Los franceses empezaron a consumir más productos ecológicos a raíz de la pandemia de la COVID-19, aunque durante el pasado 2021 los precios y la crisis han frenado el crecimiento del sector
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El mercado de productos ecológicos creció exponencialmente en Francia durante el año 2020. / ARCHIVO
Elisa Benavent. Redacción.
La imagen de una alimentación saludable crecía en la mente de los franceses durante los meses más duros de confinamiento de 2020 como consecuencia de las medidas sanitarias adoptadas para frenar la expansión de la COVID-19.
No solo se empezó a cocinar más (cuando los huevos, la harina o la levadura se agotaban de los mostradores de supermercados por la súbita euforia por la repostería), sino que también empezaba a cuajarse una conciencia más ecológica entre los compradores franceses y que, a día de hoy, continúa: es necesario cuidar nuestra salud y también el medio ambiente.
Si se asocia la salud a tener cuidado con lo que consume, se tiende, pues, a comprar más productos ecológicos y a aumentar la presencia de frutas y verduras en las dietas. La proximidad se hizo más atractiva y la etiqueta ecológica empezó a ser un distintivo que los consumidores franceses buscaban con ahínco. Por tanto, el sector hortofrutícola vio aquí una oportunidad de negocio que aportaba cada vez más beneficios, todo ello reforzado por la pandemia.
Datos del ICEX revelan que el mercado de productos ecológicos creció exponencialmente en Francia durante el año pasado, impulsado principalmente por las frutas y hortalizas ecológicas que crecieron un 13,5%.
Tanto productores como distribuidores se acogieron a esta tendencia y supieron responder a la demanda a pesar de las dificultades generadas por la pandemia. Así, el número de agricultores que optaron por esta forma de trabajar con la tierra creció también un 13% y la superficie tanto ecológica como en conversión se mantuvo dinámica, alcanzando los 2,55 millones de hectáreas, lo que supone el 8,5% de las superficies agrícolas totales.
En cuanto al consumo, los datos no pudieron ser más positivos: el consumo de productos bio aumentó más del 10% entre 2019 y 2020 en Francia según el último estudio de la Agencia BIO publicado en julio de 2021.
El consumo de productos bio aumentó más del 10% entre 2019 y 2020 en Francia según el último estudio de la Agencia BIO publicado en julio de 2021
El 57% de los franceses dijo que compraba más productos frescos y de temporada y el 58% favorecía los productos locales. y compras en cortocircuitos. Así, los productos ecológicos, que representaban el 5% de las ventas de productos agroalimentarios, registraron un aumento de cerca del 63% en el primer trimestre de 2020.
Francia ocupaba así la segunda posición en Europa en términos de consumo de productos ecológicos, solo por detrás de Alemania, con una cesta media de 178 euros por habitante al año.
Sin embargo, ahora, las razones por las que comprar productos ecológicos parecen desvanecerse. Lo que fue un auge del consumo de productos ecológicos, con máximos históricos después de cinco años de crecimiento consecutivos, se ha parado en cuestión de meses. A principios de 2021, los expertos se mantenían optimistas: “Hay una ralentización del crecimiento en determinados sectores, pero se trata de un efecto cíclico y no estructural. Estos leves contratiempos no son preocupantes. Siempre hay una demanda que hay que cubrir”, aseguraba Laura Verdeau, directora de Agence Bio.
Sin embargo, desde septiembre la visión de futuro del mercado ecológico francés ha cambiado y productores y vendedores se muestran realmente preocupados por el retroceso que se ha experimentado en el consumo. Ya no se trata de una “ralentización”, sino de un descenso claro.
+ producción, – consumo
Las ventas de productos de consumo ecológicos en supermercados cayeron durante los diez primeros meses de este año un 1,3%, tal y como informaban desde Linéaires, la revista francesa de distribución alimentaria. En comparación, la facturación de productos orgánicos de enero a octubre de 2020 aumentó un 15,2%.
La desaceleración de las ventas conlleva, inevitablemente, a que también se desacelere la conversión de los agricultores hacia lo ecológico, que en los últimos años había ganado peso. “Fuimos casi demasiado eficientes aumentando cuatro veces las superficies orgánicas”, señalaba Olivier Lebert, vicepresidente de la Cámara de Agricultura de Sarthe. Ahora, existen demasiados productores y demasiada conversión orgánica para un consumo que ya no crece.
Desde septiembre 2021 la visión de futuro del mercado ecológico francés ha cambiado
Las cifras presentadas no son, desde luego, un buen augurio para los agricultores franceses que eligieron lo ecológico frente a lo convencional y que ahora se plantean volver a los orígenes y dejar de lado la sostenibilidad o la preocupación por el medio ambiente con tal de no tener pérdidas.
