Cirilo Arnandis: “Cada vez más cerca del abismo”

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El presidente Sectorial frutas y Hortalizas Cooperatives Agroalimentaries reflexiona sobre la reciente detección en Israel del “psilido asiático de los cítricos” y el anuncio de Bruselas sobre su propuesta de implantar el tratamiento en frío a las importaciones extracomunitarias

Esta enfermedad fue descrita por primera vez en China en 1943, siendo bautizada como Huanglongbing (enfermedad del dragón amarillo). / IVIA

Cirilo Arnandis (*)

En ocasiones recibes noticias que te hielan la sangre. Sabes que antes o después un determinado acontecimiento que te va a generar graves perjuicios, y contra el que nada puedes hacer, tiene que suceder. Aunque tampoco es del todo cierto que no se pueda hacer nada. Se puede generar el escenario adecuado para impedir que suceda, o cuanto menos, que suceda lo más tarde posible. Lo malo —y lo triste— es saber que puede suceder, que lo cuentas y que te acusen de mil cosas: exagerado, interesado, egoísta, alarmista… y otros cariñosos epítetos que no hacen más que agravar tu angustia. Y es que en esta ocasión está en juego algo tan importante para una persona como su trabajo, su manera de ganarse la vida, su manera de vivir y el entorno en el cual desarrolla su actividad cotidiana.

En este caso, el hecho en cuestión es la detección en el Estado de Israel de un psilido conocido como Diaphorina citri. Para un profano, quizás esta noticia pase desapercibida, o en todo caso, le haga esbozar una pequeña sonrisa entendiendo que es una especie biológica más que sumar al concepto de biodiversidad, pues su hábitat natural no es la ribera del Mediterráneo. No en vano es conocido como el “psilido asiático de los cítricos”. Y recibe este nombre al tratase de un insecto cuya característica principal es la de albergar y ser transmisor de bacterias del género Candidatus, causantes de una enfermedad conocida como HLB, contra la cual, a fecha de hoy, no hay más tratamiento que el arranque. Su actuación viene como consecuencia de la restricción del flujo floemático de la planta, y es curioso, a la vez que inquietante, el hecho de que no se haya podido cultivar fuera de la planta hospedante. Pese a esta duda, se cree que pertenecen al género Liberibacter, de ahí su nombre científico de Candidatus liberibacter.

Esta enfermedad fue descrita por primera vez en China en 1943, siendo bautizada en ese lenguaje, como “enfermedad del dragón amarillo”, que en chino se pronuncia, o más o menos se escribe en caracteres occidentales como Huanglongbing. El acrónimo, o la expresión reducida, es la de HLB, que por comodidad es la forma que más se utiliza a la hora de referirnos a esta patología que de modo tan grave a afecta a los cítricos. Del mismo modo, otra de las expresiones más utilizadas es la de su nombre en inglés Greening, en consonancia con los daños que produce, y que son deformaciones en los brotes, coloraciones variadas en los frutos y hojas, además de afectar a la producción y calidad de la fruta, desembocando el proceso con la muerte del árbol. 

La bacteria causante de tan funestas consecuencias tiene tres variantes, atendiendo a su presencia geográfica, Así, tenemos la variante asiática y la americana, que son propagadas a través de Diaphorina citri, el insecto cuya presencia se ha encontrado en Israel; y la variante africana, propagada por otro insecto, la Tryoza eritreae. Así pues, si nos atenemos a la presencia geográfica de la bacteria, bien podemos afirmar que el HLB está presente en la casi totalidad de zonas productoras de cítricos. Se ha detectado en todas las zonas productoras de cítricos de Asia, pero no en Japón, y fuera de este continente, en países productores tan significativos como Estados Unidos, México, Brasil y Sudáfrica. De momento, y pese a la dubitativa —por ser generosos— política que en materia de sanidad vegetal está poniendo en práctica Bruselas, no la tenemos presente en las plantaciones citrícolas europeas, pero a este paso, y me gustaría equivocarme, de no actuar quienes tienen la capacidad de hacerlo, todo es cuestión de tiempo.

“De momento, y pese a la dubitativa —por ser generosos— política que en materia de sanidad vegetal está poniendo en práctica Bruselas, no la tenemos presente en las plantaciones citrícolas europeas, pero a este paso, y me gustaría equivocarme, de no actuar quienes tienen la capacidad de hacerlo, todo es cuestión de tiempo”

También es sabido que el insecto vector causante de la trasmisión de la variante africana de este patógeno, se detectó en 2014 en algunos jardines de zonas residenciales en Galicia, y que en el año 2002 ya se había detectado en las Islas Canarias. Entonces se predijo, y no había que ser un lince para ello, que la presencia de Tryoza eritreae se iría expandiendo por la costa atlántica portuguesa, de tal forma que alcanzar el río Guadiana y llegar al resto de España era cuestión de tiempo. En estos momentos ya está presente en la región de El Algarve, al sur de Portugal. Así pues, tenemos en cada una de las puertas del Mar Mediterráneo, la presencia de los dos insectos vectores transmisores del HLB.  

