en Citrosol, pasando de las ceras solventes a las ceras agua. Había que modificar y adecuar las líneas de confección a esta nueva tecnología siendo la evaporación de ese 82% de agua, que las ceras base llevan agua, fundamental. Paco, uno de los socios de la legendaria Juvisa, radicada en Gandía, fue clave en el éxito de esta transformación en la industria citrícola española con el diseño e instalación de excelentes túneles de secado, y el invento de las “compactas” para solventar los problemas de espacio de muchos almacenes. 

Pero realmente mi estrecha relación con Paco nace en los 2000, en los últimos años de su periplo en Juvisa. Colaboramos en el lay-out y diseño de la maquinaria en un par de almacenes, y después le encargué para Anecoop el desarrollo de un par de máquinas a medida, prototipos únicos de lavadora de sandía y de cítricos. Especialmente en el caso de las sandías, diseñamos una lavadora para desinfectar a la perfección la superficie de las mismas, de modo que al cortarlas en cuartos la contaminación microbiológica de la superficie no penetrara en la pulpa. Fue un trabajo muy bonito en el que Paco comprendió muy bien el problema y con su lavadora logramos con creces el objetivo. 

Después, a partir de 2008, cuando volví a Citrosol como máximo responsable, nuestra relación se estrechó aún más ya que se convirtió en un colaborador, y “avalentaor” e inspirador nuestro. Él nos empujaba a solucionar los problemas, con los que se iba encontrando a lo largo del mundo de la postcosecha, desde Tailandia hasta Chile, pasando por Egipto, Turquía, Brasil y Perú, que estaban fuera de su ámbito de actuación, pero dentro del nuestro. 

No conozco a nadie con el grado de implicación que Paco tenía respecto a sus clientes. Trabajaba con nosotros porque pensaba que así les llevaba las mejores soluciones del mercado. Y teníamos que complacerle, y en alguna ocasión hemos tenido que priorizar algún desarrollo por el compromiso que él tenía con algún cliente, y si creía que no le hacíamos bastante caso, casi se enfadaba con nosotros. 

Persona, muy inteligente y trabajadora, llegaba con rapidez a entender las claves de una problemática. Siempre en continua formación, no se cansaba de aprender, a sus casi 80 años se vino con nosotros al VIII International Postharvest Symposium celebrado en Cartagena. Fue incansable. Hace unos años tuvo algunos problemas físicos, pero, una vez resueltos, continuó con su ritmo de viajes, casi frenético, atendiendo a sus clientes y buscando otros nuevos. 

Hace uno o dos años se embarcó en un importante proyecto con una importante multinacional de la logística, y me decía que estaba aprendiendo mucho con ellos. No podía vivir sin trabajar, sin aprender, y sin dejar de hacer comprender a sus clientes la importancia de conceptos básicos de lay-out y dimensionamiento de las líneas de tratamiento y confección, de infraestructuras higiénicas, etc. Les convencía de las inversiones de futuro que tenían que hacer para el desarrollo de sus empresas. 

Por todo esto, y por su honestidad, por su búsqueda de lo mejor para el cliente, era muy querido en todo el sector frutícola a lo largo de los países mencionados y alguno más. Mientras escribo estas líneas tengo en mi mente algunos nombres de personas y operadores frutícolas que me atrevo a decir habrán tenido un sentimiento de orfandad por su fallecimiento. Hace un par de semanas íbamos a comer juntos, pero no se pudieron cuadrar las agendas. 

Paco, te echaremos mucho a faltar. Descansa en paz.