Cirilo Arnandis: “Hacia un nuevo orden mundial en tierra de nadie”

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El Presidente Frutas y Hortalizas Cooperatives Agroalimentaries, Cirilo Arnandis, opina sobre el nombramiento de Hansen como nuevo comisario de Agricultura y lo que ello supone

El nombramiento de Hansen como nuevo comisario de Agricultura ha caído bien en el sector. / Comisión europea

Cirilo Arnadis (*)

En estos momentos la lucha por la supremacía global está más activa y abierta que nunca. La aparición en sociedad del nuevo modelo chino de inteligencia artificial, la aplicación “DeepSeek”, ha puesto en jaque al modelo occidental, en especial el norteamericano, infringiendo cuantiosas pérdidas en su cotización en Wall Street, centro financiero de los Estados Unidos. Este episodio ha servido para mostrar las costuras del viejo continente que, una vez más, se está demostrado que queda en tierra de nadie. Europa es cada vez más irrelevante en la partida geoestratégica de ajedrez que se está disputando en el planeta. Tiene buena culpa de ello el ansia regulatoria de Bruselas, siendo nuestro sector un claro ejemplo de ello. Se publican normas que sólo se deben exigir sólo a los de aquí, y no a los que vienen aquí, aunque sea el mismo mercado.

En el afán de encontrar su espacio en el escenario actual, la presidenta de la Comisión Europea, presentaba el pasado día 29 de enero el documento denominado “Brújula para la competitividad”. En él se formulan una serie de recomendaciones, las contempladas en el informe Draghi, sobre el futuro de la Unión Europea en esta materia, y que se debe de traducir en acciones concretas aplicables en el futuro. Hay que hacer notar que en las recomendaciones de la Sra. Von der Leyen, no se hace alusión a la ingente cantidad de dinero que Draghi decía que era necesario en su informe, ni tampoco se hace alusión a nuestro sector, el de la agricultura. Otro elemento en nuestra contra es el tiempo, pues ya sabemos el que se necesita en las instituciones comunitarias para adoptar decisiones, cuando precisamente, ese factor, el tiempo, se está convirtiendo en un concepto crítico.

Es ahora cuando el pragmatismo está más presente que nunca en las decisiones en cuestión geoestratégica adoptadas por los principales actores globales. Y es este mismo concepto el que quizás nos pueda servir para que, de una vez por todas, Bruselas se quite de la cabeza pajaritos que lastran nuestra competitividad. Así, uno de los ejes de la brújula europea es el de la descarbonización. A la vista del documento, parece que nos pueden dejar en paz al sector agrario, pues se dirige más hacia el ámbito de la generación de energía, para ser menos dependientes. Como ya se ha dicho en multitud de ocasiones, el sector agrario aplica técnicas de producción respetuosas con el entorno, pues así lo exigen tanto el mercado como los habitantes del entorno rural, y además está demostrado con números, que es de los que tiene una implicación mínima, en relación con otros sectores, en la generación de gases de efecto invernadero. 

A este respecto, no puede pasar inadvertida la noticia publicada en el diario holandés, De Telegraaf, y en la que se puede leer el siguiente titular “Escándalo en el lobby de Bruselas: la Unión Europea pagó en secreto a grupos ecologistas para que promovieran los planes verdes de Timmermans”. El que fuera vicepresidente de la Comisión Europea, principal mentor del Pacto Verde Europeo y jefe del anterior comisario de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski, niega su implicación. De no aclararse de modo transparente esta denuncia, la Comisión Europea quedaría ante los agricultores muy tocada y con una credibilidad y autoridad bajo mínimos. De ser cierta, tendríamos un claro ejemplo de una actuación política fundamentada en criterios exclusivamente ideológicos, y cuyo resultado incide de modo muy directo en la competitividad del campo europeo. Tendríamos una posible explicación de por qué sólo se exige aquí determinada normativa, así como la dificultad de aplicación de las cláusulas espejo, por lo que veremos más adelante. 

“La nueva Comisión Europea ha decidido adoptar un nuevo enfoque respecto de la economía en general, y del sector agrario en particular, considerando que este mandato debe de ser el de la competitividad”

“Lo que debería de ser obvio, hasta ahora no lo ha sido, y parece que desde Bruselas quieren redimirse”

“El nuevo comisario de Agricultura, el luxemburgués Christophe Hansen, considera que hay que contar más con agricultores y cooperativas, siendo más participativos en la elaboración de la legislación; los principales retos de los agricultores son la carga burocrática, la competitividad, los costes de producción y hacer frente a los eventos climáticos”

