Las nuevas variedades del Imida marcan el cambio hacia una agricultura más eficiente

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El instituto murciano de investigación agraria desarrolla nuevas variedades de melocotón, uva de mesa y uva de vinificación con mayor adaptación climática, calidad gustativa y rendimiento para optimizar y diversificar la producción

En colaboración con el ITUM, el instituto ya ha desarrollado 20 nuevas variedades de uva de mesa. / Imida

Murcia Fruits. Redacción.

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental ha desarrollado nuevas variedades de melocotón, uva de mesa y uva de vinificación con mayor adaptación climática, calidad gustativa y rendimiento, que se ponen a disposición de los agricultores para optimizar y diversificar la producción. Estas innovaciones buscan también reducir el consumo de agua e insumos y fomentar prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, todo ello con el objetivo de impulsar una agricultura mejor adaptada a las condiciones climatológicas actuales, mejorar la producción y rentabilidad, además de hacer las explotaciones más sostenibles.

En palabras del director, Andrés Martínez Bastida, “acercamos al sector los avances que desarrollamos, en el marco de nuestros proyectos y líneas de investigación, para mejorar la producción y el rendimiento de las explotaciones, al tiempo que optimizamos el consumo de agua e insumos y las hacemos más sostenibles y respetuosas con medio ambiente”

En palabras del director del Imida, Andrés Martínez Bastida, “acercamos al sector los avances que desarrollamos, en el marco de nuestros proyectos y líneas de investigación, para mejorar la producción y el rendimiento de las explotaciones, al tiempo que optimizamos el consumo de agua e insumos y las hacemos más sostenibles y respetuosas con medio ambiente”.

Entre los avances más destacados, el Imida ha registrado 23 variedades de melocotón de interés comercial, adaptadas a las condiciones climáticas actuales y con alta calidad gustativa. En colaboración con la Sociedad Murciana de Investigación y Tecnología de Uva de Mesa (ITUM), el instituto desarrolla 20 nuevas variedades de uva de mesa ya cultivadas en la Región de Murcia y otros países. Además, ha iniciado el proceso de registro de cuatro nuevas variedades de uva de vinificación, que se suman a seis variedades registradas recientemente, convirtiéndose en el primer centro de investigación español en alcanzar este nivel de desarrollo. Al respecto, Martínez Bastida destaca que “somos el primer centro de investigación de España que alcanza tal proeza”.

Estos son los avances logrados en las principales líneas de investigación de los proyectos Feder, relacionados con modelos sostenibles de producción agrícola, ganadera y acuícola, la obtención de nuevas variedades y patrones de cítricos, uva de mesa y vinificación, cultivos hortícolas y frutales, así como en la mitigación y adaptación al cambio climático en los sectores productivos agrícolas de la Región.

Monitorización, digitalización e IA

Más allá de la innovación varietal, el Imida también incorpora la última tecnología para monitorizar y digitalizar los cultivos con la finalidad de conocer en tiempo real las necesidades o riesgos y facilitar la toma de decisiones al agricultor. Así, “el agricultor puede conocer a través de su teléfono móvil las necesidades de riego o de insumos que necesita su cosecha u otros parámetros que pueden ponerlas en peligro, como puede ser el exceso de humedad o las plagas, y así anticiparse”, explica el director del instituto.

La inteligencia artificial es una de las incorporaciones más recientes en el centro. Su aplicación permite generar datos y modelos predictivos basados en aprendizaje continuo que mejoran la toma de decisiones, anticipan la aparición de enfermedades y favorecen una gestión más eficiente del agua y los nutrientes. Y ejemplo de ello es la instalación de tecnologías geoespaciales que permiten la captura, almacenamiento, transformación, análisis y publicación de datos agroambientales para lograr una mejor producción de los cultivos, la predicción de enfermedades, la supervisión continua o la mejora de la eficiencia en la gestión del agua y de los nutrientes.

30 años siendo pionero y referente en el control biológico

Este 2025, el Imida está de celebración. Se cumplen 30 años de la publicación del primer artículo sobre el control biológico del trips de las flores en cultivos de pimiento en invernadero. Una iniciativa que poco a poco ha ido transformando la agricultura del sureste de España al reducir drásticamente el uso de productos químicos y fomentar prácticas más sostenibles.

Fue en los años 90 cuando el Imida se consolidó como centro pionero en investigación y aplicación del control biológico, sentando las bases de esta técnica primero en pimiento y posteriormente en otros cultivos. La publicación de este primer artículo marcó el comienzo de los actuales programas de control biológico, promoviendo la sostenibilidad y reduciendo el impacto ambiental de la producción agrícola.

A mediados de la década de los 90, el equipo de protección de cultivos, liderado por Alfredo Lacasa Plasencia, comenzó a desarrollar esta técnica en los invernaderos de pimiento del sureste de España, transformando los sistemas de producción. Hasta ese momento, la aplicación del control biológico en cultivos hortícolas de la zona mediterránea era impensable debido a la alta incidencia de plagas y enfermedades. Juan Antonio Sánchez, primer firmante del artículo y actualmente coordinador del Equipo de Control Biológico y Servicios Ecosistémicos del Imida, explica que “el éxito del programa se debió en gran parte a la valorización de los enemigos naturales autóctonos y al desarrollo de estrategias de manejo basadas en el conocimiento de la biología y ecología de las especies”.

El uso de depredadores naturales permitió reducir entre un 80 y 90% los tratamientos químicos en muchas explotaciones de pimiento en invernadero, disminuyendo el impacto ambiental, mejorando la calidad de vida del agricultor y reduciendo la presencia de tóxicos en los alimentos. 

El desarrollo del control biológico de plagas en pimiento se considera uno de los hitos más importantes de la agricultura española de los últimos treinta años. “En tan sólo cinco años, se logró que el 80% de la superficie del campo de Cartagena destinada a la producción de pimiento pasase de utilizar estrategias de control químico a emplear el control biológico. Estas investigaciones se han ido ampliando a otros cultivos y en la actualidad se aplican al melón, pera o tomate, entre otros”, explica Sánchez.

Según José García, coordinador del Equipo de Bioeconomía del IMIDA, los programas de control químico de los años 90 serían hoy totalmente inviables, con una rentabilidad neta negativa de –13,1%. En cambio, el control biológico actual alcanza una rentabilidad del 30,6%, con un beneficio medio superior a 16.000 euros por hectárea.

Por su parte, Sánchez subraya la importancia de la investigación para el avance del control biológico, destacando que su éxito depende de la consideración de las particularidades de cada región y cultivo. ν