Factores como el clima, la inflación o la escasa promoción influyen en la crisis de la naranja europea

Los datos de Aduanas UE indican que las importaciones entre octubre de 2023 y febrero de 2024 han caído 13.500 t respecto a la campaña pasada 22/23. / VF
Julia Luz / Raquel Fuertes. Redacción.
“La entrada masiva de naranja de Egipto satura el mercado, hunde los precios y arruina a los agricultores”. Este es el titular presente en los medios de comunicación, tanto generalistas como especializados, en las últimas semanas. Pero, ¿podemos afirmar que son las importaciones egipcias las responsables reales —y únicas— del descenso del precio de los cítricos en España?
Dar respuesta a esta pregunta no es tarea fácil y, para ello, es imprescindible acudir a los datos oficiales para realizar un análisis de las cifras de importación-exportación de cítricos en esta segunda parte de campaña, cuando empieza la entrada de la fruta procedente de Egipto.
Según la información analizada por Ailimpo, la Asociación Interprofesional del Limón y Pomelo, basada en datos de Eurostat y TAXUD (la Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Unión Europea), se observa una disminución en las importaciones de naranjas por parte de la UE procedentes de terceros países durante el periodo de octubre de 2023 a febrero de 2024. Esta caída representa casi 14 mil toneladas menos en comparación con la temporada 22/23, pasando de 276,981 toneladas a 263,437 toneladas. Es decir, un 5% menos.
Se observa una disminución en las importaciones de naranjas por parte de la UE procedentes de terceros países durante el periodo de octubre de 2023 a febrero de 2024, concretamente, 14 mil toneladas menos
Desglosado por países, las importaciones caen en todos los orígenes respecto a la campaña anterior. África del Sur pasa de importar 160.635 toneladas a 106.737 t, un 34% menos; Marruecos desciende un 30% y pasa de 2.132 t a 1.482 t; Zimbabue reduce sus importaciones prácticamente a la mitad, de 14.647 t a 7.215 t; y la caída más significativa la representa Argentina, que pasa de 5.937 t a 1.413 t, un 76% menos. No obstante, es Egipto el único país que sí aumenta sus exportaciones a la UE, concretamente en 41.000, y pasa de 73.649 t a 115.022 t.

Análisis del mercado de la naranja de la UE27 del 1 de octubre de 2023 al 29 de febrero de 2024 realizado por Ailimpo. Cifras en toneladas. / AILIMPO
Pero, ¿son estas 41.000 toneladas de naranja las que han provocado la distorsión de precios en el mercado citrícola? Tal y como se preguntan desde Ailimpo: “¿Cuarenta mil toneladas tienen la capacidad de alterar de manera relevante el desarrollo de la campaña, los equilibrios de oferta y demanda para, finalmente, influir negativamente en los precios percibidos por los productores de naranja?”.
“¿Cuarenta mil toneladas tienen la capacidad de alterar de manera relevante el desarrollo de la campaña, los equilibrios de oferta y demanda para, finalmente, influir negativamente en los precios percibidos por los productores de naranja?”
En realidad, esas 41.000 toneladas de frutos que ha importado Egipto “de más” respecto a la campaña pasada, “equivale a la naranja exportada por España a la UE27 en una semana y media”, explican desde Ailimpo
Si tenemos en cuenta que durante los meses analizados España ha exportado a la Unión Europea un total de 580.337 toneladas de naranja, ocupando un 69% de la cuota del mercado de naranja (apenas un 1% menos que el año pasado), esas 41.000 toneladas de frutos que ha importado Egipto “de más” respecto a la campaña pasada, “equivale a la naranja exportada por España a la UE27 en una semana y media”, explican desde Ailimpo. Unas cifras que no explican la caída del precio de la naranja española, sobre todo en un año en el que los aforos han descendido con respecto a la última campaña y se han situado por debajo de la media de los últimos años, aunque han superado las previsiones de principio de campaña.
