Los fenómenos meteorológicos y los robos dominan la siniestralidad agraria

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Un informe de Mapfre revela que los daños por tormentas, fallos eléctricos y robos concentran el mayor número de siniestros en explotaciones agrarias

Los datos revelan que el 17,5% de los siniestros registrados en el campo tienen su origen en fenómenos meteorológicos, situándose como la principal causa de daños.

Efeagro.

Los fenómenos atmosféricos, los fallos eléctricos y los robos figuran entre las principales causas de siniestros en el sector agrario español, según un reciente informe de Mapfre sobre la situación del seguro agropecuario.

La empresa de seguros ha presentado las principales conclusiones del informe “Mapfre con el sector agropecuario”, donde ha analizado la situación de los seguros en el sector agrario y su siniestralidad.

El estudio destaca que los seguros más contratados por las explotaciones agrarias son los de maquinaria, multirriesgo agrario, cobertura frente a pedrisco y seguros específicos para invernaderos. La contratación se realiza mayoritariamente a través de mediadores profesionales, en un 95 % de los casos, y cada cliente suele disponer de una media de cinco productos aseguradores para proteger su actividad.

Los datos revelan que el 17,5% de los siniestros registrados en el campo tienen su origen en fenómenos meteorológicos, situándose como la principal causa de daños. Le siguen los fallos eléctricos (10%), que afectan sistemas clave como riegos, ventilación, alarmas o equipos informáticos, y los robos (8,4%), un problema creciente en muchas zonas rurales.

Completan la lista de incidentes más comunes la rotura de cristales (7%) y los incendios (6%), aunque estos últimos encabezan el listado de siniestros más costosos, con pérdidas medias que rondan los 14.000 euros. En comparación, los fenómenos atmosféricos causan daños estimados en unos 7.000 euros y los robos generan pérdidas de alrededor de 3.000 euros por siniestro.

El informe subraya la alta exposición del sector agropecuario a múltiples riesgos y la creciente necesidad de contar con coberturas adaptadas a las particularidades de cada explotación.