El Departament d’Agricultura y el IRTA introducen Ganaspis kimorum para controlar la plaga Drosophila suzukii, que este año ha causado fuertes daños en fresa y cereza por las lluvias y la alta humedad

A diferencia de otras moscas de la fruta, esta especie dispone de un oviscapto serrado capaz de perforar frutos sanos y maduros para depositar sus huevos. / IRTA
Valencia Fruits. Redacción.
El Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació (DARP), en colaboración con el IRTA, ha iniciado la liberación de ejemplares de Ganaspis kimorum con el objetivo de controlar biológicamente la Drosophila suzukii, conocida como la drosófila de alas manchadas. Esta especie invasora, originaria de Asia, se ha convertido en una de las plagas más devastadoras para la fructicultura europea desde su detección en el continente en 2008, causando importantes pérdidas en cereza, fresa, frambuesa, arándano y otras frutas rojas.
Este año, las condiciones climáticas marcadas por abundantes lluvias y altos niveles de humedad han favorecido una mayor incidencia de la plaga en comparación con campañas anteriores. Los datos del DARP muestran que la afectación ha alcanzado el 43% de las fincas de fresa y el 12% de las de cereza en las parcelas prospectadas. En Cataluña, la presencia de D. suzukii se detectó por primera vez en 2010, afectando desde entonces a ambos cultivos.
A diferencia de otras moscas de la fruta, esta especie dispone de un oviscapto serrado capaz de perforar frutos sanos y maduros para depositar sus huevos. Las larvas se desarrollan en el interior del fruto, comprometiendo completamente su calidad comercial.
En el marco de la gestión integrada de plagas, los insecticidas disponibles no han demostrado ser eficaces para reducir las altas poblaciones del insecto, además de suponer un coste importante para las explotaciones. Paralelamente, el contexto normativo europeo, marcado por el Pacto Verde y la estrategia De la Granja a la Mesa, limita cada vez más la disponibilidad de fitosanitarios autorizados. Esta situación ha impulsado al Departament a promover, tras años de estudios y evaluación de riesgos, un programa de control biológico coordinado por el IRTA.
El proyecto contempla la liberación de Ganaspis kimorum en zonas productoras de fresa y cereza con elevada presión de la plaga y baja intensidad de tratamientos fitosanitarios. El objetivo es que este parasitoide se naturalice y pase a formar parte de la fauna auxiliar, contribuyendo a un control estable y duradero de D. suzukii
“Obtener esta autorización ha sido excepcional, ya que se trata de un insecto exótico, pero estamos convencidos de que esta estrategia permitirá mejorar el control de las poblaciones de la plaga”, afirma Anna Lekunberri, jefa del Servei de Sanitat Vegetal del DARP.
El Departament, en coordinación con el IRTA, ha trabajado para lograr la autorización del Ministerio, garantizando que la introducción del parasitoide se lleve a cabo con plena seguridad ambiental. Las liberaciones se realizarán de forma periódica y en áreas controladas, con el fin de estudiar su dispersión tras su implantación.
“Este avance es muy relevante porque es la primera vez que se introduce en Cataluña un parasitoide larvario específico para el control de esta plaga”, explican Jordi Riudavets y Pablo Urbaneja-Bernat, coordinador e investigador del proyecto. “Sabemos que ni los insecticidas ni las mallas han sido suficientes para reducir las pérdidas, y los estudios muestran que estos parasitoides pueden establecerse y favorecer un control natural más estable y sostenible”.
Según ambos investigadores, contar con este enemigo natural abre “nuevas perspectivas para lograr un control biológico más robusto y prolongado de la drosófila de alas manchadas, reduciendo la dependencia de los tratamientos fitosanitarios y favoreciendo una producción de frutas rojas más competitiva y respetuosa con el medio ambiente”.




