Cirilo Arnandis: “De vuelta a casa”

DIQUESÍ

El Presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries, Cirilo Arnandis, habla sobre el retorno de las cooperativas a Intercitrus

La promoción de los cítricos españoles es una actuación indispensable para no seguir perdiendo cuota de mercado en Europa. / ARCHIVO

Por Cirilo Arnandis (*)

En una sociedad polarizada, donde el reproche, cuando no el “y tu más” es un argumento que está a la orden del día, que haya buenas noticias siempre se agradece. Nuestro sector, el agro, suele aparecer poco en los medios de comunicación o en las redes sociales, y generalmente lo hace por malas noticias, que animan poco el interés de los consumidores, en especial de los más jóvenes. Quizás, en contraposición a ello, en ciertos ámbitos de la información se está abriendo un nuevo apartado que, con diferentes versiones, viene a ser algo así como la buena noticia del día. Y es que, tras la decisión adoptada allá por el mes de julio del año pasado por las cooperativas agroalimentarias españolas de causar baja de Intercitrus, la buena noticia es que se dan las condiciones para el retorno, y así se ha comunicado a su presidente, habiéndose solicitado el reingreso en la organización interprofesional.

Se dan las condiciones para el retorno, y las cooperativas agroalimentarias españolas han solicitado el reingreso en la organización interprofesional Intercitrus

“La buena noticia es que a partir de este momento el sector puede afrontar los retos desde la unidad y que, si bien la discrepancia es lícita y a la vez saludable, también lo es el hecho de que esta se resuelva de un modo lógico y en beneficio de un sector que lo necesita”

“Más allá del momento en el que Intercitrus aprobara la extensión de norma y fuera solicitada al Ministerio, lo cierto es que con la integración total del sector en el seno de la organización interprofesional se dan todas las exigencias normativas para su aprobación, por lo que se debería obrar en consecuencia y agilizar este trámite”

Se podría escribir acerca de cuáles son los motivos que propiciaron esta decisión, así como la deriva de Intercitrus en los últimos años, pero creo que esto poco o nada ayudaría a dar solución a los retos a los que debe enfrentarse la producción y comercialización de los cítricos españoles en el futuro más próximo. La buena noticia es que a partir de este momento el sector puede afrontar estos retos desde la unidad y que, si bien la discrepancia es lícita y a la vez saludable, también lo es el hecho de que esta se resuelva de un modo lógico y en beneficio de un sector que lo necesita. Así pues, tras la solicitud formal de Cooperativas Agro-alimentarias de España de reincorporación a Intercitrus, esperemos que en breve se pueda pronunciar aquella frase de “Decíamos ayer”, atribuida a Fray Luis de León.

“En el escenario actual y en el que previsiblemente nos va a venir en el corto plazo, la promoción aparece como una actuación indispensable. Por ello, y para poder acceder a los fondos comunitarios dispuestos para este fin, es imprescindible la aprobación, por parte del Ministerio de Agricultura, de la extensión de norma por la cual el sector debe participar íntegramente de la financiación de estas campañas”

En el mes de marzo, Intercitrus emitió una nota de prensa en la que se decía, que la Interprofesional Citrícola Española aprobaba la solicitud al Ministerio de Agricultura de la extensión de norma para acciones de defensa fitosanitaria, de I+D y para campañas de promoción. Con ello, con la aprobación de una hoja de ruta, existía el compromiso de actuación en temas relevantes y necesarios para el sector citrícola, y para cuya consecución es imprescindible la unidad del sector. Dicen que agua pasada no mueve molinos, por lo que tan solo hay que mirar al frente y felicitarse, pues a partir de ahora existe un escenario en el que se pueden hacer cosas necesarias y beneficiosas para el sector desde la imagen de unidad. Y es que, además de la necesidad de sumar, en los tiempos actuales, la imagen cuenta.  

La promoción ha sido una de las señas de identidad de Intercitrus. No en vano, siendo una de las primeras organizaciones interprofesionales aprobadas por el Ministerio de Agricultura, fue la primera en acometer una ambiciosa campaña de promoción de cítricos, incluso más allá del mercado comunitario, y haciendo un uso extraordinario de los fondos europeos que se disponían al servicio del sector. Fue la década prodigiosa, la comprendida entre los años 1998 y 2008, donde slogans como “Regeneración natural”, “La golosina inteligente”, “Llenas de salud, llenas de vida” o “Que tengas un buen día” servían de elemento introductorio de nuestras naranjas y mandarinas, tanto en los mercados más populares como en los más exigentes. Y pensemos que lo hicimos bien, pues seguro que muchos de esos slogans estarían vigentes en la actualidad.

