El girasol encara una campaña de siega tardía, escalonada y con buenas expectativas en la que el sector y la industria prevén buenos rendimientos
La Unión Europea es el tercer productor mundial de girasol.
La campaña de girasol se presenta este año bastante escalonada por una siembra algo tardía debido a las lluvias de primavera; el sector y la industria prevén buenos rendimientos, pero siguen preocupados por los precios y por la reducción paulatina de la superficie cultivada.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que se mejorarán las cifras de producción del pasado año, gracias a unas lluvias primaverales muy oportunas para este cultivo; aún así, España no producirá suficiente y tendrá que importar girasol para cubrir sus necesidades.
La Unión Europea (UE) es el tercer productor mundial de girasol, detrás de Ucrania y Rusia; Rumanía es el primero en el ámbito comunitario, seguido de Bulgaria, Hungría y Francia, mientras que España ocupa el cuarto quinto puesto en función de factores como la sequía.
El secretario general de la Asociación Nacional de Empresas para el Fomento de Oleaginosas Nacional y su Extracción (Afoex), Jorge de Saja, estima que este año se han plantado unas 900.000 hectáreas, una cifra que supera las previsiones que en su día hizo el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Además, según explica, los “rendimientos van a ser mayores”, en un campaña que tiene la “peculiaridad” de estar muy escalonada debido a la siembras tardías.
“Se está terminando en Andalucía, mientras que se está empezando a cosechar en Castilla-La Mancha y Castilla y León, y en las zonas más del norte no se ha cosechado nada”, detalla.
En cuanto al estado sanitario de las plantas, de momento, no hay problemas y espera que continúe así hasta el final de la siega.
Desde el Departamento Técnico de Asaja, Goyo Juárez cree que por lo que se ha visto en Andalucía, en términos de rendimiento, la cosecha “no va a ir mal”, con cifras de 1,5 toneladas por hectárea.
Como “muy aceptable” define la situación el responsable de herbáceos de COAG, Jorge Roales, especialmente con el clima como aliado, pues “llovió de una manera muy oportuna cuando lo necesitaba el cultivo y en verano ha habido muchas tormentas, lo que ha venido estupendamente”.
Desde Cuenca, una de las zonas productoras más importantes de girasol, el secretario general de UPA, Miguel Esponera, destaca que la siembra temprana “va muy bien” y el resto también, por lo que espera una siega “dentro de lo aceptable”.
El presidente del sector de cereales de Cooperativas Agro-Alimentarias, Juan Carlos Bermejo, coincide en vaticinar un buen rendimiento por el desarrollo vegetativo positivo de las plantas, por lo que se está comprobando en las regiones con las siembras más cercanas.
Como los ciclos están retrasados, espera que la siega no termine hasta finales de octubre y pone el foco en los precios, que “son bajos y siguen a la baja” por la presión mundial que originará “un año complicado” en este sentido.
Y es que, pese a las buenas perspectivas de este año, de cara al futuro el tema de debate sigue estando en la rentabilidad de este cultivo para los agricultores.
Asaja Sevilla ya indicó hace un mes que el sector del girasol “ve amenazada” su continuidad en Andalucía por los “precios de ruina que paga la industria extractora” y que en esta región se había perdido un cuarto de la producción, la misma cifra que estimaron los productores, cooperativas y la industria en Castilla-La Mancha.
De hecho, desde la pasada primavera se están manteniendo reuniones desde Afoex con diferentes administraciones regionales para intentar buscar soluciones y mejorar la rentabilidad, unas citas que se están cerrando “con diferentes sensibilidades”.
La idea es conseguir una “pequeña ayuda pública” en el marco de la próxima programación Política Agraria Común (PAC) y “reproducir el caso de la remolacha”, indica De Saja, “pues las comunidades autónomas pueden dar un pequeña parte del sobre a fomentar algún cultivo”.