La empresa de certificación varietal de Tang Gold elevará de 12.000 a 15.000 las muestras analizadas de súpers europeos, con una campaña específica en Reino Unido
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Tango Fruit en los lineales de un conocido supermercado británico. / EUROSEMILLAS
Eurosemillas.
Cyberagrópolis intensificará durante la presente campaña el control varietal por marcadores moleculares para garantizar la autenticidad de Tang Gold y evitar fraudes (etiquetar como esta variedad otras mandarinas y/o mezclarla y etiquetarla con otra denominación). Y lo hará centrándose en las muestras recabadas en los puntos de venta al consumidor europeo. En concreto, la empresa responsable de la certificación de la mandarina popularmente también conocida como Tango, elevará las 12.000 muestras analizadas en 2024 —que ya supusieron un récord en el viejo continente— a 15.000 este año. Este plan, además, se está potenciando especialmente en un destino específico —el Reino Unido-— que es con mucha diferencia el primer mercado tercero en ventas de mandarinas para España. El destino británico es también, muy probablemente, el más exigente en cuanto a criterios de calidad objetivos como la no presencia de semillas en los frutos, que es precisamente una de las virtudes más reconocidas en el caso de la variedad explotada por Eurosemillas.
El destino británico es, muy probablemente, el más exigente en cuanto a criterios de calidad objetivos como la no presencia de semillas en los frutos, que es precisamente una de las virtudes más reconocidas en el caso de la variedad explotada por Eurosemillas
Cyberagrópolis viene implementando este sistema —que hoy es referente internacional en el mundo de las mandarinas ‘de autor’— desde 2015 y fue en 2017 cuando añadió, a las auditorías y toma de muestras en campo y almacenes certificados, la adquisición de fruta en los supermercados e hipermercados donde se comercializa esta variedad. Hasta aquel momento, la lucha contra la piratería varietal se venía dando fundamentalmente en el campo y en los centros de manipulación, a través de sistemas de etiquetado e identificación varietal de los lotes. Los avances de la genómica permitieron alterar este panorama y complementar —de forma pionera, en el caso de la empresa cordobesa— estos controles en origen con otros realizados también en destino.
Eurosemillas registró en su momento las modificaciones en el ADN que distinguen concretamente a la mandarina Tango, que por su doble esterilidad gamética no tiene semillas ni las genera en plantaciones vecinas. Para ello participó en uno de los proyectos europeos de investigación citrícolas más ambiciosos —llamado Citruseq-Citrusgenn— que, entre otros objetivos, permitió consolidar esa tecnología capaz de identificar inequívocamente a mandarinas o naranjas protegidas. Hoy este método —que tiene plena validez en los tribunales— es utilizado también para otras variedades, incluso en otros cultivos y especies, pero en ningún caso de forma tan cuantitativa y cualitativamente relevante como en el de Tang Gold.
Los resultados de los análisis por marcadores moleculares de las muestras, desde que estas son adquiridas en una tienda, llegan entre 24 y 48 horas después. Una vez obtenido el resultado en el primer laboratorio —Secugen— se envía a un segundo adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para realizar un contranálisis.
20.000 de media
El método de control que se lleva perfeccionando pues desde hace ahora ya casi una década, se aplica tanto en el hemisferio sur como en el norte, tan pronto en Johanesburgo (Sudáfrica) como en París (Francia). Se trabaja así en todos los países que son principales productores de Tango (España, Portugal, Italia, Perú, Chile, Uruguay y Sudáfrica) y en los mercados donde dirigen su fruta. Según confirman desde Cyberagrópolis, de media, se realizan por campaña 20.000 pruebas por marcadores moleculares pero este año, probablemente, serán algunos miles más. “En la última década habremos analizado por marcadores moleculares más de 200.000 muestras”, estiman las mismas fuentes. El programa que cada temporada se ejecuta conlleva que este proceso para realizar el análisis genético de la fruta se realice en los tres niveles: en el campo, en el almacén de confección adherido al sistema y en los puntos de venta. Pero la acción fiscalizadora se centra, en su mayoría y más aún durante esta temporada, en este último eslabón de la cadena.
