La borrasca Emilia deja un balance positivo para el campo con incidencias puntuales

Las intensas lluvias suponen un alivio para la agricultura y los embalses en regiones castigadas por la sequía, aunque han provocado problemas localizados

Las lluvias y las inundaciones han provocado daños puntuales en algunos cultivos. / ARCHIVO

Valencia Fruits. Redacción.

Las precipitaciones que ha dejado a su paso la borrasca Emilia han sido valoradas de forma mayoritariamente positiva por el sector agrario y las administraciones en distintas zonas del país, al aportar un volumen de agua relevante en un contexto de sequía prolongada. Las lluvias han contribuido a la recarga de suelos, acuíferos y embalses, mejorando la disponibilidad hídrica para cultivos y riego, si bien también han generado incidencias puntuales, especialmente en infraestructuras, accesos rurales y determinadas producciones agrícolas.

Región de Murcia

Asaja Murcia ha realizado una valoración favorable de las lluvias registradas en la Región de Murcia, destacando que han supuesto un aporte hídrico “muy relevante y necesario” para el sector agrario, aunque acompañadas de incidencias localizadas en algunas zonas y cultivos.

Según los datos pluviométricos recopilados por estaciones oficiales y redes locales, los acumulados más elevados se han registrado en el Valle del Guadalentín y el interior de la Región. Estas precipitaciones, “muy superiores a la media habitual para esta época del año, han contribuido a una importante recarga de los suelos agrícolas y a la mejora de la disponibilidad hídrica”, han indicado fuentes de la organización profesional agraria.

Desde el punto de vista agronómico, la organización subraya los efectos positivos en almendro, olivo, viñedo y cereal de invierno, al favorecer la acumulación de reservas hídricas y mejorar las condiciones de desarrollo de cara a la próxima campaña. En el caso de los cítricos, las lluvias contribuyen a mejorar el estado hídrico de las plantaciones y a reducir las necesidades de riego, siempre que exista un drenaje adecuado.

No obstante, Asaja Murcia advierte de problemas puntuales de encharcamiento y asfixia radicular, especialmente en cultivos hortícolas al aire libre, así como de retrasos en las labores agrícolas y dificultades de acceso a las parcelas. Asimismo, se están evaluando posibles daños por pedrisco registrados de forma localizada durante el episodio de inestabilidad, que podrían haber afectado a cítricos y hortalizas en determinadas zonas, pendientes aún de una valoración definitiva.

La organización también alerta de que la elevada humedad ambiental tras las lluvias incrementa el riesgo de enfermedades fúngicas, por lo que recomienda extremar la vigilancia fitosanitaria en los próximos días.

En relación con los recursos hídricos, Asaja Murcia valora positivamente el efecto de Emilia sobre los embalses de la cuenca del Segura, que han registrado aportaciones significativas, especialmente en los sistemas de cabecera y en los embalses reguladores. Aunque los niveles continúan siendo bajos tras años de sequía, estas lluvias suponen un “alivio parcial” y confirman la importancia de aprovechar cada episodio de precipitación para la recuperación progresiva de las reservas.

La organización agraria continúa recopilando información sobre el terreno y considera que este episodio “vuelve a poner de manifiesto la importancia de contar con infraestructuras adecuadas de drenaje, laminación y gestión del agua, que permitan aprovechar al máximo estas lluvias en una región con déficit hídrico crónico, minimizando al mismo tiempo los daños cuando se producen precipitaciones intensas”.

Almería

Las organizaciones agrarias UPA y COAG han calificado de “muy positivas” y “beneficiosas” las precipitaciones que ha dejado la borrasca Emilia en la provincia de Almería, pues el agua ha llegado en un momento clave para la siembra del cereal y ha permitido iniciar la recarga de embalses y acuíferos.

La secretaria general de UPA Almería, Francisca Iglesias, ha valorado que la lluvia ha caído “estupendamente” en la mayor parte de la provincia, con acumulados de entre 60 y 100 litros por metro cuadrado que no han generado escorrentías dañinas. “Es fundamental que haya caído esta lluvia porque estábamos en una situación crítica; se estaba sembrando el cereal en el norte de la provincia en seco”, ha explicado, destacando que el balance es “totalmente positivo” para el campo.

En la misma línea, el secretario provincial de COAG, Andrés Góngora, ha señalado que el paso del temporal ha sido “más beneficioso que perjudicial”. Según los datos recabados por la organización en zonas como Los Vélez y Huércal-Overa, no se han registrado daños estructurales en naves o invernaderos, aunque sí numerosos problemas de logística.

“Hay muchísimos caminos cortados y fincas a las que no se puede acceder porque las vías cruzan ramblas que todavía llevan agua”, ha detallado Góngora. No obstante, ha destacado como un dato muy favorable que el agua “está entrando”, aunque todavía en pequeñas cantidades, al embalse de Cuevas del Almanzora.

Ambas organizaciones han señalado que la única “pega” al episodio se ha localizado en la zona más oriental del Levante almeriense, en el límite con la Región de Murcia, donde UPA ha apuntado a posibles daños por una granizada registrada en San Juan de los Terreros, en el municipio de Pulpí.

Canarias

En Gran Canaria, las lluvias caídas durante el fin de semana han dejado más de dos millones y medio de metros cúbicos de agua, un volumen que garantizará el riego durante todo 2026 en la mayor parte de la isla y, “sin duda”, para todo el verano en su totalidad. La presa de La Aldea ha sido la más beneficiada por las precipitaciones, con un volumen acumulado de 1,1 millones de metros cúbicos en la última comprobación. En una comparecencia para informar de las consecuencias del paso de Emilia, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha destacado que, pese al elevado número de incidentes registrados, “afortunadamente” no ha habido que lamentar daños personales de consideración en ningún punto de la isla, ni siquiera en las zonas costeras, donde sí se han producido “daños importantes” en infraestructuras públicas y propiedades privadas.