Entrevista al director general de Udapa Sdad. Coop., Alfonso Sáenz de Cámara

Alfonso Sáenz de Cámara recalca que el sector necesita “agricultores ilusionados y enamorados de una profesión que les da libertad de acción, contacto con la naturaleza, y un rol social de cuidado del entorno rural muy importante”. / NR
Nerea Rodriguez. Redacción.
En plena siembra de una campaña marcada por el retraso de las labores en campo debido a las lluvias, Alfonso Sáenz de Cámara, director general de Udapa, la cooperativa alavesa especialista en patata, defiende con firmeza la necesidad de dignificar el trabajo agrario. Con un incremento del 6,2% en la superficie propia de cultivo y un modelo cooperativo que gana solidez año tras año, Udapa afronta 2025 afianzando su apuesta por la profesionalización del campo, la estabilidad del productor y la innovación a lo largo de toda la cadena de valor de la patata.
Valencia Fruits. En este arranque de 2025, ¿cómo se perfila la campaña de patata en Álava?
Alfonso Sáenz de Cámara. En Udapa estamos iniciando ahora la siembra de la patata, pero lo estamos haciendo con retraso debido a las persistentes lluvias de esta primavera. Lo habitual es tenerlo todo plantado para San Isidro, y este año, sin embargo, estamos apenas comenzando.
“En 2025, de nuevo, vamos a aumentar las hectáreas de patata propias de Udapa con 366 hectáreas propias de patata en Álava”
En este contexto, es pronto para hablar de previsiones de cosecha. Lo que sí podemos confirmar es que, un año más, vamos a aumentar la superficie de patata cultivada directamente por Udapa, reforzando así nuestro compromiso con una producción controlada, profesional y alineada con las necesidades del mercado.
VF. El año pasado destacaba que lograr un crecimiento del 10% era un hito importante para Udapa. ¿Se ha consolidado esa tendencia al alza?
ASdC. Efectivamente. Para nosotros —y para un sector como el de la patata, que importa ya más de un millón de toneladas cada año— crecer en producción no sólo es una buena noticia, sino casi una obligación para todos aquellos que sentimos una responsabilidad sectorial y social. Y en Udapa asumimos esa responsabilidad con firmeza.
La realidad es que cada año se jubilan muchos productores y muy pocos jóvenes se incorporan al campo. En ese contexto, mantener e incluso aumentar la producción es un reto enorme, por eso nos sentimos orgullosos de poder decir que seguimos creciendo: en 2024 lo hicimos por encima del 10% y en este 2025 volvemos a registrar un incremento del 6,2% en superficie propia.
Y no es fácil, ni gratuito. En Udapa estamos impulsando constantemente nuevas iniciativas desde la cooperativa para aumentar nuestras hectáreas de cultivo propio y facilitar la incorporación de jóvenes agricultores. Este año sembraremos 366 hectáreas propias de patata en Álava, lo que refuerza nuestro compromiso con la estabilidad del sector y con una agricultura profesional, sostenible y de futuro.
VF. ¿Cuáles son las claves para ser capaces de mantener esta tendencia alcista en producción propia en una coyuntura tan difícil?
ASdC. Las claves para mantener un cultivo como el de la patata son bien conocidas. Lo primero es generar confianza en el producto y seguridad en el proyecto. Eso es lo que permite que nuevos agricultores y agricultoras se sumen, y que los hijos e hijas de quienes se jubilan vean que pueden seguir cultivando patata y sentirse orgullosos de ello.
Esto va de ilusionar al productor, y para eso hacen falta tres cosas: rentabilidad, reconocimiento y seguridad. Se habla mucho de sostenibilidad —y es importante—, pero la base de todo es la sostenibilidad económica. Sin ella, no puede haber ni sostenibilidad social ni medioambiental. No habrá agenda verde con números rojos. Y ese es, ahora mismo, uno de los grandes desafíos para el sector.
“Queremos producir toda la semilla que necesitan nuestros socios y colaboradores vinculados de todas las zonas en las que actuamos”
¿Qué podemos hacer desde Udapa? Dar respuestas concretas. Llevamos más de veinte años ofreciendo contratos trianuales a nuestros productores, algo que les da estabilidad. Les acompañamos con asesoramiento técnico de calidad, tanto en el cultivo como en la compleja burocracia administrativa que deben afrontar. Les proporcionamos semilla certificada en tiempo, forma y precio, un factor clave para lograr una buena producción. También les ofrecemos agroservicios en fases críticas como la siembra o el arranque.
