Un año “desolador” para el agro por la crisis climática

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La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha señalado en su balance anual que 2023 ha sido un año “desolador” para el campo español y ha destacado la incidencia de la crisis climática

Sequía campo montaña sol

La crisis climática ha afectado seriamente a la producción del campo español en 2023. / RF

EFEAGRO.

Coincidiendo con la publicación de su balance del ejercicio, UPA ha indicado en un comunicado que 2023 ha sido “el peor año de la historia” desde que hay registros en lo que respecta a la meteorología y que esto ha provocado “graves pérdidas en sectores muy importantes de la agricultura española”, especialmente en el olivar, el cereal y el viñedo.

La reducción ha llegado a ser de hasta el 50% del valor de la producción en algunos casos, “con efectos claros en toda la cadena alimentaria en forma de encarecimiento de los precios a los consumidores”, ha abundado la organización.

La cifra global de renta ha crecido un 11% respecto a 2022, lo que UPA explica por el comportamiento de las frutas y hortalizas, el porcino y la producción de leche, sectores que aportan más de 41.000 millones, del total de unos 65.000.

Sin embargo, otros sectores de “enorme” importancia para España, como los cultivos herbáceos, el olivar o el viñedo, han tenido reducciones “brutales” debido a la mala meteorología, lo que ha disparado las cifras de los seguros agrarios tanto en contratación como en indemnizaciones, ha apuntado UPA.

La organización también ha destacado que esta situación ha motivado que las subvenciones hayan tenido que ser las mayores de la historia, sufragando hasta el 70% de los costes.

“En este contexto, los agricultores y ganaderos han cubierto de forma mayoritaria sus costes de producción que, a pesar de haber bajado respecto a 2022 un 4,6%, se mantienen en niveles disparados en comparación con 2020 y 2021”, ha descrito UPA.

La organización ha valorado el “efecto positivo” de la Ley de la cadena alimentaria “con sus sanciones públicas y el nuevo registro de contratos”.

Ha destacado también que 2023 ha sido el primer año de aplicación de la nueva Política Agraria Común (PAC) que, según ha expuesto, “ha comenzado a aplicarse con un enorme esfuerzo por parte de los técnicos de las organizaciones agrarias, que se han encontrado con numerosas dificultades en la tramitación”.

“Pero también es cierto que la nueva legislación deja efectos tangibles ya en el campo español, desmintiendo a las voces agoreras que llevan años tratando de torpedear la reforma”, ha continuado.

De cara a 2024, UPA ha reclamado ajustes en la PAC para “permitir realizar tratamientos en los barbechos, realizar labores superficiales en determinados casos, mantener la reducción de los porcentajes mínimos obligatorios de superficie rotada o que haya una revisión al alza de la admisibilidad de pastos”, entre otras cosas.

Ha pedido seguir incrementando el apoyo público a los sectores afectados por la crisis climática, los costes de producción y los problemas de mercado, y seguir reforzando las políticas contra el despoblamiento, con especial atención a los jóvenes y a las mujeres.

UPA espera también que en 2024 se den pasos adelante importantes en la redacción de la ley de la agricultura familiar para proteger este modelo.