El secretario general de La Unió de Llauradors i Ramaders destaca la difícil situación que viven los citricultores, marcada por el solapamiento con cítricos del hemisferio sur y la subida de los costes

Carles Peris repasa todos los obstáculos que encuentran los productores en esta campaña. / GG
Gonzalo Gayo. Valencia.
Carles Peris destaca el riesgo de solapamiento con los cítricos del hemisferio sur en la primera parte de la campaña española y con los de otros países ribereños con la campaña avanzada, una situación que hace aún más difícil para los productores el dar salida a una fruta cargada de sobrecostes que, además, no acaba de ver despegar su precio en el campo.
Valencia Fruits. ¿Cómo está evolucionando la campaña citrícola? ¿Cuáles son los principales frentes en la batalla?
Carles Peris. La evolución de la actual campaña no está siendo positiva en los primeros precios de la variedad Navelina, reina por excelencia en naranja de calidad y volúmenes. Si hablamos de pequeños cítricos, las clementinas se comportan de forma estable al tener una caída importante del aforo en zonas productoras como Castelló del 28%. En general tenemos un aforo de 3,2 toneladas en la Comunitat Valenciana y de 6,7 en España, que están dentro de la media y que no deberían suponer un hundimiento de precio ni problemas de mercado. Más bien al contrario, debería permitir salir de forma ordenada y con volúmenes ajustados, pero sin embargo hay demasiados frentes negativos abiertos por resolver.
“Las amenazas son la presión de volúmenes altos de cítricos procedentes de terceros países que se solapan con nuestras campañas”
Las amenazas son la presión de volúmenes altos de cítricos procedentes de terceros países como Sudáfrica que solapan el inicio de nuestras campañas y después a partir de enero tendremos los de Egipto. Otro factor importante es el aumento de los costes de producción por el encarecimiento de materias primas en campo y almacén, que no podemos repercutir en el precio final porque las grandes cadenas nos marcan el precio. No debemos olvidar tampoco los incrementos de los tratamientos para combatir las plagas. Implementar unos sistemas de lucha biológica resulta caro todavía, junto a unos productos químicos muy evolucionados y respetuosos bajo la política estar cada vez más adaptados a los niveles de exigencia más altos a nivel mundial. Y es que hacer la mejor calidad y sostenibilidad implica un mayor coste y esto en ocasiones no se está valorando por el mercado. Si lo sumamos a unas importaciones con estándares inferiores y diferentes nos resta competitividad en mercado global.
Tenemos también las importaciones procedentes de Turquía, donde la Unión Europea, gracias en parte a la presión de nuestra organización, ha aumentado los controles ante el número creciente de rechazos por uso de plaguicidas con sustancias activas prohibidas aquí o por superar los LMR. Pero no nos damos por satisfechos y hay que vigilar más y tener en cuenta también las importaciones procedentes de Egipto. La reciprocidad debería ser algo innato, pero lamentablemente no sucede así y competimos en desigualdad de condiciones.
VF. ¿Qué medidas solicitan ante el encarecimiento de los costes de producción?
CP. La brutal subida de los fertilizantes, electricidad, gasoil o piensos no se está trasladando a los precios percibidos por los citricultores y así se agrava la crisis que sufre el sector. La situación pone de manifiesto el fracaso de las medidas adoptadas en marzo pasado en el marco de la Ley de la Cadena Alimentaria y la necesidad de hacer una reforma en profundidad “y no un mero maquillaje”. Por ello reclamamos medidas urgentes ante ese encarecimiento tan desorbitado.
En este sentido y de forma concreta hemos pedido al ministro de Agricultura, Luis Planas, que traslade a la Comisión Europea una petición formal para que se suspendan los aranceles que gravan las entradas de mezclas de urea y nitratos amónicos desde 2019, cuando se adoptó esta medida contra las importaciones procedentes de Rusia, EEUU y Trinidad y Tobago. Eliminar esta imposición podría contribuir a aliviar la actual situación.

