Carina Mazzuz (Biodiversity Grow): “Queremos convertir cada hectárea en un aliado activo de la biodiversidad”

Gustavo Ferrada FA 25
Livingstone
AGROPONIENTE FA

Entrevista a la directora técnica de Biodiversity Grow, Carina Mazzuz

Carina Mazzuz en una de las visitas de campo. / Biodiversity Grow

Biodiversity Grow

En plena transición ecológica del campo europeo, el proyecto “Monitoreo de los aspectos clave de la sostenibilidad ecológica –biodiversidad, agua, suelo y clima– y eficacia de los planes de acción en cultivos hortofrutícolas de España”, impulsado por ESS (GLOBALG.A.P), Global Nature Fund y Quality & Adviser (Biodiversity Grow), pone a prueba un modelo pionero en sostenibilidad agrícola en nuestro país. Con 157 hectáreas de cultivos como laboratorio vivo, la iniciativa busca demostrar que la biodiversidad puede convertirse en ventaja competitiva.

Hablamos con Carina Mazzuz, directora técnica del proyecto en España, quien explica cómo los estándares de sostenibilidad pueden transformar la forma en que cultivamos, exportamos y cuidamos el planeta.

—¿Por qué se han unido estas 3 entidades para este Proyecto Piloto?

—Las tres entidades formamos parte del grupo de trabajo Environmental Sustainability Solution (ESS). Nuestra empresa Quality & Adviser,S.L: por medio de su propio Standard BioDiversity Grow aporta experiencia en métricas de sostenibilidad y en el planteamiento y ejecución de Planes de acción y medición de su impacto ya que llevamos trabajando más de 5 años y tenemos más de 3.000 ha dentro de nuestro Standard. Este piloto nos ayudará a incorporar nuevos indicadores de relevancia para Europa.

Para ESS el Piloto facilita su puesta a punto como Standard de Soluciones de Sostenibilidad y permite la transición gradual de los agricultores ya certificados algunos de ellos en otros esquemas Add On como Spring o el Módulo de BioDiversidad además de poder medir asimismo la eficacia de los indicadores planteados en su Norma. 

Para Global Nature Fund, esta colaboración permite enriquecer su Guía de Biodiversidad Basis Set. Además, Biodiversity Grow está siendo evaluado por la fundación alemana Food for Biodiversity como estándar de Biodiversidad recomendado a nivel europeo.

—¿Cómo se articula el proyecto piloto lanzado en 2025?

—Es un programa nacional que mide el impacto ambiental en 157 hectáreas distribuidas en la Comunitat Valenciana, Andalucía, Aragón y Murcia. Las empresas que participan son: AGROIRIS, ALBENFRUIT, EXPORTACIONES ARANDA, FRUTAS BERI, FRUTAS GRAGON, HORTICHUELAS, INDASOL, SAT CITRICOS VALENCIANOS, SAT LAS PRIMICIAS, SAT NUFRI, SAT VERSOL. Analizamos más de 30 indicadores en cultivos como tomate, brócoli, cítricos o frutas de hueso.

Combina visitas de campo, análisis de laboratorio y seguimiento durante tres años

No hablamos de sostenibilidad en abstracto, sino de métricas concretas: biodiversidad, agua, indicadores biológicos y materia orgánica de suelo, fitosanitarios, huella de carbono, especies protegidas, especies invasoras…

El proyecto combina visitas de campo, análisis de laboratorio y un seguimiento continuo durante tres años. No hablamos de sostenibilidad en abstracto, sino de métricas concretas: biodiversidad, agua, indicadores biológicos y materia orgánica de suelo, fitosanitarios, huella de carbono, especies protegidas, especies invasoras. También se elaborarán guías prácticas, se compartirán conclusiones entre productores y se alineará todo con los requisitos de ESS.

—¿Qué implicaciones tiene para las empresas agrícolas?

—Participar en el proyecto no sólo ayuda a cumplir con el Pacto Verde Europeo o la Ley de Restauración de la Naturaleza. También abre el acceso a mercados donde se exigen certificaciones avanzadas, como el ESS de GLOBALG.A.P. y BioDiversity Grow. Esta será clave para exportar a grandes cadenas europeas.

Además, los indicadores se relacionan con los siete riesgos ambientales definidos a nivel europeo por lo que para las cadenas de distribución es importante trabajar en este sentido: escasez de agua, contaminación, cambios en el uso del suelo, pérdida de especies, degradación del suelo, cambio climático y toxicidad.

Nuestros partners del piloto contribuyen en la comunicación y discusión de resultados y en el apoyo a estas iniciativas. Ellos son como retailer internacional ALDI SÜD, y comercializadoras que operan en España y en Europa en general Cinatur Group, Greenyard Fresh Spain e Iberiana Frutch.

—¿Qué resultados esperan a medio y largo plazo?

—Ya estamos viendo mejoras en infraestructuras ecológicas y en la presencia de fauna auxiliar. En fincas con Biodiversity Grow hemos registrado:

 +55 % de insectos beneficiosos

 –70 % en uso de herbicidas

 
–12 % en fertilizantes nitrogenados

Esperamos que los resultados del piloto mejoren aún más estas cifras. A largo plazo, queremos generar un set de indicadores válidos para toda Europa y demostrar que la biodiversidad es un motor de rentabilidad.

Todo se valida científicamente: desde el muestreo de fauna hasta la huella de carbono

—¿Qué papel juega la ciencia en este proceso?

—Es fundamental. Colaboramos con la Universitat Politècnica de València y con expertos en biología, edafología, química y agricultura sostenible. Todo se valida científicamente: desde el muestreo de fauna hasta la huella de carbono. Incluso los planes de acción cuentan con respaldo académico. Sin esta base, correríamos el riesgo de caer en greenwashing. Aquí hablamos de impacto real y verificable.

Biodiversity Grow no es sólo una certificación: es una herramienta de acompañamiento

—¿Qué distingue a Biodiversity Grow de otras certificaciones agrícolas y que ventaja obtienen los agricultores que participan en este Piloto?

—Biodiversity Grow no es sólo una certificación: es una herramienta de acompañamiento. No nos limitamos a una auditoría, sino que ofrecemos diagnóstico, seguimiento, asesoramiento y un plan de acción específico para cada finca. Nuestro objetivo es guiar al agricultor en su transición hacia prácticas sostenibles con impacto real en sus recursos y producciones mejorando el ecosistema a la vez que se certifica de los esquemas que le solicitan.

—¿Qué retos han encontrado en la implementación?

—El principal reto es la diversidad de puntos de partida. Algunas fincas tienen experiencia en sostenibilidad; otras nunca han trabajado con indicadores ambientales. Cada explotación necesita un plan a medida. También existe un reto cultural: demostrar que invertir en biodiversidad puede mejorar la rentabilidad requiere tiempo y evidencia.

—¿Qué papel tienen las grandes cadenas de distribución?

—Un papel decisivo. Los grandes retailers europeos exigen métricas verificables a sus proveedores para cumplir normativas como la CSDDD o la CSRD. Quieren frutas y hortalizas que, además de frescas, contribuyan a restaurar ecosistemas. Con Biodiversity Grow proporcionamos a los agricultores esas métricas y los preparamos para este nuevo marco normativo.

 —¿Qué mensaje daría a los agricultores que aún no se han sumado?

—Que no se trata sólo de cumplir normas o vender más. Se trata de asegurar el futuro de su propia tierra. Una finca rica en biodiversidad es más resiliente al cambio climático, necesita menos insumos y produce alimentos más sostenibles. La biodiversidad no es un lujo, es un activo estratégico. Y el momento de actuar es ahora.