Roger Llanes: “Expectativas para una campaña favorable”

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Tras la publicación de las previsiones para la campaña citrícola, el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comunitat Valenciana analiza los datos y sus consecuencias

Llanes destaca algunas iniciativas propuestas por la Conselleria y la Generalitat para apoyar a los citricultores. / VF

Roger Llanes (*)

Si algo nos enseña la experiencia es que casi siempre resulta aconsejable ser cautos. Más aún si de lo que vamos a hablar es de naranjas, de la campaña de cítricos, para ser más precisos, un largo periodo comercial que se prolonga, a caballo entre dos años, desde principios de septiembre hasta junio y en el que conviven y se suceden gran cantidad de variedades distintas y que se ve sometido a avatares e imprevistos de diversa índole. Por tanto, emitir juicios demasiado categóricos resultaría temerario.

Partamos pues del necesario principio de prudencia que hace al caso, pero no por ello ni debemos pasar por alto ni dejar de analizar los datos relativos al aforo de los que disponemos, así como determinadas previsiones de orden coyuntural que deben proporcionarnos ciertas claves sobre las expectativas que ofrece la temporada citrícola 2022/23.

Como ya se sabe, la cosecha será sensiblemente menor que la del curso precedente. En el conjunto de España, las previsiones oficiales contemplan un descenso del 15,6%, lo que en términos productivos sitúa el volumen de fruta en 5,9 millones de toneladas, esto es: 1,1 millones menos que en el ejercicio anterior. La caída en naranjas, de acuerdo con las cifras que maneja el ministerio de Agricultura, se materializará en un 19,9%, mientras que la disminución en mandarina será del 9,8%, en limones del 12,4% y en pomelos del 13,7%.

Esa misma tendencia decreciente se refleja también en la Comunitat Valenciana, donde la reducción global será algo superior al 8%, al pasar de los 3,2 millones de toneladas registrados la campaña pasada a los 2,9 previstos para la que ahora arranca. En naranjas, los cálculos para esta temporada hablan de 1,6 millones de toneladas (150.000 menos que el curso anterior), al tiempo que en mandarinas la producción se situaría en poco más de 1,2 millones de toneladas (100.00 menos que en el ejercicio precedente.

Las cifras nos revelan un dato contundente: estamos ante la cosecha de cítricos más baja de los últimos diez años y los motivos de esta circunstancia hay que buscarlos, fundamentalmente, en unas condiciones climáticas extremas marcadas por lluvias copiosas y continuadas durante las fases de cuajado y floración, a las que siguieron, ya en los estadios posteriores de la evolución del fruto, las elevadísimas temperaturas que han caracterizado este verano sofocante.

“Las cifras nos revelan un dato contundente: estamos ante la cosecha de cítricos más baja de los últimos diez años y los motivos de esta circunstancia hay que buscarlos, fundamentalmente, en unas condiciones climáticas extremas marcadas por lluvias copiosas y continuadas durante las fases de cuajado y floración, a las que siguieron las elevadísimas temperaturas que han caracterizado este verano sofocante”

Pero lo verdaderamente sustancial, como ocurre en cualquier actividad económica, será el rendimiento económico que pueda derivarse de una situación determinada y a la vista de los datos disponibles sobre la cosecha citrícola, y pese al carácter especulativo de cualquier pronunciamiento de esta naturaleza, podemos establecer que el punto de partida no es negativo en absoluto. Si bien es cierto que una caída tan acusada de la producción puede traducirse en una merma de los ingresos globales, tampoco lo es menos que esa oferta más reducida debe espolear los precios al alza generando un clima comercial favorable que permita a todos los operadores que configuran el entramado citrícola obtener un rendimiento adecuado por su esfuerzo.

“Pero lo verdaderamente sustancial, como ocurre en cualquier actividad económica, será el rendimiento económico que pueda derivarse de una situación determinada y a la vista de los datos disponibles sobre la cosecha citrícola, y pese al carácter especulativo de cualquier pronunciamiento de esta naturaleza, podemos establecer que el punto de partida no es negativo en absoluto”

Abundando en este punto, bastará con apuntar que todos tenemos aún frescas en la memoria campañas que han registrado récords de cosecha y se han saldado con cotizaciones desastrosas motivadas en gran parte por la depreciación del producto en unos mercados incapaces de absorberlo a precios satisfactorios.

