Paco Borrás analiza cómo el consumo de mandarinas se ha mantenido estable en septiembre y octubre, pero cómo el origen se ha balanceado hacia el hemisferio sur

El análisis de la evolución de consumo y procedencia de las mandarinas a principio de temporada no es bueno para nadie, según Borrás. / ARCHIVO
Paco Borrás*
En los últimos años estamos asistiendo a un duelo en los lineales europeos entre el final de la campaña de mandarinas del hemisferio sur y el inicio de la nueva cosecha del hemisferio Norte, en los meses de septiembre y octubre. Traducido a nombres concretos este duelo tiene nombres propios: España y Sudáfrica.
España porque las cifras de los últimos años nos dicen que en estos dos meses representa entre el 80 y el 90% de todas las mandarinas que entran en la UE en esos dos meses. Del resto, las de origen comunitario son las satsumas de Croacia y las primeras clementinas de Portugal, Italia y Grecia, y las de terceros países del hemisferio norte son muy pequeñas cantidades de satsumas turcas y clementinas marroquíes.
Sudáfrica porque en estos momentos representa el 85% de todas las mandarinas que llegan en estos dos meses y es el país que más ha crecido en los últimos años ya que el resto de los países del hemisferio sur como Perú o Chile no han crecido prácticamente.
Nos lo ha contado con detalle el boletín número 75 de Seguimiento reforzado de las importaciones de cítricos por la Unión Europea del Ministerio de Agricultura, del Ministerio de Agricultura publicado con fecha 15 de diciembre.

Basándonos en estas informaciones y comparando estas cifras con las mandarinas que según Intrastat entran en la UE, la gráfica resultante es la que podemos ver como Gráfica 1.

Gráfica 1. Fuente: Boletín Nº75 MAPA, Intrastat y Datacomex
En esta última década las mandarinas consumidas en Europa han pasado de ser mayoritariamente europeas y sobre todo españolas a en estos momentos ser mitad europeas y mitad del hemisferio sur. Sobre todo, sudafricanas.
Hay una primea parte del análisis que no es bueno para nadie y es que en estos diez años el consumo de mandarinas se ha mantenido estable, alrededor de las 230.000 toneladas para estos dos meses y lo que ha habido es simplemente es un cambio del origen de esas mandarinas en los lineales de las tiendas europeas.
Las mandarinas europeas de estos dos meses son tanto en satsumas como en clementinas, variedades precoces con varios días de desverdización. Las mandarinas del hemisferio sur son básicamente Nadorcott y Tango o variedades tardías con buen comportamiento tanto para el transporte como en vida comercial. Inicialmente llegan con precios más caros que la oferta europea, pero es evidente que las cadenas europeas de distribución están alargando estos últimos años las semanas que mantienen estas mandarinas en sus lineales. A veces compartirán en la oferta las de origen europeo con las del hemisferio sur dejando al consumidor elegir, o en otros casos en enseñas de menos referencias solo mantendrán una mandarina.
Cuando se llega a estas situaciones la estrategia defensiva de la producción de mandarinas europeas, para mantener su mercado con producción local pasa por acciones políticas, por mejorar la calidad de las variedades precoces y por estrategias de mejorar el posicionamiento del producto local europeo en la mente del consumidor y de incrementar el consumo de cítricos dulces. Y para eso hace falta un sector de cítricos dulces organizado y potente.
*Consultor hortofrutícola internacional