Es allí donde el personal de una entidad certificadora independiente —como lo es la multi-nacional SGS, líder mundial en ensayos, inspección y certificación— adquiere las mandarinas como si se tratase de un consumidor más. Toman muestras, compran en la práctica y se llevan la factura de todas los variedades posibles de mandarina —no sólo de Tang Gold, sino también y especialmente de Nadorcott—. Estos técnicos se responsabilizan de mantener en todo momento la cadena de custodia. Las compras de mandarinas comprenden todos los formatos que estén empaquetados, es decir, que no se vendan a granel (y sí en mallas, bulpack, pitufo…). Tras volver a la oficina, siguiendo estrictos protocolos, consideran los frutos de cada presentación comercial y los procesan y preparan —garantizando su inalterabilidad— para después remitirlos al referido laboratorio especializado en Madird —Secugen— que es el que se encarga de comprobar genéticamente si los marcadores coinciden o no con los de Tang Gold. Y, claro, reparan, en qué es lo que se especifica varietalmente en la etiqueta de la fruta para comprobar si se dan posibles mezclas varietales o si hay un error (o un fraude). Para determinar tal cosa, Cyberagrópolis cuenta ya con un histórico de irregularidades por cliente/canal de distribución y país. “Si la práctica frudulenta es una anécdota aislada es fácil de comprobar, si no lo es, tam-bién”, advierten.
“Defendemos los intereses de nuestros agricultores licenciatarios y con este sistema, ampliando los controles a los puntos de venta, logramos evitar que otras mandarinas se apropien de las virtudes de Tang Gold”, señalan desde Cyberagrópolis
Capitales Europeas
“Defendemos los intereses de nuestros agricultores licenciatarios y con este sistema, ampliando los controles a los puntos de venta, logramos evitar que otras mandarinas se apropien de las virtudes de Tang Gold”, señalan desde Cyberagrópolis. Se trata, fundamentalmente según matizan, de evitar la práctica fraudulenta de mezclar una determinada mandarina —posiblemente problemática por la considerable presencia de semillas— con Tang Gold para lograr rebajar la media de pepitas y cumplir así con los requerimientos de calidad.
Este recurso, ilegal a todas luces, podría haber aumentado en los últimos años debido a la inusual afección de la polinización cruzada que la producción española de clementinas y mandarinas híbridas tardías viene sufriendo en las tres últimas campañas. De ahí que ya el año pasado y más aún en el presente se hayan reforzado estas inspecciones en las principales capitales europeas. Así, entre los objetivos prioritarios de Cyberagrópolis se encontrarán los supermercados de Madrid, Lisboa, Amsterdam, Bruselas, Hamburgo, Dublín, Milán y París, donde se comercializan el mayor volumen de Tang Gold.
…Y londres
La capital inglesa lideraría este listado de objetivos prioritarios. “El mercado británico es —en el contexto europeo— el que mejor trata las mandarinas premium y para alcanzar este estatus es imprescindible no sufrir las semillas que tanto rechazo provocan en el consumidor”, señalan desde la empresa certificadora.
De ahí también que, más allá de remitir muestras para su inmediato análisis por marcadores moleculares, los empleados de SGS realicen una segunda labor inspectora: el análisis de la fruta adquirida en buena parte de esos mismos puntos de venta de las grandes ciudades europeas de la cantidad de semillas por pieza y variedad. En 2024 se escrutaron, concretamente, muestras de la variedad Nadorcott en 40 cadenas y 197 tiendas y en total se cortaron 2.191 frutos etiquetados con la variedad de origen marroquí. Además se hizo lo propio en 39 enseñas de la distribución y 179 puntos de venta de Tang Gold para contar la posible presencia de semillas en 2.143 piezas de la mandarina obtenida por la Universidad de California.
Y los resultados obtenidos no dejaron margen a la duda sobre la sustancial diferencia entre ambas variedades: un 36,42% de las frutas Nadorcott sufrían —de media— la presencia de alguna semilla, siendo el número máximo de pepitas por pieza de 15; el porcentaje de Tango fue casi siete veces inferior y en sólo el 5,69% de las mandarinas analizadas se confirmó alguna semilla y cuando esto pasó el número máximo por fruto se situó en solo una pepita. Londres repetirá este año como el destino donde más cortes de mandarinas se realizarán.
Acceso a la noticia en las páginas 20-21 del dossier de cítricos en el ejemplar de Valencia Fruits.
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