La esencia del trabajo de Livingstone es aportar seguridad y garantizar que la operación se realiza en las mejores condiciones posibles

Eleuterio Abad, Ximo Villarroya y Diego Moreno nos explican en sus oficinas de Valencia a qué se dedica Livingstone. / Fotos de Raquel Fuertes
Raquel Fuertes. Redacción.
En un sector tan dinámico como el hortofrutícola, donde las operaciones de compraventa de empresas y las ampliaciones de capital se han convertido en una herramienta clave para la concentración y el crecimiento en un momento en el que estos movimientos empresariales están cambiando la estructura de la propiedad de sectores tan esenciales como el citrícola, contar con un asesoramiento especializado pasa de ser una ventaja obvia a prácticamente una necesidad para garantizar que la operación salga bien para todos los participantes y desde todas las perspectivas. Que no son pocas.
Tres de los socios de Livingstone —Ximo Villarroya, Eleuterio Abad y Diego Moreno— detallan en esta entrevista los aspectos clave de estas operaciones. Con casi treinta años de trayectoria, Livingstone se ha consolidado como una consultora referente en procesos de fusiones y adquisiciones (M&A, siglas en inglés de mergers and acquisitions) con experiencia en la industria agroalimentaria, entre otros sectores. Además de su enfoque especializado, el alcance internacional de esta “boutique de M&A” permite conectar empresas españolas con compradores de todo el mundo.
Asesoramiento, no intermediación financiera
Eleuterio Abad, Ximo Villarroya y Diego Moreno nos explican en sus oficinas de Valencia (cuentan con más de 125 profesionales repartidos en 14 oficinas en 9 países de 3 continentes y siguen expandiéndose) a qué se dedican: “Somos especialistas en asesorar procesos de compraventa de empresas o procesos de ampliaciones de capital en las que entra un inversor financiero o un grupo industrial… Operaciones que, en definitiva, afectan a la estructura de accionariado de las empresas”, explica Villarroya.
Y es que, al margen del crecimiento orgánico, una compañía puede decidir crecer vía adquisiciones. O una empresa que antes trabajaba primando el volumen ve que necesita diferenciarse de alguna manera y busca un socio financiero. O llega el momento de la sucesión y ningún miembro de la nueva generación desea ponerse al frente de la empresa familiar… la casuística es infinita y aparece la necesidad del asesoramiento para cerrar la operación de la mejor manera posible. ¿Cuál es el papel de una compañía como Livingstone en estos procesos?
Livingstone es un banco de inversión independiente. Un banco que, en contra de lo que nos viene a la mente en un pensamiento instintivo, no maneja dinero ni recibe poderes para vender compañías. Su papel es bien distinto y consiste en “asesorar, acompañar y guiar al empresario en un proceso complejo que abarca aspectos jurídicos, fiscales, laborales, financieros y emocionales”, como nos explica Abad. Un proceso en el que, por supuesto, “la decisión final siempre es del propietario”.
Aunque la mayor parte de sus clientes, alrededor de un 75%, son empresas que buscan un inversor o un comprador —de la compañía o de parte del accionariado— también hay ocasiones en las que los fondos de inversión (protagonistas de muchos de los titulares de los últimos años en el aspecto societario del sector hortofrutícola) recurren a los servicios de su empresa para encontrar el tipo de compañía (sector, tamaño) que desean adquirir o para asesorarles a la hora de vender empresas que ya están en su cartera. Como no podría ser de otra manera, la empresa asesora no puede trabajar con ambas partes en un mismo proceso.
Con un mercado en proceso de cambio en el que las operaciones societarias son cada vez más frecuentes nos surge la duda de si se puede (o si se debe) vender una empresa sin contar con asesoramiento especializado. Nos contesta Diego Moreno: “Sí. ¿Pero se puede vender con la tranquilidad de que todo está bien hecho y en condiciones de mercado? La experiencia nos demuestra que esto sólo ocurre si cuentas con un asesor”, explica. Tras una larga conversación nos queda claro que esa es la esencia de su trabajo: aportar seguridad y garantizar que la operación se realiza en las mejores condiciones posibles.
Es esencial un conocimiento profundo del mercado y de sus operadores para poder ofrecer servicios que garanticen cerrar “buenas operaciones”, operaciones que requieren, además, la máxima confianza y confidencialidad. Entre las operaciones en las que Livingstone ha participado en el sector agroalimentario, destacan entre las de mayor interés para el público de Valencia Fruits el asesoramiento a V Ros en su integración en Iberian Premium Fruits (junio de 2023), a Frutas Tono en su proceso de fusión con Guillem Export (ahora Deterra) en julio de 2023 y, más recientemente, a Madremia con la entrada del grupo checo Winning Group.
Experiencia y carácter internacional
Los socios de Livingstone cuentan con más de 25 años de experiencia de media y han participado en operaciones de gran relevancia, tanto en España como en otros países. Como destaca Ximo Villarroya, “el carácter internacional nos permite identificar compradores más allá de nuestras fronteras, lo que amplía las oportunidades para las empresas hortofrutícolas que buscan crecer o diversificar”.
