La eurodiputada analiza los frentes abiertos de Bruselas para beneficiar la competitividad del sector citrícola español
Inmaculada Rodríguez-Piñero. Eurodiputada del PSPV-PSOE y miembro de la Comisión de Comercio Internacional.
Los próximos meses van a ser muy importantes para el presente y el futuro de los cítricos valencianos. La Comisión Europea tiene abiertos tres importantes debates que pueden beneficiar a la competitividad de nuestros productores y a combatir la competencia desleal en el mercado común y, por extensión, en el internacional.
Una vez transcurridos cinco años desde su aprobación, la Comisión ha iniciado la evaluación del Acuerdo de Asociación Económica con Países de África Meridional, conocido comúnmente como acuerdo con Sudáfrica, para analizar el impacto y las posibles distorsiones que haya podido producir su aplicación y determinar las propuestas de mejora que procedan.
Gracias a las diversas reuniones organizadas desde mi despacho con los responsables de la Dirección General de Comercio y los representantes de la Generalitat, la Unió de Llauradors y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), puedo afirmar que en Bruselas se conocen con datos rigurosos las distorsiones que los cítricos importados desde Sudáfrica provocan a nuestros productores en el mercado común. Esta temporada, una vez más, se está produciendo un efecto tapón a nuestras exportaciones en los lineales europeos, erosionando el precio de nuestros cítricos en el inicio de la campaña.
Por todo ello, el Gobierno de España, finalmente y a petición del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tal y como he venido reclamando desde hace tiempo, solicitará que los cítricos sean considerados como “producto sensible” en la evaluación del acuerdo comercial con Sudáfrica. Esta tipificación puede ayudar a limitar la entrada de cítricos o a incrementar los aranceles en los meses críticos para evitar esa evidente distorsión del mercado que tanto afecta a los productores valencianos y españoles.
“Gracias a las diversas reuniones organizadas desde mi despacho con los responsables de la Dirección General de Comercio y los representantes de la Generalitat, la Unió y AVA, puedo afirmar que en Bruselas se conocen con datos rigurosos las distorsiones que los cítricos importados desde Sudáfrica provocan a nuestros productores”
Hace unos días se reunió en Bruselas el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCPAFF, en sus siglas en inglés). En dos jornadas maratonianas, se valoró el demoledor informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) sobre el sistema sudafricano de lucha contra la plaga de la falsa polilla (Thaumatotibia Laucotreta).
El Gobierno de España, en la reunión de dicho Comité y basándose en el citado informe en el que han participado técnicos valencianos, exigió de manera contundente el tratamiento en frío para las importaciones de cítricos procedentes de Sudáfrica. Una demanda de nuestros citricultores por la que trabajamos intensamente todos los actores interesados: la Generalitat Valenciana; el Ministerio de Agricultura, quien ha interpelado por escrito a la Comisaria Kyriakides y mantenido diversas reuniones oficiales con la Comisión; yo misma, en mi calidad de eurodiputada valenciana, he solicitado por carta a la Comisaria responsable el establecimiento de este instrumento de control y eliminación de plagas; y los representantes del sector como la Unió de Llauradors que ha participado activamente para conseguir el mismo objetivo.
La controversia está en su momento clave y es fundamental que la EFSA y el Gobierno de España, como Estado Miembro, defiendan esta tesis, como también es igualmente importante que otros países se sumen a la iniciativa. Y en esto estamos trabajando. De momento, hay países que, tras el informe de la EFSA, se suman a que hay que aplicar ya el tratamiento en frío y otros que aseguran que podría encarecer el precio y prefieren otras alternativas.
Negociación comunitaria en estado puro. Estados Miembros que defienden intereses diferentes. Pero no cabe duda de que en esta discusión tenemos la ciencia y la razón de nuestra parte y no vamos a cejar en el empeño para que se aplique este tratamiento a los cítricos importados desde Sudáfrica, como ya les exigen China y EEUU y como los citricultores valencianos y españoles aplican a sus envíos transatlánticos.
El tercer debate clave en el que está inmersa la Unión Europea es el de las interceptaciones de plagas y fitosanitarios prohibidos en frontera. El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF, en sus siglas en inglés) detecta casi a diario partidas de cítricos importados que vulneran la normativa comunitaria. Esto plantea una dicotomía, ya que evidencia que es necesario incrementar los controles, pero, a la vez, certifica que el sistema funciona.
“No vamos a cejar en el empeño para que se aplique el tratamiento en frío a los cítricos importados desde Sudáfrica, como ya les exigen China y EEUU y como los citricultores valencianos y españoles aplican a sus envíos transatlánticos”
La RASFF es un ejemplo de transparencia porque permite acceder a los datos de interceptaciones y se consiguió gracias a las peticiones de los Estados Miembros en un debate que lideró España y la Generalitat Valenciana.
Si no se hubiera insistido en Bruselas con datos, análisis y argumentos, como siempre he reclamado, seguirían sin conocerse muchos de los problemas que nos acechan.
Ahora es el momento de ir a la Comisión Europea con la información que disponemos para que se plantee un incremento de los controles, o incluso se paralice la importación de cítricos procedentes de países que no cumplen nuestros estándares. Lo conseguimos con Argentina y estoy segura de que desde la unidad, el rigor y la colaboración de todos, seguiremos avanzando.
La entrada de España en la Unión Europea nos hizo partícipes y corresponsables del proyecto económico y político más importante de la historia. Cedimos competencias, pero ganamos influencia en el mundo. Muchos de los designios de los valencianos ya no se deciden en Valencia, Alicante, Castellón o Madrid, sino que dependen de la UE. Y la UE somos todos.
“Es el momento de ir a la Comisión Europea con la información que disponemos para que se plantee un incremento de los controles, o incluso se paralice la importación de cítricos procedentes de países que no cumplen nuestros estándares”
Con argumentos, con datos y con ciencia tenemos la capacidad de influir y de que las políticas europeas sean lo más justas y beneficiosas para nuestra economía. Pero para conseguirlo hay que estar presente en Bruselas, en nuestras instituciones comunitarias, en nuestras agencias, en los debates, en los foros y, si me permiten la expresión, necesitamos estar presentes hasta en la sopa.
El Foro Citrícola Valenciano que presentamos el pasado mes de julio y en el que participan desde el pequeño productor al gran exportador, pasando por la Conselleria de Agricultura y el Parlamento Europeo, es un paso importante, pero no es suficiente. Nuestro potente sector agrícola debe seguir acudiendo a Bruselas e incrementar su presencia: hacer pasillo, reunirse con técnicos de la Comisión y de las agencias y hacer mucho trabajo de despacho. Si no lo hacemos, otros lo harán por nosotros.
Un sector competitivo como el de los cítricos valencianos, que exportó en 2020 por valor de casi 2.500 millones de euros y que es valorado y querido por los consumidores de todo el mundo, no se puede permitir el lujo de no estar presente en Bruselas todos los días. La UE nos da las herramientas, usémoslas.