Camino García: “La fertilización sostenible”

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La directora general de Aefa, Camino García Martínez de Morentín opina sobre el Pacto Verde Europeo y los objetivos de sostenibilidad europeos

Camino García Martínez de Morentin (*)

El ritmo del crecimiento de la población es directamente proporcional al del agotamiento de los recursos del planeta por lo que el concepto sostenibilidad se ha convertido en una necesidad y una realidad que debemos tener en cuenta si queremos que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de un modo de vida como el que conocemos nosotros. El compromiso de todos debe ser que cualquier sistema productivo cumpla con los requisitos necesarios para mantener un equilibrio estable, y para ello el sector agrícola no puede ser menos.

Los objetivos del Pacto Verde coinciden con la filosofía de AEFA y sus empresas asociadas, que llevan ya muchos años invirtiendo en la búsqueda de soluciones eficaces y de bajo impacto ambiental que proporcionen al agricultor mejoras en la calidad y rendimiento de sus cultivos para así alcanzar un modo de vida sostenible

Para dirigir y liderar este nuevo enfoque de sus políticas, la CE presentó en 2019 la comunicación “El Pacto Verde Europeo” donde recoge una serie de estrategias y medidas orientadas al uso eficiente de los recursos mediante el cambio a una economía limpia y circular, que frene el temido cambio climático y disminuya la contaminación, definiendo las inversiones necesarias y los instrumentos de financiación disponibles para alcanzar estos objetivos.

En este contexto, la búsqueda de soluciones sostenibles relativas a la fertilización ha hecho que las empresas de insumos deban adaptarse y buscar soluciones que, de una forma respetuosa con el medioambiente, posibiliten un mejor aprovechamiento de los recursos existentes reduciendo el aporte de químicos y residuos al suelo. Y en esta búsqueda de soluciones aparecen los bioestimulantes:

Los bioestimulantes son productos que, independientemente de su contenido en nutrientes, tienen la función de estimular los procesos de nutrición de las plantas con el único objetivo de mejorar las características de calidad de las mismas, la eficiencia en el uso de nutrientes, su tolerancia ante el estrés abiótico o la disponibilidad de los nutrientes inmovilizados en el suelo y rizosfera.

Las empresas dedicadas a esta rama del sector disponen de equipos muy cualificados que permiten un elevado conocimiento de la fisiología vegetal y de las reacciones químicas y los procesos que se suceden en las plantas, y esto hace posible mejorar y potenciar las propias características de los cultivos y estimular sus defensas naturales frente a las situaciones adversas abióticas externas de manera muy dirigida y dependiendo de necesidades específicas.

Esta búsqueda de productos sostenibles que aparece fruto del panorama actual no es una moda ni una situación momentánea. Las empresas asociadas de AEFA llevan mucho tiempo (este 2022 se cumplen 25 años desde que se fundó la asociación en Valencia, pero hay asociados con más de 100 años de experiencia en el sector) dedicando grandes esfuerzos a la investigación y al desarrollo de soluciones adecuadas. Poner en el mercado un producto bioestimulante nuevo conlleva de 2 a 5 años de investigación, con un equipo de I+D implicado y elaboración de todo tipo de analíticas y ensayos de eficacia que demuestren la efectividad del producto para los cultivos escogidos y aporten garantías al usuario final y al consumidor.

Los objetivos del Pacto Verde coinciden con la filosofía de AEFA y sus empresas asociadas, que llevan ya muchos años invirtiendo en la búsqueda de soluciones eficaces y de bajo impacto ambiental que proporcionen al agricultor mejoras en la calidad y rendimiento de sus cultivos para así alcanzar un modo de vida sostenible.

Dentro del Pacto Verde Europeo se incluye la estrategia “De la granja a la mesa”, publicada en 2020, donde la CE aporta las directrices para obtener un sistema alimentario sostenible. Para ello, marca una serie de hitos a alcanzar en los próximos años muy exigentes, y que precisamente, gracias a las herramientas que aportan las empresas fabricantes de bioestimulantes, al desarrollo de productos novedosos y a la tecnificación del sector, están un poquito más cerca.