Quizás por todo ello, la nueva Comisión Europea ha decidido adoptar un nuevo enfoque respecto de la economía en general, y del sector agrario en particular, considerando que este mandato debe de ser el de la competitividad. Lo que debería de ser obvio, hasta ahora no lo ha sido, y parece que desde Bruselas quieren redimirse. El nuevo comisario de Agricultura, el luxemburgués Christophe Hansen, proveniente de familia del mundo rural y que tiene amplia experiencia en temas comunitarios, fue uno de los comisarios que mejor realizó la audición previa a su nombramiento ante el Parlamento Europeo. En esta singladura, formará parte de una nueva estructura en la Comisión Europea, asumiendo las competencias sobre alimentación que hasta la fecha han estado en la dirección general de Salud y Seguridad Alimentaria (SANTE), pasando de depender del vicepresidente de Transición Ecológica, a formar parte del área del vicepresidente encargado de Cohesión y Reformas, el italiano Raffaele Fito. Es importante recalcar la novedad que supone una nueva cartera en la Comisión Europea encargada del agua, tema crucial para nuestro sector, y que esperemos que se guíe por criterios técnicos y no ideológicos. 

Hay que decir que el nombramiento de Hansen como nuevo comisario de Agricultura ha caído bien en el sector, así como las prioridades que ha marcado en este mandato. Considera que hay que contar más con agricultores y cooperativas, siendo más participativos en la elaboración de la legislación; los principales retos de los agricultores son la carga burocrática, la competitividad, los costes de producción y hacer frente a los eventos climáticos. Cree que la agricultura comunitaria contribuye en la lucha contra el cambio climático, más que otros sectores, y que deben de ser éstos los que deben de contribuir más a este objetivo. El Pacto verde, que sigue vigente, debe de dirigir de modo mayoritario sus esfuerzos a fomentar las energías renovables, y no tiene que lastrar la competitividad del sector agrario. Sobre la PAC, dos serán los conceptos básicos de su propuesta: simplificación y competitividad. Además, entiende que debe de tener un presupuesto fuerte, aunque reconoce que esto no está en su poder al depender de las decisiones adoptadas por los Jefes de Estado y de Gobierno. Además, las ayudas deben de focalizarse en quien más lo necesitan, incidiendo en la necesidad de crear medidas de gestión de crisis ante el incremento de eventos climáticos adversos.

“Pese a las buenas intenciones de Hansen, el tiempo y la propia dinámica de las instituciones comunitarias van poniendo las cosas en su sitio”

Pese a las buenas intenciones de Hansen, el tiempo y la propia dinámica de las instituciones comunitarias van poniendo las cosas en su sitio. Así, en su intervención en el Parlamento Europeo, y en el marco del debate de los efectos del Acuerdo de Mercosur, aseguró que la llegada de envíos con productos fitosanitarios prohibidos en Europa no nos supone una amenaza sanitaria, debiéndose de apostar por la reciprocidad, aunque prefirió no hablar de las cláusulas espejo. Igualmente, en la rueda de prensa previa a la inauguración de la semana verde de Berlín, manifestó que la próxima PAC no traerá reformas de gran alcance, que la verdadera revisión se dará una vez se conozca el proceso de la futura ampliación, y que será difícil incrementar el presupuesto para el sector agrario. Y es que además de Ucrania, países como Macedonia del Norte, Bosnia, Montenegro, Moldavia, Serbia, Albania o Georgia, a la vez que están llamado a las puertas del club comunitario, están siendo tentados desde Moscú.

Tras estas declaraciones, aumenta la sensación de que en la PAC a aplicar en el periodo 2027-2033, más que una reforma importante que nos permita afrontar con garantías los retos de un contexto inestable como el actual, nos encontraremos con una prórroga de la actual, eso sí, con algún que otro ajuste. Pese a la buena disposición del comisario, parece que nos podremos dar con un canto en los dientes si conservamos el status quo en lo que se refiere al presupuesto de la PAC del próximo Marco Financiero Plurianual (MFP). Como vemos, Bruselas se toma su tiempo con el fin de preparar la gran reforma de la PAC, y que en todo caso nunca sería en este decenio. Mucho me temo que los grandes actores del contexto internacional no sean tan pensativos, y lo que es seguro que serán más ejecutivos. Por ello, es posible, que nuevamente, sigamos en tierra de nadie.

De momento prudencia, en tanto en cuento no se celebren elecciones en Alemania y mientras Francia sigue desaparecida en el plano político. La mayor demanda de fondos es seguro que será para defensa y para competir en tecnología con los grandes. Para la PAC, a menos que se genere deuda en el marco de otras necesidades estratégicas, o más aportaciones de los Estados miembros, bien haremos en ir pensando que nos dejen como estamos.

(*) Presidente Frutas y Hortalizas Cooperatives Agroalimentaries

Acceso al artículo de opinión en la página 6 del ejemplar de Valencia Fruits. 

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