Lluvias, sequías, olas de calor y pedriscos han afectado a 1,3 millones de hectáreas y han disparado las compensaciones de Agroseguro a 604 millones de euros

Los frutales han sido uno de los cultivos más afectados. / AGROSEGURO
Valencia Fruits. Redacción.
El campo español ha atravesado un año marcado por eventos climáticos extremos que han generado indemnizaciones por valor de 604,33 millones de euros, un 14,8% más que en 2024, según el informe de Agroseguro cerrado al mes de agosto.
Durante los primeros ocho meses del año, 1.300.835 hectáreas se vieron afectadas por siniestros, un 5,7% menos que en el ejercicio anterior, lo que indica que los daños fueron más graves a pesar de una superficie menor afectada, provocando un aumento en las compensaciones.
La mayor parte de las indemnizaciones se concentran en daños agrícolas, que superan los 500 millones de euros. Dentro de estos, los frutales son los cultivos más beneficiados con 155 millones, seguidos de los herbáceos con 120,5 millones de euros. En menor medida, la uva de vino recibe 69,43 millones, los cítricos 58,87 millones y las hortalizas 57,68 millones, según Agroseguro.
En el sector ganadero, afectado por episodios de gripe aviar y lengua azul, las indemnizaciones por retirada y destrucción alcanzan los 63,72 millones de euros derivados de 883.720 siniestros, ligeramente por debajo de los 920.564 siniestros y 62,14 millones registrados el año pasado. Las compensaciones por accidentes, enfermedad y pastos se mantienen estables, con 68.400 siniestros y 40 millones de euros en reparaciones.
Agosto se destacó como un mes especialmente difícil. Amplias zonas del país —como el interior de Galicia, la cordillera cantábrica, ambas mesetas, el norte y centro de Extremadura, el centro de Andalucía y la Comunidad Valenciana— registraron temperaturas muy por encima de lo normal entre el 3 y el 18 del mes, durante una intensa ola de calor que dio paso a tormentas a finales de agosto.
El episodio más significativo tuvo lugar el 31 de agosto, con precipitaciones intensas, granizo y fuertes rachas de viento, afectando a zonas productoras de Aragón, Navarra, La Rioja y Cataluña. Aunque las condiciones meteorológicas impactaron de manera moderada en el desarrollo de los cultivos debido a la sequía, los golpes de calor y los incendios, los daños más graves provinieron del pedrisco, que afectó producciones en fase de recolección como frutales, uva de vinificación, hortalizas de primavera-verano y maíz.
En cuanto a los incendios, según los últimos balances del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, más de 30.000 hectáreas de cultivo fueron arrasadas este año, especialmente olivares, viñedos y frutales.
Además de agosto, el año ha estado marcado por lluvias constantes durante la primavera y episodios recurrentes de pedrisco en mayo, que han contribuido a un escenario agrícola excepcionalmente complicado.