Es cierto que, de momento, tan solo se ha detectado la presencia de los insectos vectores, y no la bacteria, ni en los insectos ni en las plantas. Pero también es cierto que cuando esto ocurra, no sonará ninguna campana. Como sucede siempre, si se da el caso que llegue la primera bacteria, su expansión comenzará de forma silenciosa e imperceptible, de tal modo que, cuando nos demos cuenta de que está aquí, ya nada se podrá hacer para su erradicación. En este sentido conviene remitirse a la recienta nota de prensa emitida desde Intercitrus, en la que se da buena cuenta del desastre que aconteció en las zonas productoras de cítricos en Florida. Un árbol ornamental con varios injertos, se cree que fue el hospedante cero de una expansión posterior de HLB, que supuso una merma del 84% de su producción citrícola en un periodo de 25 años.

“Como sucede siempre, si se da el caso que llegue la primera bacteria, su expansión comenzará de forma silenciosa e imperceptible, de tal modo que, cuando nos demos cuenta de que está aquí, ya nada se podrá hacer para su erradicación”

Llama la atención el hecho que, pese a la gran expansión territorial del HLB en Asia, Japón no tenga noticias de padecer esta enfermedad. El hecho de la insularidad puede ser un elemento a favor, pero no es determinante, pues la bibliografía da cuenta de presencia de HLB, en Taiwán, Filipinas, en las Islas Mauricio y en la Isla Reunión, en África. Más bien tiene que ver con la estricta política en materia de sanidad vegetal, de tal manera que enviar cítricos a Japón se debe cumplir con un estricto protocolo en materia fitosanitaria. Los operadores españoles también lo tienen que cumplir, en este caso para Ceratitis, y eso nos cuesta del orden de 11 a 13 céntimos de euro por kilo, es decir, casi lo mismo que en ocasiones puede percibir un productor por la fruta. Además, las autoridades niponas, no se andan con chiquitas, pues si detectan algún envío contaminado, simplemente te cierran el acceso al mercado.

Vamos, lo mismo que está poniendo en práctica Bruselas. Un claro ejemplo de a lo que allí se juega son las prioridades mostradas por el Comisario Europeo de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski, en su reciente visita a España. Sus principales preguntas fueron en relación con el maltrato animal y la agenda verde. Nada de reciprocidad y nada de prácticas preventivas contra la llegada de plagas de cuarentena, ni de las rentas de los productores. Cada vez está más claro que a este comisario le tocó Agricultura como le podría haber tocado cualquier otra cartera. Su formación lo es en el ámbito jurídico, habiendo desempeñado importantes responsabilidades en esta materia. No me cabe ninguna duda que en esas esferas es seguro que será muy brillante, pero en lo que respecta a nuestro sector, el señor Wojciechowski no pasa de ser un mero peón al servicio del verdadero artífice de la Pacto Verde Europeo, y que no es otro que el Vicepresidente de la Comisión Europa, el holandés Frans Timmermans. Es por ello por lo que tuvo que oír, de boca del presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, que no se pueden poner en práctica políticas verdes desde los números rojos de los agricultores.

En el contexto de la pandemia, el sector agroalimentario se mostró esencial, y fruto de su actuación, garantizando la alimentación de modo sano y suficiente, todo fueron parabienes. Consecuencia de la crisis de materias primas, se habló de un nuevo orden mundial, en el que las reglas del comercio se revisarían con tal de impedir desabastecimientos y dependencias exteriores. Aquí la Agricultura se ha quedado nuevamente fuera. Entretanto, el Comisario Wojciechowski anuncia la elaboración, por parte de la Comisión Europea, de un informe sobre reciprocidad. Informe que esperemos no guarde en un cajón y que, sobre todo, sirva para que se pongan en práctica, al menos, las mismas medidas que están aplicándose en otros países sobre esta materia. 

No obstante, parece que Bruselas está empezando a ser sensible a los potentes argumentos esgrimidos desde el sector español y las instancias técnicas comunitarias. Así, en las últimas fechas la Comisión Europea ha presentado a los Estados miembros una propuesta de modificación de la normativa comunitaria sobre protección fitosanitaria de los cítricos, por la que se impondría el tratamiento en frío para naranjas importados de terceros países, en el caso de Thaumatotibia, y se reforzarían las exigencias en el caso de mancha negra. Pese a que no se colman nuestras expectativas, estamos en el buen camino, debiendo de seguir trabajando desde el lobby valenciano para conseguir el mejor contexto de seguridad para nuestras explotaciones.

“Parece que Bruselas está empezando a ser sensible a los potentes argumentos esgrimidos desde el sector español y las instancias técnicas comunitarias con una propuesta de modificación de la normativa comunitaria sobre protección fitosanitaria de los cítricos, por la que se impondría el tratamiento en frío para naranjas importados de terceros países, en el caso de Thaumatotibia”

Nunca se puede cantar victoria hasta el final, pues como ocurre siempre, estaremos a expensas de una votación, pese a que hay cuestiones fundamentales que no se deben sustanciar con una consulta en un ámbito de rango menor. Si Diaphorina citri pasa de Israel a Turquía o a Egipto, ¿también vamos a votar si votamos?

(*) Presidente Sectorial frutas y Hortalizas Cooperatives Agroalimentaries

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