Aunque todo cambia, incluso las características de la sociedad, así como sus apetencias y reclamos, lo cierto es que, en la actualidad, quien no está en el escenario mediático o en las redes sociales bien se puede decir que no es nadie. Y pensemos que las redes sociales es el universo de los jóvenes, que al fin y a la postre, son los consumidores del futuro. Esto debe de ser verdad en nuestro caso, pues pese a la bondad del producto, que todos coincidimos en que es sano y saludable, la cuota de mercado de los cítricos europeos en el mercado comunitario no ha hecho más descender. La competencia con otro tipo de frutas o de productos sustitutivos, de una parte, y la creciente presión de la llegada, cada vez con una tendencia de mayor crecimiento de cítricos procedentes de países terceros, dan como resultado que nuestra cota de mercado sea cada vez menor.

Si nos atenemos los datos oficiales, y pese a que nos referiremos a datos globales de la UE, lo que es cierto que España sigue ostentando el liderato de la producción citrícola europea. Así, por lo que respecta a las naranjas, la cuota de mercado del producto comunitario ha pasado del 74,4% en el año 2013, al 65% en el año 2023. Perdemos una cuota de mercado del 1% anual, con Egipto mostrándose como el principal beneficiario, habiendo más que duplicado sus envíos de naranja al viejo continente en ese mismo periodo. En mandarinas tampoco se puede ser demasiado optimista a la vista de los datos de las últimas campañas, pues salimos peor parados que en el caso de las naranjas. Según las mismas fuentes, la cuota de mercado de los pequeños cítricos comunitarios en el mercado de la UE era del 87,3% en el año 2013, pasando al 71,6% diez años después. Todavía significativa, pero con clara tendencia a la baja, y en donde Sudáfrica aparece como el origen más beneficiado. 

En otro orden de cosas, el contexto comercial internacional está más que excitado tras las últimas decisiones adoptadas en materia de aranceles por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Y si bien, el mero hecho de la incertidumbre que supone el no saber qué va a pasar mañana ya de por sí es grave, lo es más el hecho de que se ha desmantelado el contexto comercial basado en reglas asumidas por todos. El papel que ha venido jugando la Organización Mundial del Comercio en relación con qué tipo de medidas se podían adoptar en los distintos mercados por cada uno de los países, y cuáles no, generaba un escenario de certidumbre donde nadie podía adoptar ventajas competitivas unilateralmente. Es fácil que, en un futuro próximo, la fuerza de cada país o colectivo sea quien imponga las condiciones de acceso a su mercado, así como las que, en justa o injusta reciprocidad, se le exijan a él para exportar. En este contexto, hay que recordar que, en las negociaciones llevadas a cabo desde Bruselas, siempre las importaciones citrícolas procedentes de países terceros han primado más, como contrapartida de otras concesiones, que la comercialización de las producciones propias. 

Vuelvo a insistir que en el escenario actual y en el que previsiblemente nos va a venir en el corto plazo, la promoción aparece como una actuación indispensable. Por ello, y para poder acceder a los fondos comunitarios dispuestos para este fin, es imprescindible la aprobación, por parte del Ministerio de Agricultura, de la extensión de norma por la cual el sector debe participar íntegramente de la financiación de estas campañas. Con ello se facilita que la Unión Europea pueda participar del porcentaje mayoritario de su financiación. Y a esto hay que decir que, más allá del momento en el que Intercitrus aprobara esta medida y fuera solicitada al Ministerio, lo cierto es que con la integración total del sector en el seno de la organización interprofesional se dan todas las exigencias normativas para su aprobación, por lo que se debería obrar en consecuencia y agilizar este trámite. El tiempo es oro y las amenazas muchas, y no podemos dejar pasar otra vez la próxima convocatoria de ayudas de Bruselas a la promoción de nuestros cítricos.

Y hablando de amenazas, no podemos olvidar las que se derivan de la llegada, cada vez de modo más preocupante, de nuevas plagas procedentes de países terceros. En 2024 se contabilizaron 199 envíos rechazados en la Unión Europea y Suiza. De la misma manera, lo es la ausencia de reciprocidad en las exigencias productivas, como la ausencia de productos fitosanitarios eficaces. En otro orden de cosas, los nuevos parámetros del clima hacen que cada vez más la investigación tome un papel relevante en la generación de variedades resistentes a periodos de sequía, de inundaciones, o simplemente a plagas y enfermedades. Como vemos, los retos del sector son de calado, por lo que es momento de abordar los problemas desde la unidad, aprendiendo de la experiencia, pero con ánimo e ilusión renovados, mirando al futuro. Buena parte de él, puede depender de nosotros mismo.

(*) Presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries

Acceso al artículo de opinión en la página 4 del ejemplar de Valencia Fruits. 

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