La disminución de fertilizantes solo será posible desarrollando una agricultura de precisión y utilizando mejores prácticas, lo que incluye la aplicación de productos que incrementen la eficiencia en el uso de los nutrientes o mejoren la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo, como son los bioestimulantes

La estrategia de la CE propone una reducción de fitosanitarios químicos de un 50%, y de al menos un 20% de fertilización nitrogenada en un horizonte cercano. Teniendo en cuenta que ambos objetivos deberían plantearse de una manera realista y siempre avalados por una base sólida científica, la disminución en el uso de fertilizantes solo será posible desarrollando una agricultura de precisión y utilizando mejores prácticas de fertilización, lo que incluye la aplicación de productos que incrementen la eficiencia en el uso de los nutrientes o mejoren la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo, como son los bioestimulantes. La aplicación de estos productos sería un complemento perfecto para un mejor uso de fertilizantes y fitosanitarios (no se pretende su sustitución) y facilitaría alcanzar esas reducciones solicitadas.

También se plantea el objetivo ambicioso de alcanzar el 25% de superficie agraria destinada a producción ecológica. Si se pretende que este sistema sea una alternativa real a la producción convencional es vital aportar al agricultor insumos aptos que hagan que este sistema de producción resulte competitivo. Los bioestimulantes también cumplen con estas características al ser en la mayor parte de los casos compuestos de origen natural y sin residuos, muchas veces subproductos de otras cadenas de valor que permiten cumplir con la economía circular y que están recogidos como sustancias adecuadas para su utilización como fertilizantes en agricultura ecológica

Precisamente la CE ha publicado a mediados de noviembre de 2022 una comunicación específica sobre la disponibilidad y accesibilidad de los fertilizantes y su importancia para el sector agrícola. Como se indica en el texto presentado y coincidiendo el sentir general de la industria, para mantener una producción sostenible de fertilizantes los Estados miembros deben tomar cartas en el asunto y reconocer la importancia del sector y su estado crítico, aportar un apoyo financiero específico, promover las prácticas agrícolas sostenibles e impulsar la formación y potenciar el uso de fertilizantes orgánicos y más ecológicos. El Reglamento EU 2019/1009 que ha entrado en aplicación el pasado julio apoya también estos objetivos facilitando la entrada en el mercado de productos orgánicos, productos especiales, inhibidores y otros abonos a fabricados a partir de subproductos y residuos recuperados. Además, la comunicación mencionada reconoce el importante papel de los bioestimulantes para aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes y la reducción en el uso de fertilizantes convencionales, no solo como estrategia durante el momento actual de crisis debida a la guerra de Ucrania, escasez de materias primas y aumento de precios, sino como herramienta a largo plazo hacia una agricultura más sostenible, lo que resulta paso muy importante para el sector. Es un claro reconocimiento a la importancia que van a adquirir estos productos en el panorama agrícola europeo, en un momento en el que cada vez hay más restricciones y limitaciones en la aplicación de insumos.

Por tanto, como resumen y conclusión: Es necesario hacer una transición hacia una fertilización más racional e inteligente, que cumpla con los criterios de sostenibilidad y contribuya a frenar los efectos del cambio climático. ¿Qué aportan las empresas de bioestimulantes a esa necesidad creciente de garantizar la sostenibilidad? Aportan unas herramientas muy valiosas y complementarias a la fertilización tradicional que van a incrementar la eficiencia del aporte de los nutrientes, la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo y mejorar las características de calidad de los cultivos y su respuesta ante las situaciones externas de estrés, sin aportar residuos y aprovechando materiales “reciclados”. Estas herramientas, los bioestimulantes y microorganismos, son fruto de años de investigación, desarrollo e importantes inversiones de una industria que apostó por ellos pese a no disponer de un marco reglamentario adecuado.

Los fertilizantes de origen orgánico, los fertilizantes especiales, los bioestimulantes y los microorganismos deben tenerse en cuenta para poder alcanzar los objetivos marcados por las políticas europeas y cumplir los compromisos adquiridos con el medio ambiente. Prueba de su importancia es que ya están incluidos en la hoja de ruta de la CE para obtener un sistema productivo sostenible.