En este inicio de campaña no se ha visto el auge de consumo de 2020. / ARCHIVO
El riego es otro de los costes importantes para los citricultores valencianos y la gran subida por la factura eléctrica recae sobre la renta y competitividad de nuestras explotaciones. Entre otras cosas, desde La Unió proponemos el establecimiento de nuevas tarifas que permitan adecuar la contratación a las puntas de la estacionalidad del uso de la energía eléctrica para el regadío o para la elaboración en pymes agroindustriales, como las cooperativas. También abogamos por que se autorice la posibilidad de que las entidades de riego puedan realizar dos cambios de potencia al año según las necesidades de riego en cada momento.
VF. ¿Qué está pasando con la Navelina y la caída de precios registrada? ¿Qué proponen para combatir el abuso?
CP. Se está produciendo un solapamiento importante de fruta sudafricana en nuestro arranque, sumado a que la demanda no es alta todavía por la falta de frío en centroeuropa. Por su parte, tenemos un aforo superior en Navelina sobre la anterior campaña. Sumando todo lo anterior nos salen demasiados factores negativos.
Las ventajas comerciales del acuerdo de Sudáfrica con la UE está más que comprobado que desestabilizan a las producciones europeas en el inicio de campaña. Por tanto, ahora que estamos en pleno proceso de revisión hay que modificarlas y rebajar el periodo que se amplió un mes y medio del 15 de octubre al 30 de noviembre. Hay que trabajar para reducirlo y a partir de ahí establecer mecanismos de regulación, de ordenación mediante aranceles, para que cuando no seamos deficitarios produciendo cítricos en determinados meses pues que no se concedan tantas ventajas porque desestabilizan nuestra campaña. También hay que aplicar el tratamiento de frío para evitar la entrada de plagas y que exista una verdadera reciprocidad fitosanitaria.
VF. ¿Qué impacto va a tener la PAC y cómo ve el futuro del sector? ¿Qué le pide al gobierno y a la UE?
CP. El impacto en el sector citrícola de la próxima PAC que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2023 va a ser prácticamente insignificante. En este sentido, para las ayudas del actual pago básico que pasarán a llamarse Ayuda Básica a la Renta Sostenible, la variación va a ser mínima y únicamente nos podrá afectar en función de la región agraria en la que sitúen el cultivo y ver allí cómo le va a afectar la convergencia. El resto, es como decimos en La Unió que las sucesivas reformas de la PAC son siempre cambiarlo todo para que cobren los mismos y con menos presupuesto.
“Las sucesivas reformas de la PAC son siempre cambiarlo todo para que cobren los mismos y con menos presupuesto»
Tenemos claro que las ayudas de la PAC deben ir, principalmente, para las personas que se dedican profesionalmente al sector agrario y para aquellas que viven y ejercen la actividad agraria en zona rural en peligro de despoblación y, en este caso, aunque no sean profesionales de la agricultura. Por otra parte, deben suprimirse los derechos históricos —no va a ocurrir, al menos durante los primeros años de la nueva PAC— y facilitar que puedan cobrar las personas profesionales de sectores que en su día no generaron derechos de ayuda como es el caso de la frutas y hortalizas. A pesar de las promesas del ministro Luis Planas que hizo en Valencia en octubre de 2020, los agricultores de frutas y hortalizas lo van a tener complicado para acceder a las ayudas, porque solamente les han dejado la opción de hacerlo a través de la Reserva Nacional y eso va a ser muy complicado por no ser prioritarios y por no haber suficiente disponibilidad allí de derechos suficientes para cubrir la superficie de cultivo.
VF. ¿Cuál ha sido el impacto sufrido por la pandemia en la agricultura valenciana?
CP. Durante el año 2020 fue un impacto bastante positivo ya que el consumo de cítricos creció de forma notable y esto hizo que en la segunda parte de la pasada campaña los precios para los citricultores fueron algo mejores a lo esperado inicialmente. El consumo aumentó porque los consumidores priorizaron la compra de productos más sanos pensando en reforzar su sistema inmunológico.
Sin embargo, en este inicio de campaña, tal vez por todos esos factores que he mencionado anteriormente, no se detecta ese auge del consumo que vivimos en los inicios de la pandemia. Esperemos que con el paso de los meses crezca y se siga teniendo a los cítricos como un producto eficaz de prevención ante los problemas relacionados con la salud.