Otros factores
Cómo se mueve el mercado citrícola y qué factores influyen en la fluctuación de los precios no es una ciencia exacta. Existen diversos agentes, tanto internos como externos, que impactan en mayor o menor medida.
El sector citrícola insiste en que la situación actual es “muy preocupante” debido a la presión de los terceros países, pero también apuntan a “una bajada del consumo y al incremento de los costes”, según apuntaban desde Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía. Tanto el clima, con temperaturas más altas de lo habitual, como la inflación han sido determinantes a la hora de que los consumidores hiciesen sus elecciones de compra.
Incidiendo en la contracción del consumo, los datos muestran cómo la demanda de naranja en el mercado global se ha reducido de 935.000 t en 22/23 hasta 843.000 t de 23/24 en este periodo, un 10% menos. Una caída del consumo que no es ninguna novedad para el sector y que, si bien puede atribuirse a las altas temperaturas de este invierno, también puede relacionarse con la falta de promoción, comunicación y divulgación. Y también cabría destacar que en ocasiones la calidad no ha sido la idónea por las propias características agronómicas de esta campaña.
A esta caída de ventas de naranja en el mercado de fresco en Europa, Ailimpo suma que en España “el aforo inicial se ha visto superado por la realidad, quedando un volumen inesperado de fruta en el árbol” y el aumento de las importaciones egipcias en Europa por el “efecto llamada” ante el riesgo de desabastecimiento para industria.
Así, aunque Egipto ha incrementado sus exportaciones a la UE, el volumen de esta exportación no justifica por sí sola la bajada del precio de las naranjas españolas ni la tensión que ha sufrido el comercio de este cítrico en la actual campaña. Hay muchos más factores que tanto productores como comercializadores deberían analizar en profundidad de cara a encontrar la viabilidad futura de la naranja española.
Aunque Egipto ha incrementado sus exportaciones a la UE, el volumen de esta exportación no justifica por sí sola la bajada del precio de las naranjas españolas ni la tensión que ha sufrido el comercio de este cítrico en la actual campaña
Con este contexto del mercado y en medio de las protestas agrarias que se extienden desde principios de año, organizaciones como AVA-Asaja mantienen su indignación frente a los actuales precios y advierten de que “las movilizaciones continuarán mientras las políticas agrarias y medioambientales impulsadas por todas las administraciones nos resten competitividad y nos echen de nuestros campos y granjas”.
El caso del zumo
A partir de los datos aportados por Ailimpo, se puede deducir que un porcentaje de esa naranja importada de Egipto “ha tenido como destino la industria de zumo española (ante el riesgo de desabastecimiento). Por tanto, no ha influido en el mercado en fresco”.
Y es que la situación de la naranja para industria ha sido muy particular desde el inicio de la campaña. Con un anuncio de un fuerte descenso en el aforo citrícola por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), y más tarde confirmado por fuentes del mismo sector productor, las altas expectativas de venta en fresco “imposibilitó la firma de contratos con productores españoles con destino industria”, según Ailimpo, lo que obligó al sector de la industria a buscar “fuentes de aprovisionamiento de frutas alternativas”, en este caso, mayoritariamente Egipto, y a pagar por la naranja española cotizaciones nunca vistas en fruta para industria, hasta los 40 céntimos el kilo o incluso superiores.
A partir de los datos aportados por Ailimpo, se puede deducir que esa naranja de Egipto importada “ha tenido como destino principal la industria de zumo española (ante el riesgo de desabastecimiento). Por tanto, no ha influido en el mercado en fresco”
Como resultado, el incremento del precio en origen ha provocado que el zumo de naranja español haya sufrido un importante aumento del coste de producción. Incremento que se ha intentado trasladar al coste de venta, pero que, inevitablemente, ha desencadenado en una caída del consumo en toda Europa que en el análisis de Ailimpo se cifra en un 40%.