(*) Directora General de AEFA

Acceso al artículo de opinión de Camino García aquí.

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Camino García Martínez de Morentin (*)

El ritmo del crecimiento de la población es directamente proporcional al del agotamiento de los recursos del planeta por lo que el concepto sostenibilidad se ha convertido en una necesidad y una realidad que debemos tener en cuenta si queremos que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de un modo de vida como el que conocemos nosotros. El compromiso de todos debe ser que cualquier sistema productivo cumpla con los requisitos necesarios para mantener un equilibrio estable, y para ello el sector agrícola no puede ser menos.

Los objetivos del Pacto Verde coinciden con la filosofía de AEFA y sus empresas asociadas, que llevan ya muchos años invirtiendo en la búsqueda de soluciones eficaces y de bajo impacto ambiental que proporcionen al agricultor mejoras en la calidad y rendimiento de sus cultivos para así alcanzar un modo de vida sostenible

Para dirigir y liderar este nuevo enfoque de sus políticas, la CE presentó en 2019 la comunicación “El Pacto Verde Europeo” donde recoge una serie de estrategias y medidas orientadas al uso eficiente de los recursos mediante el cambio a una economía limpia y circular, que frene el temido cambio climático y disminuya la contaminación, definiendo las inversiones necesarias y los instrumentos de financiación disponibles para alcanzar estos objetivos.

En este contexto, la búsqueda de soluciones sostenibles relativas a la fertilización ha hecho que las empresas de insumos deban adaptarse y buscar soluciones que, de una forma respetuosa con el medioambiente, posibiliten un mejor aprovechamiento de los recursos existentes reduciendo el aporte de químicos y residuos al suelo. Y en esta búsqueda de soluciones aparecen los bioestimulantes:

Los bioestimulantes son productos que, independientemente de su contenido en nutrientes, tienen la función de estimular los procesos de nutrición de las plantas con el único objetivo de mejorar las características de calidad de las mismas, la eficiencia en el uso de nutrientes, su tolerancia ante el estrés abiótico o la disponibilidad de los nutrientes inmovilizados en el suelo y rizosfera.

Las empresas dedicadas a esta rama del sector disponen de equipos muy cualificados que permiten un elevado conocimiento de la fisiología vegetal y de las reacciones químicas y los procesos que se suceden en las plantas, y esto hace posible mejorar y potenciar las propias características de los cultivos y estimular sus defensas naturales frente a las situaciones adversas abióticas externas de manera muy dirigida y dependiendo de necesidades específicas.

Esta búsqueda de productos sostenibles que aparece fruto del panorama actual no es una moda ni una situación momentánea. Las empresas asociadas de AEFA llevan mucho tiempo (este 2022 se cumplen 25 años desde que se fundó la asociación en Valencia, pero hay asociados con más de 100 años de experiencia en el sector) dedicando grandes esfuerzos a la investigación y al desarrollo de soluciones adecuadas. Poner en el mercado un producto bioestimulante nuevo conlleva de 2 a 5 años de investigación, con un equipo de I+D implicado y elaboración de todo tipo de analíticas y ensayos de eficacia que demuestren la efectividad del producto para los cultivos escogidos y aporten garantías al usuario final y al consumidor.

Los objetivos del Pacto Verde coinciden con la filosofía de AEFA y sus empresas asociadas, que llevan ya muchos años invirtiendo en la búsqueda de soluciones eficaces y de bajo impacto ambiental que proporcionen al agricultor mejoras en la calidad y rendimiento de sus cultivos para así alcanzar un modo de vida sostenible.

Dentro del Pacto Verde Europeo se incluye la estrategia “De la granja a la mesa”, publicada en 2020, donde la CE aporta las directrices para obtener un sistema alimentario sostenible. Para ello, marca una serie de hitos a alcanzar en los próximos años muy exigentes, y que precisamente, gracias a las herramientas que aportan las empresas fabricantes de bioestimulantes, al desarrollo de productos novedosos y a la tecnificación del sector, están un poquito más cerca.

