La superficie de mango andaluz mantuvo su crecimiento en 2022

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Las elevadas temperaturas y la sequía han provocado una abundancia de calibres pequeños y una concentración de la oferta

Destaca la entrada en producción de 367 nuevas hectáreas en 2022, correspondiendo el 94% a la provincia de Málaga. / ARCHIVO

Valencia Fruits. Redacción.

Durante la campaña 2022, se mantiene la senda de crecimiento de la superficie destinada al cultivo del mango en Andalucía. Málaga, con 4.548 hectáreas, concentra el 90% de la superficie total andaluza y crece un 6% respecto a 2021. Destaca la entrada en producción de 367 nuevas hectáreas, correspondiendo el 94% a esta provincia.

La producción, afectada por las elevadas temperaturas y la sequía, se sitúa ligeramente por encima de las 30.000 toneladas; lejos de la capacidad productora del sector, estimada por encima de las 40.000 toneladas.

El valor de la producción experimenta un importante descenso debido, principalmente, a la caída del precio en origen por segundo año consecutivo. Con un registro de 0,94€/kg, desciende un 8% respecto a 2021 y un 32% respecto a 2020.

El precio medio de campaña se ha situado en 0,94€/kg. El más bajo de los últimos diez años según consta en los registros del Observatorio de Precios y Mercados.

Las elevadas temperaturas y la sequía han provocado una abundancia de calibres pequeños y una concentración de la oferta, especialmente de la variedad Osteen, que han presionado el precio final de campaña a la baja. Durante las semanas 37 a 40 se concentraba el 62% de la oferta con un precio medio de 0,89 €/kg.

En la variedad Osteen, con una representatividad del 75%, han predominado los calibres 9 a 12, con un 49% de la oferta

En la variedad Osteen, con una representatividad del 75%, han predominado los calibres 9 a 12, con un 49% de la oferta; mientras que los calibres 6 y 7 han representado en torno al 5% cada uno, y el calibre 8 ha estado próximo al 20%.

El final de la campaña se vio favorecido por un incremento de los precios al reactivarse la demanda en un momento de escasez de fruta en el mercado. A la menor disponibilidad de producto andaluz se unía una ralentización en la llegada de mango procedente de Brasil, a la vez que se incrementaba la demanda de fruta por parte de la distribución ante la respuesta positiva de los consumidores hacia una fruta de gran calidad con independencia del tamaño. Este incremento de precios afectaba especialmente a las variedades más tardías como el Keitt, aunque no ha llegado a compensar la pérdida de valor económico del conjunto de la campaña.