De la “cuenta de la vieja” al big data: los números lo son todo en el campo

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A fin de cuentas, todo se basa en cálculos matemáticos capaces de contrastar de manera irrefutable si un año o una cosecha ha resultado rentable para el agricultor

Los números y las operaciones matemáticas están ahí para facilitar la vida al agricultor. / ARCHIVO

Juan Javier Ríos. Efeagro.

Los números son esenciales para el campo porque, desde la clásica “cuenta de la vieja” al más moderno “big data”, todo se basa en cálculos matemáticos capaces de contrastar de manera irrefutable si un año o una cosecha ha resultado rentable para el agricultor y el ganadero.

Por que los números y las operaciones matemáticas están ahí para facilitar la vida al agricultor y eso es algo que recuerdan tanto el ganadero jubilado, Juan Antonio Cano (68 años), y el joven matemático, Javier Fernández (26 años).

Ambos pertenecen a dos generaciones muy distintas; uno se ha desenvuelto en el campo toda su vida echando mano de su cuartilla para hacer sumas, restas, multiplicaciones, divisiones y los porcentajes necesarios para saber si sus cochinos habían puesto las suficientes arrobas (1 arroba=11,5 kilos) y a cuántas pesetas había conseguido vender esa arroba.

Por contra, el joven Fernández ha llegado al mercado trabajando en soporte digital a golpe de Inteligencia Artificial y “big data”.

Cuando llegaba la hora de vender los corderos, más de lo mismo; Cano recuerda que en este caso se pesaban en libras (1 libra=0,45 kilos) y luego a hacer los cálculos pertinentes para saber a cuánto había salido económicamente la libra.

Con los terneros, este ganadero recuerda que se pesaban, primero en vivo y luego en canal, para después, papel y bolígrafo en mano, sacar la diferencia y el rendimiento mediante un sencillo cálculo porcentual.

Y todo eso guardado en libretas o cuadernos porque no había nada parecido a una pantalla de móvil o un ordenador.

Desde la óptica actual, se ve como algo muy lejano, aunque no lo sea tanto, porque la revolución tecnológica digital de las últimas décadas ha permitido que los agricultores puedan volcar infinidad de datos y de números en sus mismos teléfono móviles.

Javier Fernández destaca las herramientas desarrolladas con capacidad para almacenar y procesar un volumen ingente de datos numéricos capaz de aportar información precisa y compleja en muy poco rato al productor sobre multitud de variables: rendimiento futuro de cosechas o predicciones meteorológicas.

Todo ello gracias a que esta tecnología va acumulando un histórico de datos sobre multitud de variables y, en base a ello, genera modelos matemáticos que predicen lo que ocurrirá.

Son herramientas que, según explica, usan las diferentes ramas de las matemáticas, como la estadística, para convertir los datos en conocimiento y “mejorar la toma de decisiones”, optimizando los recursos y, en consecuencia, ahorrando costes.

Los sensores, según especifica, son muy utilizados en el campo y son los que permiten captar a pie de campo todo esa información.

Fernández está trabajando en la startup “PiperLab” dentro de la que se ha desarrolla algún proyecto vinculado al sector agrario.

Su responsable de Desarrollo de Negocio, Nacho Abad, profundizó recientemente en una publicación sobre cómo la Inteligencia Artificial (IA) ayuda en la mejora de la eficiencia del sector agrícola.

En esa línea, destacó que las innovaciones basadas en la IA garantizan la creación de sistemas automatizados que ofrecen a los agricultores recopilar, procesar y analizar datos digitales sobre las regiones optimas para cultivar y mejorar su rendimiento.

Parece claro que detrás de cada decisión que ha tomado, toma y tomará el agricultor siempre hay un dato, un número, una cifra -en rojo o en verde- que le indican si su actividad va por el buen camino o tiene, en cambio, que acometer cambios para volver a la senda de la rentabilidad.