La disminución de fertilizantes solo será posible desarrollando una agricultura de precisión y utilizando mejores prácticas, lo que incluye la aplicación de productos que incrementen la eficiencia en el uso de los nutrientes o mejoren la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo, como son los bioestimulantes

La estrategia de la CE propone una reducción de fitosanitarios químicos de un 50%, y de al menos un 20% de fertilización nitrogenada en un horizonte cercano. Teniendo en cuenta que ambos objetivos deberían plantearse de una manera realista y siempre avalados por una base sólida científica, la disminución en el uso de fertilizantes solo será posible desarrollando una agricultura de precisión y utilizando mejores prácticas de fertilización, lo que incluye la aplicación de productos que incrementen la eficiencia en el uso de los nutrientes o mejoren la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo, como son los bioestimulantes. La aplicación de estos productos sería un complemento perfecto para un mejor uso de fertilizantes y fitosanitarios (no se pretende su sustitución) y facilitaría alcanzar esas reducciones solicitadas.

También se plantea el objetivo ambicioso de alcanzar el 25% de superficie agraria destinada a producción ecológica. Si se pretende que este sistema sea una alternativa real a la producción convencional es vital aportar al agricultor insumos aptos que hagan que este sistema de producción resulte competitivo. Los bioestimulantes también cumplen con estas características al ser en la mayor parte de los casos compuestos de origen natural y sin residuos, muchas veces subproductos de otras cadenas de valor que permiten cumplir con la economía circular y que están recogidos como sustancias adecuadas para su utilización como fertilizantes en agricultura ecológica

Precisamente la CE ha publicado a mediados de noviembre de 2022 una comunicación específica sobre la disponibilidad y accesibilidad de los fertilizantes y su importancia para el sector agrícola. Como se indica en el texto presentado y coincidiendo el sentir general de la industria, para mantener una producción sostenible de fertilizantes los Estados miembros deben tomar cartas en el asunto y reconocer la importancia del sector y su estado crítico, aportar un apoyo financiero específico, promover las prácticas agrícolas sostenibles e impulsar la formación y potenciar el uso de fertilizantes orgánicos y más ecológicos. El Reglamento EU 2019/1009 que ha entrado en aplicación el pasado julio apoya también estos objetivos facilitando la entrada en el mercado de productos orgánicos, productos especiales, inhibidores y otros abonos a fabricados a partir de subproductos y residuos recuperados. Además, la comunicación mencionada reconoce el importante papel de los bioestimulantes para aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes y la reducción en el uso de fertilizantes convencionales, no solo como estrategia durante el momento actual de crisis debida a la guerra de Ucrania, escasez de materias primas y aumento de precios, sino como herramienta a largo plazo hacia una agricultura más sostenible, lo que resulta paso muy importante para el sector. Es un claro reconocimiento a la importancia que van a adquirir estos productos en el panorama agrícola europeo, en un momento en el que cada vez hay más restricciones y limitaciones en la aplicación de insumos.

Por tanto, como resumen y conclusión: Es necesario hacer una transición hacia una fertilización más racional e inteligente, que cumpla con los criterios de sostenibilidad y contribuya a frenar los efectos del cambio climático. ¿Qué aportan las empresas de bioestimulantes a esa necesidad creciente de garantizar la sostenibilidad? Aportan unas herramientas muy valiosas y complementarias a la fertilización tradicional que van a incrementar la eficiencia del aporte de los nutrientes, la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo y mejorar las características de calidad de los cultivos y su respuesta ante las situaciones externas de estrés, sin aportar residuos y aprovechando materiales “reciclados”. Estas herramientas, los bioestimulantes y microorganismos, son fruto de años de investigación, desarrollo e importantes inversiones de una industria que apostó por ellos pese a no disponer de un marco reglamentario adecuado.

Los fertilizantes de origen orgánico, los fertilizantes especiales, los bioestimulantes y los microorganismos deben tenerse en cuenta para poder alcanzar los objetivos marcados por las políticas europeas y cumplir los compromisos adquiridos con el medio ambiente. Prueba de su importancia es que ya están incluidos en la hoja de ruta de la CE para obtener un sistema productivo sostenible.

(*) Directora General de AEFA

Acceso al artículo de opinión de Camino García aquí.

Acceso al dossier de producción sostenible aquí.

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