Campaña europea del albaricoque 2025, entre heladas, retrasos y contrastes

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Grecia se lleva la peor parte mientras España presenta una frágil estabilidad, Italia afronta otro año por debajo del potencial y Francia lo recupera parcialmente

La campaña 2025 de albaricoques se perfila como una temporada marcada por una escasez generalizada de producto en Europa. / ARCHIVO

Nerea Rodríguez. Redacción.

La producción europea de albaricoque en 2025 vuelve a estar marcada por la inestabilidad climática. Una primavera fría y lluviosa ha afectado a casi todas las zonas productoras, retrasando entre 10 y 15 días el inicio de las cosechas. El balance general anticipa un descenso del 10% respecto a 2024, aunque un 1% por encima de la media del periodo 2019-2023. El mayor desplome se ha producido en Grecia e Italia, mientras que España se mantiene estable y Francia apunta a una recuperación moderada.

Grecia

Grecia ha sufrido un duro golpe con una ola de frío tardía en marzo, que dejó pérdidas especialmente graves en la región de Macedonia. “Para las variedades muy tempranas y tempranas se estima una merma del 80%”, indica Georges Kantzios, de la cooperativa ASEPOP. La producción se estima en 67.750 toneladas, un 34% menos que en 2024 y muy lejos del potencial de 130.000 toneladas.
El sector acumula años de inestabilidad, con problemas estructurales añadidos como el escaso relevo generacional, la falta de mano de obra cualificada y un aumento de costes que no se traslada al precio de venta. “El cambio climático nos obliga a buscar variedades adaptadas a las nuevas condiciones, pero también necesitamos apoyo estructural”, subraya Kantzios.

España

España prevé una cosecha de unas 136.000 toneladas, en línea con la del año anterior. Sin embargo, las lluvias y temperaturas bajas durante la floración han generado problemas de cuajado en algunas zonas, por lo que se mantiene la incertidumbre sobre el volumen final. El inicio de la campaña se retrasa 10-15 días en Murcia y Andalucía, y una semana en el valle del Ebro.

Desde 2016, la superficie de albaricoque ha descendido un 14%, motivada por rendimientos bajos, problemas de adaptación varietal y efectos del cambio climático. “El aumento de fenómenos extremos y las restricciones fitosanitarias nos obligan a replantear el modelo productivo”, señala Javier Basols, de Cooperativas Agro-alimentarias. A ello se suma la presión de los costes laborales y la creciente carga normativa. “El sector necesita herramientas eficaces: seguros agrarios, I+D y apoyo a la reconversión”, añade.

Italia

Italia estima una producción de 199.500 toneladas, un 19% menos que en 2024. A pesar de una buena floración, las heladas de marzo y la inestabilidad climática han afectado a muchas zonas. “Seguimos por debajo del verdadero potencial productivo del país”, reconoce Tomas Bosi, del CSO Italy. La superficie también se reduce —un 4% menos que en 2024— y el escaso ritmo de renovación varietal limita la capacidad de adaptación del sector.

La previsión muestra una notable disparidad regional: mientras que Campania y Sicilia podrían mejorar sus cifras, el resto del país sufre una caída generalizada. La evolución de la campaña dependerá de la estabilidad meteorológica y de la dinámica del mercado europeo.

Francia

Francia apunta a una producción cercana a las 508.000 toneladas, lo que supone una recuperación respecto a 2024, cuando el valle del Ródano quedó prácticamente fuera de juego. No obstante, el año vuelve a estar marcado por una gran heterogeneidad. “Hay parcelas muy cargadas y otras con escasa producción. El albaricoquero guarda aún muchos secretos”, comenta Bruno Darnaud, presidente de la AOP Pêches et Abricots de France.

Para tratar de desentrañar esta variabilidad fisiológica, se lanzará próximamente un amplio estudio coordinado por INRAe, CTIFL, GRCETA y varias estaciones experimentales regionales, que combinará conocimientos agronómicos e inteligencia artificial.

Turquía

Aunque fuera del ámbito comunitario, Turquía merece una mención por su peso global. La ola de frío ha reducido su producción en más del 70%, afectando gravemente a la región de Malatya. Esto impactará en los mercados del Este de Europa y Alemania, que quedarán casi desabastecidos.