Por el momento, los efectos de este descenso en la producción de cítricos comienzan a dejarse sentir en estos primeros compases de la temporada: hay animación e interés en el campo y las primeras operaciones se están cerrando con resultados atractivos para el productor. Y es ahora, precisamente, en medio de esta coyuntura, cuando hay que apelar más que nunca a la profesionalidad y al buen hacer de todos y cada uno de los actores que intervienen el proceso, desde al agricultor, pasando por el comercio y terminando por la distribución, para que no cundan las prisas, para no precipitarse y, en definitiva, para que la fruta llegue a los mercados en su punto óptimo de maduración y sabor.

“Por el momento, los efectos de este descenso en la producción de cítricos comienzan a dejarse sentir en estos primeros compases de la temporada: hay animación e interés en el campo y las primeras operaciones se están cerrando con resultados atractivos para el productor. Y es ahora, precisamente, cuando hay que apelar al buen hacer de todos los actores que intervienen el proceso para que la fruta llegue a los mercados en su punto óptimo de maduración y sabor”

Con una cosecha como la actual el sector no puede permitirse el lujo de defraudar a los consumidores, porque con una gestión adecuada la actual campaña citrícola cuenta con los requisitos necesarios para ofrecer un buen rendimiento económico.

Ayudas frente a la incertidumbre

Sea como fuere, y haciendo de nuevo referencia a esa necesidad de pronunciarse con cautela, no podemos olvidar que vivimos tiempos convulsos a raíz de la guerra de Ucrania. El sector primario, al igual que el resto del tejido empresarial que se activa a su alrededor, están sufriendo de manera especialmente intensa tanto la escalada de los precios de la energía como las distorsiones en los mercados internacionales.

En este sentido, plenamente conscientes de la situación expuesta y en el ejercicio de nuestra responsabilidades de gobierno al frente de la Generalitat Valenciana, creo que no es una noticia menor para los productores citrícolas la puesta en marcha, por primera vez en la historia, de una partida de ayudas directas de casi 25 millones de euros para contribuir a contrarrestar, en la medida de lo posible, esos efectos tan negativos que sobre la economía mundial está causando el sangriento delirio expansionista de Vladimir Putin.

Y como hablamos de mercado me gustaría referirme también a la muy reciente creación, por parte de la conselleria de Agricultura, de la Agencia Valencia de Información y Control Alimentario (AVICA), un instrumento surgido al calor del desarrollo de la reforma de la Ley de Cadena Agroalimentaria y cuya finalidad no es otra que contribuir a proporcionar un marco de seguridad que permita a los distintos agentes que intervienen en el proceso comercial, a todos ellos, reitero, a todos ellos, obtener una compensación justa y equilibrada por su trabajo.

Sudáfrica y  el tratamiento de frío

Voy a referirme, por último, a un hito que es el resultado directo de la colaboración y las acciones coordinadas que están llevando a cabo el sector citrícola en su conjunto, la Generalitat Valenciana, con la implicación personal del president Ximo Puig, la consellera Mireia Mollà y la eurodiputada socialista valenciana Inmaculada Rodríguez Piñero. Estoy hablando, naturalmente, de la decisión de la Comisión Europea de imponer a Sudáfrica la obligatoriedad de realizar un tratamiento en frío a los cítricos de aquel país con destino a los mercados comunitarios a fin de salvaguardar nuestras producciones frente al riesgo cierto de entrada de nuevas plagas.

Sabemos que la aplicación del tratamiento en frío por parte de los exportadores sudafricanos en las primeras partidas que han remitido este año a Europa ha suscitado, y aún sigue haciéndolo, dudas razonables sobre el grado de rigor y cumplimiento de esta medida.

Ante las informaciones que circulan, Rodríguez Piñero ya ha cursado una pregunta y una solicitud formal a los responsables comunitarios en la materia para que investiguen hasta el fondo cualquier laxitud en la que pueda haber incurrido Sudáfrica, adopten las disposiciones necesarias y depuren responsabilidades en caso de que se detecte algún incumplimiento.
Estamos abordando el asunto con toda la seriedad que sin duda merece y desde luego no vamos a permitir que nadie eluda la legislación europea ni trate de malbaratar y desvirtuar un logro histórico que tanto esfuerzo ha costado conseguir.

Roger Llanes(*) Secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural

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