Más prácticas ambientales: el reto para el sector agrario

Gustavo Ferrada Navidad
Deterra líder multiproducto

El sector agrario español encara el reto de adoptar más prácticas ambientales para combatir el cambio climático

La próxima PAC destinará al menos un 40% de las ayudas a fines ambientales y climáticos. / ARCHIVO

Belén Delgado. Efeagro.

El sector agroalimentario de España encara la lucha contra el cambio climático con el reto de implementar más prácticas ambientales para reducir las emisiones contaminantes y prepararse ante unas condiciones más difíciles por el calentamiento global.

Según el avance de emisiones de gases de efecto invernadero que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), en 2020 España liberó a la atmósfera 271,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, de los que 38,2 millones (el 14,1% del total) proceden del sector agrario.

Al margen de lo que se decida en la Cumbre del Clima que acaba de comenzar en la ciudad escocesa de Glasgow, la próxima Política Agraria Común (PAC) destinará al menos un 40% de las ayudas a fines ambientales y climáticos.

Gestión del suelo

Las estrategias europeas “De la granja a la mesa” y de Biodiversidad incluyen la reducción del uso de insumos como pesticidas y fertilizantes, y el aumento de la superficie ecológica para 2030.

El director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar, apunta que los cultivos en España deberán adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y que “los productos fitosanitarios permiten asegurar la productividad suficiente para que se pueda producir más con menos”.

La industria europea de fitosanitarios se ha comprometido a invertir 14.000 millones de euros para el desarrollo de la agricultura de conservación y técnicas de edición genética.

Palomar apunta que son necesarias tecnologías, innovación y una legislación que fomente la agricultura de precisión.

Una postura opuesta tiene la presidenta de la Sociedad Española de Agricultora Ecológica (SEAE), Concepción Fabeiro, que centra la lucha contra el cambio climático en la conversión a la ganadería y la agricultura ecológica.

Estas actividades contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, debido en parte a la no fabricación de fertilizantes químicos y sintéticos, los cuales considera que “no son necesarios” para obtener buenos rendimientos y alimentar a la población.

A esto se unen otras prácticas sostenibles como un laboreo más superficial y el uso de cubiertas vegetales, que favorecen la captación de carbono y evitan la erosión del suelo.

Fabeiro llama a relocalizar la producción de alimentos, fomentar el consumo de proximidad y reducir el desperdicio alimentario, además de aumentar el apoyo a la agricultura ecológica.

Frente a la escasez de agua

Según el Miteco, España cuenta con un 74% de zonas secas y más de 9 millones de hectáreas con riesgo alto o muy alto de desertificación.

La gestión adecuada del agua se ha vuelto un asunto primordial en la agricultura española, que en 2019 disponía de 3,8 millones de hectáreas de regadío, de las que 2 millones se corresponden con riego localizado o por goteo.

El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, insta a modernizar los sistemas de regadío “con criterios de eficiencia hídrica y energética”, además de incrementar la capacidad de almacenamiento de agua y energía, y emplear renovables.

“Habrá que usar menos agua y regar de forma más eficiente, aplicando el volumen justo de agua” y evitando la salinización de las tierras de cultivo, apunta.

El portavoz de la fundación Aquae, Manuel Martín, añade que hace falta seguir trabajando para evitar la contaminación del agua, proteger los acuíferos y ahorrar recursos hídricos ante los efectos negativos del cambio climático, con más periodos de sequía.

“Es necesaria una política más solidaria de los usos del agua, potenciando todas las alternativas posibles y viables”, como trasvases, regeneración de aguas residuales, recogida de pluviales o desalación, comenta Martín.