En definitiva, se trata de aportar certidumbre y soluciones parciales a un problema estructural, integrando a los productores en un proyecto que sigue hablando de futuro. Y hay algo que no quiero dejar de subrayar: es imprescindible que el sector agrario recupere el reconocimiento social que merece. Por suerte, están llegando jóvenes muy preparados al campo, y estoy convencido de que van a acelerar ese cambio tan necesario.
VF. Udapa ha apostado fuerte por la patata de siembra y ya se considera sector estratégico en Euskadi. ¿Qué avances concretos se han producido en este ámbito y qué impacto está teniendo en el sector productor local?
ASdC. Efectivamente, en 2024 el Gobierno Vasco ha declarado la patata de siembra como sector estratégico, y eso es un paso importante. Ahora lo fundamental es ver cómo se concreta esa decisión en medidas reales que apoyen iniciativas que aporten valor añadido e innovación frente a lo que ya existe.
En Udapa llevamos muchos años produciendo nuestra propia patata de siembra certificada, y ahora queremos dar un impulso decidido a esta línea. Creemos firmemente en su potencial porque en Euskadi hay un conocimiento profundo del cultivo, pero también de la comercialización y la transformación, con empresas y cooperativas que son referentes a nivel nacional.
Contamos desde hace años con acuerdos tecnológicos muy valiosos, como los que mantenemos con Neiker y HZPC, que nos han ayudado a enfocar bien nuestros objetivos. Queremos producir toda la semilla que necesitan nuestros socios y colaboradores en las distintas zonas donde operamos. Nuestra semilla está funcionando muy bien en campo y, además, la ofrecemos con condiciones económicas ajustadas a lo que el productor realmente necesita. Esa combinación de fiabilidad técnica y viabilidad económica es lo que está marcando la diferencia y generando un impacto positivo en el sector productor local.
VF. Desde Udapa se insiste en la necesidad de profesionalizar el campo y asegurar el relevo generacional. ¿Qué medidas estructurales serían necesarias para tal fin?
ASdC. La profesionalización del sector comienza por la formación, tanto de los productores como de todas las personas que trabajamos en el ámbito agrario. Pero antes que nada, es fundamental cambiar la imagen que la sociedad tiene del sector primario. Necesitamos dignificar nuestra actividad, y para ello lo primero es tomar conciencia de su valor.
Reclamamos agricultores y agricultoras ilusionados, enamorados de una profesión que ofrece libertad, contacto con la naturaleza y un papel esencial en el cuidado del entorno rural. Sin embargo, ese rol no siempre es reconocido desde los entornos urbanos. Vivir en el medio rural, de por sí, es ya un modelo de vida que merece ser protegido.
Es imprescindible que los y las jóvenes del medio rural —y también quienes provienen de otros ámbitos y quieran incorporarse— encuentren alicientes reales para vivir de la agricultura o la ganadería. Para ello, también es clave que los actuales agricultores, especialmente quienes están cerca de la jubilación, defiendan esta forma de vida para sus hijos o descendientes, sin desear que abandonen la actividad.
Desde nuestra cooperativa trabajamos activamente en este sentido. Intentamos facilitar al máximo la incorporación de nuevos agricultores, ofreciéndoles confianza, seguridad y apoyo técnico, especialmente en las tareas más complejas.
En Udapa creemos que el cooperativismo moderno, con una gestión profesional y plenamente integrada en el proyecto colectivo, puede jugar un papel decisivo en esta transformación. Una transformación que ya está en marcha y que pasa por una mayor agroindustrialización. Queremos que ese proceso lo lideren los propios agricultores y agricultoras, desde sus cooperativas. Si no lo hacemos así, el modelo de agricultura familiar desaparecerá, dejando vía libre a capitales externos, ajenos a nuestra tierra y a nuestra realidad.
VF. ¿En qué punto se encuentra el proyecto GUpat? ¿Qué objetivos se han marcado para 2025?
ASdC. GUpat avanza con paso firme. Acabamos de cerrar las cuentas de 2024, y desde sus inicios hemos gestionado más de 25.000 toneladas, principalmente para cubrir las necesidades de sus dos socios fundadores: Garlan y Udapa.
Este proyecto se basa en la colaboración directa con productores de otras regiones, que es precisamente su razón de ser. El objetivo es exportar el “modelo alavés” —que tan buenos resultados nos ha dado en Álava— a otras zonas productoras fuera de nuestra región.
Estamos muy ilusionados porque hemos detectado un interés creciente de agricultores de diferentes áreas en adoptar este modelo cooperativo tan singular que tenemos en Udapa. Esto nos permite generar un marco relacional distinto, que nos diferencia claramente de nuestra competencia directa.
