La crecida del Ebro inunda miles de hectáreas y anega campos y cultivos a su paso

a crecida del Ebro ha inundando miles de hectáreas por su paso por Aragón, La Rioja y Navarra, ocasionando cuantiosas pérdidas en la agricultura. / GUARDIA CIVIL
Javier Ortega. Aragón.
El Gobierno de Aragón estima que la crecida extraordinaria del río Ebro a su paso por la provincia de Zaragoza anegó unas 20.000 hectáreas, de las que 15.000 son de cultivos agrícolas y de ellas unas 12.000 han sufrido daños de diferente magnitud.
A dichas inundaciones en Aragón hay que sumar las registradas en La Rioja y Navarra, por lo que en total pueden superar las 40.000 hectáreas afectadas con pérdidas de decenas de millones de euros en cultivos, como hortalizas, cereales de invierno, leñosos o forrajes así como caminos, canales de riego y otras infraestructuras agrícolas y ganaderas.
Si se toma como referencia la gran riada de 2015 entonces se inundaron 44.00 hectáreas en toda la ribera del Ebro con unas pérdidas de unos 200 millones de euros.
El Consejo de Ministros del pasado viernes declaró a los municipios afectados zona de emergencia (catastrófica). Así lo había anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a algunos puntos de las comunidades afectadas, acompañado por los presidentes de La Rioja, Navarra y Aragón, Concha Andreu, María Chivite y Javier Lambán, respectivamente.
También el Rey Felipe VI se interesó por la riada y, a través del presidente Lambán, envió un mensaje de solidaridad a los municipios afectados.
El consejero de Agricultura del Gobierno aragonés, Joaquín Olona, se reunió con el director territorial de Agroseguro en Aragón para habilitar las medidas necesarias para hacer frente a las afecciones. Tras la reunión, Olona declaró que, “si bien aún es pronto para concretar los daños agrícolas, no lo es para preparar todas las medidas necesarias para hacer frente a ellos entre las que el seguro agrario juega un papel absolutamente determinante”.
A las inundaciones en Aragón hay que sumar las de La Rioja y Navarra, por lo que en total pueden superar las 40.000 hectáreas afectadas
Reconoció el sacrifico de los agricultores al permitir que se inundaran sus campos para laminar el río e impedir así que el agua entrara a los casos urbanos.
En este sentido señaló que “seremos coherentes compensando como es debido esta importante contribución agraria al bienestar e interés general que sería a todas luces injusto si recayese sobre los bolsillos exclusivos de ellos”. Añadió que “donde no pueda llegar Agroseguro por razones de legalidad y normativa, llegará el Gobierno de Aragón”.
Hortalizas arrasadas
Algunas organizaciones agrarias han elevado las previsiones de cultivos inundados respecto a los datos del Gobierno aragonés. Así UPA la sitúa en 16.000 hectáreas y UAGA en 14.000.
No obstante, UAGA precisa que las plantaciones de hortaliza están arrasadas en su totalidad y para evaluar los daños en el resto de producciones habrá que esperar a que se retire el agua y pasen las semanas, solo así se verá si los sembrados de cereal se han perdido.
Además, calcula que unas 4.000 hectáreas de pastos han quedado anegadas, lo que deja sin fuente de alimento a muchas explotaciones de ovino de la ribera que, mientras el agua no se retire y se recuperen esos eriales, no podrán sacar a su animales a pastar.
Según UAGA, hay unas 4.500 hectáreas recién sembradas de trigo, cebada y avena principalmente, y habrá que ver cómo soportan tantos días bajo el agua. El mayor riesgo es que la semilla, al no estar fijada al suelo (enraizada), se hinche y salga a la superficie.
En lo que respecta a la alfalfa son unas 6.000 hectáreas las que se cultivan en toda la ribera, y ahora, tras el último corte realizado en noviembre, están en reposo invernal, así que los posibles daños serían los producidos por la acumulación de lodos, que podrían asfixiar a la planta e impedir su rebrote en primavera.
El Gobierno de Aragón estima que la crecida extraordinaria del río Ebro a su paso por la provincia de Zaragoza anegó unas 20.000 hectáreas, de las que 15.000 son de cultivos agrícolas
En el caso de la producción hortícola (col, brócoli, acelga, borraja) las hectáreas inundadas se aproximan a las 250 y aquí las pérdidas son del 100%. Y falta contabilizar la superficie afectada de leñosos (frutales, almendros y olivos), ya que en los últimos años se ha incrementado el número de plantaciones. Habrá que ver cómo le afecta a los árboles (preocupan las plantas más jóvenes) tantos días dentro del agua.