A raíz de estas posibles ‘desconversiones’, tampoco se presenta un futuro esperanzador de cara a cumplir con el plan planteado por la Comisión Europea y que obliga a que el 25% de las áreas cultivadas sean orgánicas antes de 2030. Con suerte, Francia alcanzará tan solo el 15% antes de esa fecha.
Subida de precios
Y, entonces, ¿por qué los franceses han dejado de consumir los productos orgánicos al comprar en los supermercados en los últimos meses?
La saturación del mercado podría ser una de las razones: el 98% de los hogares franceses son, o eran por lo menos en 2020, compradores de productos bio. Por lo tanto, el mercado orgánico ya no está reclutando nuevos consumidores tanto como antes, lo que ralentiza su crecimiento.
Por otra parte, también se ha identificado una tendencia a la baja en la frecuencia de compra así como también una menor diversidad de la oferta. Respecto a esto último, cabe decir que hasta abril de 2020 el surtido de productos ecológicos ofrecidos en tiendas y supermercados aumentó alrededor de un 20%. En octubre de 2021, su crecimiento se redujo a solo + 2,5%. Por lo tanto, se ofrecen menos productos nuevos, lo que genera menos oportunidades de compras nuevas en la tienda.
Como resultado de esta combinación de factores, el resultado más directo es que el peso de los productos orgánicos en las compras de bienes de consumo en Francia se reduce.
Sin embargo, quizás la principal razón para el decrecimiento del consumo ecológico en Francia sea la enmascarada crisis económica provocada por la pandemia. Los productos orgánicos representan el 6,5% del gasto de los hogares en Francia, pero se ha visto afectado por la subida de precios generalizada en Europa. La inflación y la disminución del poder adquisitivo han sido los verdaderos motivos por los que el crecimiento del mercado bio se haya frenado en seco, que según los datos, se estima que alcanzará un máximo del 10% del presupuesto familiar para 2030.
Por ello, no hay más demanda, porque no hay compradores para estos volúmenes y, quizás por eso, los distribuidores se vean obligados a venderlos con pérdidas bajo la etiqueta de “no ecológico”, puesto que siguen asustando los precios de los productos ecológicos en Francia y que, según algunos estudios, son hasta un 75% más caros que los convencionales. Los defensores de la agricultura ecológica replican que “lo que escasea es caro” y que los precios bajarán a medida que aumente la producción.
Las ventas bio en supermercados cayeron durante los diez primeros meses un 1,3
En el caso de las verduras y frutas ecológicas, los profesionales se podrían enfrentar a la competencia de precios de los productos ecológicos españoles. Durante el segundo trimestre de 2021, según Initiative bio Bretagne, las compras de un panel de 15 frutas y verduras frescas orgánicas cayeron un 14,6% en volumen.
¿Un consumo temporal?
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Hay demasiada conversión orgánica para un consumo que ya no crece. / ARCHIVO
Frente a este paradigma, la pregunta que se hacen agricultores, distribuidores y vendedores franceses es si el récord histórico que se vivió en 2020 en el consumo de productos ecológicos fue simplemente algo temporal.
La respuesta varía, algunos lo califican como ‘la vuelta a la normalidad’ y otros como ‘el fin de la época dorada de la agricultura ecológica’. También hay quienes creen que el mercado ecológico es cíclico y que, aunque haya una ralentización en 2021, habría que esperar unos periodos más para sacar conclusiones.
Algunos profesionales del sector son conscientes de esta situación y se mantienen optimistas, a pesar de todo: “Hay recesiones, pero son circunstancias cíclicas y no estructurales. Los contratiempos leves, a lo largo de un ciclo de vida en crecimiento, no deberían ser motivo de preocupación. Hay demanda y hay que satisfacerla”, aseguró Philippe Henry, presidente de Agence Bio.
Por contraposición, en el informe de Kantar ‘Tendencias de alimentos orgánicos 2021’, se hace hincapié en la necesidad de “actuar para evitar la desaceleración y perpetuar el crecimiento.
Los actores de este mercado deben en primer lugar volver a comunicarse sobre la razón de ser de la etiqueta para evitar su banalización y pérdida de fuerza”. Según Sabrina Laroche, experta de Kantar, esa razón de ser se basa en las promesas de “salud” y “medio ambiente”, que están correlacionadas con el apoyo y la confianza de los consumidores en estos productos.
Lo que queda claro es que la euforia por los productos ecológicos ha disminuido drásticamente, afectando en especial a unos sectores como el de los huevos y la leche más que a otros. Como en otros ámbitos, los años 2020 y 2021 han demostrado ser atípicos, también en el consumo.
El próximo año, que está a punto de comenzar, será aún más importante para el futuro de lo ecológico, año en el que se verá si realmente fue un auge circunstancial y motivado únicamente por la pandemia o si realmente la mente de los consumidores no solo franceses, sino de todo el mundo, ha evolucionado hacia una perspectiva ecológica.