La sanidad vegetal, el bastón de apoyo para la viabilidad del campo español

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La sanidad vegetal es esencial para mantener a raya plagas como la Xyella fastidiosa, la seca de la encina o la polilla guatemalteca

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Baleares y la Comunitat Valenciana han sido las regiones más castigadas hasta ahora por la Xylella fastidiosa. / Óscar Orzanco

Preservar el estado sanitario de las plantas y afrontar su cuidado cuando enfermen sustentan los principios de la sanidad vegetal, uno de los factores indispensables para garantizar la agricultura y la ganadería —y a sus 840.000 profesionales—, así como la producción de alimentos seguros.

Se trata de uno de los pilares en los que se apoya la agroalimentación y es esencial para mantener a raya a plagas que pueden poner en peligro productos básicos para el sector español como el aceite de oliva, el vino o el jamón de bellota.

Prueba de su papel fundamental, es que la ONU ha declarado 2020 como el “Año Internacional de la Sanidad Vegetal” con el objetivo de hacer ver a la sociedad que las plantas también enferman, de una forma similar a los animales, mediante virus, bacterias y otros patógenos que hay que atacar para asegurar la economía, la biología y, cómo no, la alimentación humana.

En España, según los expertos consultados por Efeagro, tres de las enfermedades vegetales más importantes ya presentes en el territorio son la Xylella fastidiosa, la seca de la encina y la polilla guatemalteca de la patata.

Xylella fastidiosa

Baleares y la Comunitat Valenciana han sido las regiones más castigadas hasta ahora por la Xylella fastidiosa, una bacteria que puede esquilmar a un amplio espectro de plantas leñosas, entre ellas almendros, ornamentales, vides u olivos.

La búsqueda de soluciones para acabar con esta bacteria, que transmiten insectos a las plantas, apremia, pero el problema radica en la dificultad para desarrollarla en laboratorio y estudiarla: de ahí su apellido ‘fastidiosa’, según señala el vicedirector del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, centro mixto del CSIC y la Universidad de València, Juli Peretó.

Este experto incide en que actualmente no hay un tratamiento efectivo —y eso que la Xylella lleva años instalada en el continente americano—, pero cree que hay líneas prometedoras como el estudio de bacteriófagos (virus que matan bacterias), que están adquiriendo protagonismo como posible solución al problema del aumento de las resistencias antimicrobianas.

Una de las iniciativas para luchas contra este problema ha sido unir esfuerzos y para ello se ha creado una red iberoamericana, de la que Peretó es coordinador, a través de la que España, Portugal y diferentes países americanos están poniendo en común sus investigaciones y conocimientos.

Seca de la encina

La ‘seca’ ha sido capaz de matar 500.000 encinas y alcornoques en 25 años y provocar pérdidas anuales de más de un millón de euros, según los datos del sector. Se desencadena por múltiples factores, aunque el principal es la acción de un organismo similar a un hongo (fitóftora) que pudre las raíces del árbol, según el investigador de la Universidad de Córdoba (UCO) Francisco José Ruiz.

Su abordaje es imprescindible para asegurar el futuro del jamón ibérico de bellota, por la necesidad del fruto para la montanera, y hay numerosas líneas de investigación abiertas para que la ‘seca’ no sea una amenaza seria para las dehesas en la península.

Las crecientes escorrentías, las elevadas temperaturas, una alta carga ganadera o el sobrepastoreo son factores que están facilitando la dispersión de este patógeno, de ahí que una de las líneas de acción consista en un manejo integral de las dehesas, según Francisco José Ruiz.

No obstante, hay otros trabajos destinados a estudiar la microflora del suelo y que ya han identificado una especie de Trichoderma (hongo) que podría atacar al organismo causante de la ‘seca’, pero que como explica Ruiz aún tienen que confirmarlo con más estudios.

Polilla guatemalteca

Distinto es el caso de la polilla guatemalteca, que afecta únicamente a la patata y se detectó en España hace ya 20 años, en las islas Canarias, aunque dio el salto a la península (Galicia y Asturias) hace tan sólo siete, recuerda el jefe de Servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Xunta, Víctor Novo.

Este insecto completa todo su proceso larvario dentro del tubérculo, del que se alimenta, y construye galerías en las que también deposita excrementos, proceso que provoca la aparición de enfermedades secundarias en el producto.

El insecto ha llegado a causar pérdidas cercanas al 50% de la producción total en zonas de Canarias y, aunque en Galicia no se han visto afectadas áreas de producción industrial, sí está atacando a pequeños huertos: hay 33 municipios afectados y en ellos se prohíbe su cultivo y transporte, bajo amenaza de sanción económica.

Víctor Novo es optimista con la posibilidad de su erradicación futura, gracias a esas medidas de prohibición y a las acciones de control con trampas que desprenden una feromona sexual atrayente para las polillas macho que permiten capturarlas.

­Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo la sanidad vegetal habla tanto de prevención como de tratamiento para asegurar la salud de los cultivos.