VF. ¿Hacia dónde cree que evolucionará la demanda de patata? ¿Cómo se está posicionando la cooperativa?
ASdC. En Udapa hemos diversificado nuestro negocio para atender todas las demandas del mercado. En 2024 gestionamos un total de 94.000 toneladas brutas de patata, de las cuales aproximadamente el 70% se destinó a fresco, un 25% a industria y transformación, y alrededor del 3,5% a patata de siembra. El resto corresponde a subproductos destinados a alimentación animal.
Nuestra aspiración es consolidarnos como un referente en el sector de la patata, especializados en este cultivo, desarrollando un modelo propio de producción que, en la medida de lo posible, satisfaga las necesidades de clientes, consumidores, productores y trabajadores.
Todo ello bajo una ética cooperativa que nos impulsa a seguir invirtiendo para generar nuevas oportunidades de negocio y actividad. Por eso queremos estar presentes en toda la cadena de valor de la patata, desde la semilla hasta la comercialización final del producto fresco y transformado.
VF. ¿Cómo se adapta Udapa a las nuevas exigencias del mercado? ¿Qué papel juega la innovación en esta estrategia?
ASdC. El consumo de patata fresca está disminuyendo alrededor de un 2% anual, y lamentablemente, el sector aún no ha desarrollado iniciativas suficientemente contundentes para revertir esta tendencia. Esto sucede con muchos alimentos frescos y refleja un cambio preocupante en los hábitos alimenticios, que sugiere una pérdida de peso de la dieta mediterránea, algo que debería movilizar a los poderes públicos para fomentar su recuperación.
En Udapa, conscientes de esta realidad, hemos decidido actuar. Por ejemplo, impulsamos Paturpat, nuestra línea de patata lista para consumir, completamente natural, para adaptarnos a las nuevas formas de consumo y facilitar que el consumidor acceda a un producto cómodo y saludable. También apoyamos proyectos innovadores como la variedad Princesa Amandine, que destaca por su sabor y cremosidad, buscando recuperar el placer de cocinar y degustar patata de calidad.
Estamos inmersos en un ciclo de inversiones muy importante para nuestras capacidades, porque sabemos que la demanda de patata existirá, pero debemos adaptarnos a los nuevos patrones de consumo. Esto implica mejorar la eficiencia industrial, producir más con menos en el campo, cuidar al máximo la calidad, y reinvertir todo lo que generamos para construir la Udapa que queremos ver en los próximos diez años.
VF. Hablando de Paturpat, ¿cómo está siendo su asentamiento en el mercado?
ASdC. En estos ocho años, desde que lanzamos Paturpat, hemos aprendido mucho gracias a escuchar atentamente las necesidades tanto de nuestros clientes como de los consumidores finales. Esta experiencia nos ha permitido evolucionar y mejorar continuamente.
Cuando concluya la fase de inversiones, prevista para septiembre de este año, no sólo mejoraremos la calidad de nuestros productos actuales, sino que también lanzaremos nuevas referencias que amplíen nuestro portfolio. Tenemos muchas ganas de presentarlas en Fruit Attraction, donde mostraremos al mercado toda esta nueva oferta.
VF. Más allá de Udapa, como presidente de la sectorial de patata de Fepex, ¿cuál es la realidad de este sector en el conjunto del Estado?
ASdC. No podemos seguir ignorando que la patata es un cultivo con mucho futuro, pero que, lamentablemente, sigue siendo uno de los grandes olvidados por parte de las administraciones.
A día de hoy, no existe ninguna intervención sectorial europea específica para la patata, y eso es una injusticia, más aún si tenemos en cuenta las crecientes restricciones que se nos imponen en materia de protección de cultivos. Estas limitaciones tienen un impacto directo en la producción y, además, están generando un problema añadido de desperdicio alimentario en el campo, del que poco se habla y al que nadie parece querer enfrentarse.
España se está jugando mucho al no apoyar decididamente al sector patatero. Ya lo he dicho en otras ocasiones: me parece imperdonable que estemos importando cada año un millón de toneladas de patata, una cifra equivalente al consumo total de todos los hogares españoles en ese mismo periodo.
Es urgente que se reconozca el valor estratégico de este cultivo y que se diseñen políticas que lo protejan y lo impulsen. Las previsiones para los próximos meses apuntan a una campaña compleja, con incertidumbres derivadas tanto del clima como del contexto normativo y comercial, pero también con la convicción de que, si se nos apoya, el sector puede ofrecer mucho más de lo que ahora se le permite.
Acceso a la entrevista en las páginas 6-7 del dossier de Euskadi en el ejemplar de Valencia Fruits.
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