Además de los daños directos sobre los cultivos, a los agricultores también les preocupa los destrozos causados por el empuje del agua en las infraestructuras: acequias, instalaciones de riego, naves ganaderas, unos daños que solo se podrán calcular, una vez se retire el agua de las parcelas.
Ante las frecuentes inundaciones por la crecida del Ebro, cada vez son más los agricultores que optan por asegurar sus cultivos, pero, según UAGA, “lamentablemente las indemnizaciones son cada año más bajas y no cubren la pérdida de la cosecha”. Por esta razón, dicha organización exige a Agroseguro y al Consorcio que “no utilicen triquiñuelas y abonen a los agricultores afectados el valor real de la producción perdida”.
Explica que, como en cualquier catástrofe, la indemnización de los daños es el punto más conflictivo. Pero en este caso, los profesionales de la agricultura “se sienten doblemente castigados”.
Al hecho de que cada vez es más caro contratar una póliza para asegurar un cultivo en la ribera del Ebro, se le añade que en las crecidas extraordinarias las autoridades siempre toman la decisión de romper motas e inundar parcelas de cultivo para mitigar la fuerza del río y salvaguardar así el casco urbano de algunos pueblos y sobre todo, para causar el daño mínimo en la ciudad de Zaragoza.
En ese sentido, UAGA señala que “ese sacrificio que hacen las gentes del campo al perder toda su cosecha y por tanto, su fuente de ingresos, no se ve recompensado”.
Navarra
En el caso de Navarra, su consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra, Itziar Gómez López, aseguró que habían trasladado al ministro de Agricultura, Luis Planas, el impacto de las inundaciones en esa comunidad autónoma en los cultivos y los regadíos. Gómez López afirmó que las inundaciones se han producido en un momento “clave” de la campaña en cultivos de invierno como el cardo, la alcachofa de Tudela, el brócoli o la coliflor.
Por su parte, el presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), Félix Bariáin, ha apuntado que hay más de 15.000 hectáreas agrícolas afectadas en esta región.
“Las inundaciones son históricas, los agricultores nos dicen que nunca habían visto llegar el agua a esa altura en sus fincas”, ha apuntado Bariáin, quien ha añadido que “la afección económica es mucho más importante que en las inundaciones sufridas en 2018”.
A las hectáreas de cultivos anegadas en Navarra, ha sumado el daño en las infraestructuras y los caminos rurales para acceder a las parcelas.
Bariáin ha demandado que la Confederación Hidrográfica del Ebro y las distintas administraciones públicas coordinen la “reivindicación histórica” de retomar la limpieza del cauce del río, porque “hacen falta soluciones estructurales, ya que cada tres años se produce un desastre ecológico y medioambiental”.
Limpiar el ebro
Los pueblos ribereños ven cómo año tras año, aunque el Ebro lleve menos caudal y altura, sufren inundaciones debido a la maleza e islotes acumulados en su cauce. Por eso, la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro, las organizaciones agrarias, los ayuntamientos y los vecinos reclaman que se acometa la limpieza del río.
El propio presidente de Aragón, Javier Lambán, ha pedido ayuda al Estado para dicha limpieza y así minorar los efectos de las riadas. Calcula que se necesitaría una inversión global de 80 millones de euros del Estado para afrontar los trabajos de limpieza de los cauces y aminorar los daños que produzcan futuras crecidas.
Un montante que, según ha recordado, el Gobierno autonómico contempló en su denominado Plan Ebro 2030 y que permitiría “erradicar riesgos sobre las poblaciones”.
Lambán se mostró “satisfecho” de cómo los trabajos de años anteriores “han dado sus frutos”, siendo “el mejor acicate” para “seguir limpiando el río de maleza y vegetación”.
Dichas obras de contención han evitado que en esta ocasión se hayan inundado cascos urbanos en la provincia de Zaragoza, no así en Navarra, con Tudela como la localidad más castigada.
Igualmente, el presidente aragonés reivindicó la construcción de embalses para “aminorar el impacto” de la crecida de los ríos.
El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, insistió en que “es necesario que de una vez por todas nos tomemos en serio limpiar el río y acometer las obras, reformas y limpiezas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir”.