Un ejemplo ilustrativo es el caso del grupo checo que mencionábamos anteriormente. La compañía, procedente del sector de la automoción, acabó adquiriendo la comercializadora Madremia. “Eso demuestra que encontramos compradores que no son obvios y que aportamos imaginación en cada proceso”, recalca Abad. Los socios destacan que vender una empresa no es “poner un cartel” y esperar a ver qué ocurre. Se trata de un proceso multidimensional que requiere coordinar bancos, auditores, consultores y compradores internacionales. Además, es necesario estructurar el precio y garantizar que la operación se ajusta a las condiciones del mercado. “Hay que encontrar el comprador para la empresa, hay que encontrarlo en todo el mundo y hay que tener los contactos para encontrar a los interesados en esa empresa en ese momento”, como explica Eleuterio Abad. Precisamente establecer el precio es uno de los puntos más complicados del proceso. “La empresa vale lo que alguien está dispuesto a pagar en un cheque”, apostilla Abad. Esa visión realista es la que aporta tranquilidad al empresario, que muchas veces descubre que el valor de su compañía no coincide con lo que imaginaba, sino con lo que el mercado está dispuesto a ofrecer. El papel del asesor (volvemos a la confianza basada en la experiencia y en la implicación del asesor) es esencial para que la operación llegue a buen puerto con un importe satisfactorio tras haber comprobado que el precio final es el de mercado. Aunque una transacción de estas características va mucho más allá del dinero…
Confidencialidad y acompañamiento
Como ya hemos comentado, la confidencialidad es otro de los pilares de Livingstone. “Controlamos que se maximice la valoración manteniendo la discreción. Aunque en otros mercados es distinto, a los empresarios españoles no les suele gustar que se sepa públicamente que su empresa está en venta”, explica Diego Moreno. “En España se mantiene el máximo secreto hasta que la operación está cerrada”, comenta Eleuterio Abad. A la transacción económica se suma la dimensión emocional. Algo que no es, en absoluto, baladí. Después de una vida dedicada a una empresa (muchas con varias generaciones detrás) es fácil entender que el momento de pasar página pueda resultar especialmente delicado. Por eso insisten desde Livingstone en que su papel consiste también en acompañar al empresario en un proceso que afecta a su vida personal y familiar, incluso a cómo va a ser su cotidianeidad una vez finalizado el proceso. Algunos se quedan vinculados a la empresa en su día a día en los primeros años de transición (suele ser lo más habitual), pero desde una posición distinta.
Otros dejan atrás lo que ha sido una vida profesional con máxima implicación. Sea como fuere, son procesos complejos en los que ayuda saber que la operación se ha cerrado de la mejor manera posible y que la nueva etapa es una página en blanco para la que se cuentan con los recursos que ha generado una buena negociación.
Diferenciación frente a otras consultoras
Con respecto a otras firmas que trabajan en este tipo de transacciones, Ximo Villarroya señala que “nuestros competidores hacen un trabajo muy bueno en muchos aspectos, pero Livingstone ofrece una implicación total de sus socios en cada operación, es algo que nos caracteriza. Estamos en cada reunión, en cada llamada, en cada Teams… El cliente siempre está en contacto directo con un socio, en todos los procesos”, remarca. Esa cercanía y dedicación absoluta es lo que les diferencia. De la charla nos llevamos la idea de que su especialización en operaciones societarias, también en el sector hortofrutícola, unida a su carácter internacional y a la implicación personal de sus socios, convierte a Livingstone en un actor único en el mercado.
“En el sector citrícola no se ha agotado el proceso de concentración, de crecimiento de las compañías. Todavía hay cosas que hacer desde el punto de vista de M&A”
Mirando al futuro
“En el sector citrícola no se ha agotado el proceso de concentración, de crecimiento de las compañías. Todavía hay cosas que hacer desde el punto de vista de M&A”, señala Ximo Villarroya. Existen oportunidades y compradores inesperados y tras esta charla nos quedamos con la sensación de que, como en tantas facetas de la vida, contar con un asesor especializado puede marcar la diferencia. “En Livingstone somos imaginativos, encontramos soluciones y aportamos tranquilidad. Nuestro trabajo es dar valor y acompañar al empresario en uno de los momentos más importantes de su vida”, concluye Abad. Otras operaciones pueden estar fraguándose (el plazo normal de las negociaciones suele estar entre los seis meses y el año), pero la reserva que caracteriza a estos profesionales no nos permite marcharnos con ninguna pista de cuáles pueden ser los próximos movimientos en el sector. Ni siquiera a micro cerrado. Ahora sólo queda esperar cuáles son los próximos movimientos, cómo evoluciona la estructura de propiedad del sector y ver cómo influye este proceso de cambio en la eficiencia y rentabilidad de un sector en el que la calidad, la innovación y la diferenciación son las mejores armas frente a un futuro incierto.
Acceso a la noticia en las páginas 6-7 del ejemplar de Valencia Fruits.
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