Displafruit prepara el futuro

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La firma especialista en kaki y en maduración de plátano ha desarrollado un proyecto de modernización y automatización para optimizar al máximo el flujo de trabajo y el control de calidad

De izquierda a derecha: Adrián García Martínez, responsable del departamento técnico de Displafruit; Pascual García Bernal, uno de los gerentes de la firma; y Josep Enric Andreu González, del departamento comercial . / FOTOGRAFÍAS ÓSCAR ORZANCO

Óscar Orzanco. Alginet.

Displafruit, empresa familiar especialista en maduración de plátano y en kaki, ha desarrollado un proyecto de ampliación y modernización encaminado a ganar eficacia y capacidad productiva en los lineales de sus instalaciones ubicadas en Alginet (Valencia). El objetivo prioritario es obtener la máxima eficiencia y rendimiento de cada metro cuadrado de almacén, y facilitar el trabajo de los operarios. 

El objetivo prioritario de este proyecto desarrollado por Displafruit es obtener la máxima eficiencia y rendimiento de cada metro cuadrado de almacén, y facilitar el trabajo de los operarios

Dentro de esta estrategia que les puede permitir crecer y mirar con optimismo su futuro, la sala de producción de plátano se ha automatizado para optimizar al máximo el flujo de trabajo y el control de la calidad con las posibilidades que hoy en día ofrece la tecnología. Y en el almacén dedicado al kaki la firma ha acometido una ampliación con la incorporación una nave anexa y también se ha realizado una modificación en la maquinaria que les va permitir incrementar el volumen de producción diaria entre un 30 y un 40% durante la campaña que acaba de arrancar.

La inversión realizada en tecnología, innovación y en la organización del trabajo ha permitido a Displafruit contar actualmente con un almacén pionero en el sector del plátano. Y en este sentido, automatizar al máximo posible todos los procesos del almacén ha sido un aspecto clave para lograr la máxima calidad e incrementar de forma notable la capacidad de producción de la compañía.

De momento, Displafruit ha ejecutado una primera fase de un proyecto que podría llegar a doblarse. Ahora mismo, el almacén dedicado al plátano cuenta con un robot paletizador, dos mesas de corte y otras dos de encajado. No obstante, hay espacio suficiente para desarrollar una estructura simétrica y doblar los puestos de trabajo en función de la demanda y la llegada de nuevos clientes.

Los datos muestran ya con claridad el incremento de la productividad que reporta el proyecto desarrollado por la firma. “En volumen, hemos incrementado la producción diaria por persona entre un 15 y un 20%, y hemos llegado a tener picos de más del 30%. Antes movíamos entre 50.000 y 60.000 kilos de plátano al día, y teníamos trabajando tres equipos por la mañana y tres por la tarde en dos turnos. Actualmente estamos concentrando a todos los responsables y los trabajadores en un único turno y hemos llegado a gestionar 50.000 kilos en sólo nueve horas”, explica Adrián García Martínez, responsable del departamento técnico de Displafruit y de la gestión de la producción de plátano.

En este proceso, la instalación de un robot ha proporcionado un gran ahorro de tiempos y esfuerzos en la tarea de paletización. Antes, cuando el operario acaba la caja, tenía que paletizarla de forma manual desplazándose a doce metros de distancia. “Ahora todo este proceso se ha automatizado. Somos más productivos, podemos gestionar más kilos, y hemos ganado eficiencia. Y ganar eficiencia en la producción se traduce también en reducciones de costes que nos permiten ser más competitivos”, específica Adrián García. 

Pascual García Bernal y Adrián García Martínez en las instalaciones dedicadas a la producción de plátano que la firma tiene en Alginet (Valencia).

En esta misma línea se pronuncia uno de los gerentes de la firma Displafruit. “Con este proyecto —afirma Pascual García Bernal— podemos doblar la productividad”. Ahora mismo la empresa valenciana sólo está utilizando entre un 50 y un 60% de su capacidad de maduración. El año pasado pasaron por sus cámaras aproximadamente 12 millones de kilos de plátanos y la capacidad de maduración se sitúa entre 22 y 25 millones de kilos.

Sin embargo, esto contrastaba con la capacidad de gestión de la producción en el almacén, que se encontraba bastante acotada ante la imposibilidad de ampliar el número de líneas. Esto cerraba las puertas a nuevos clientes.

“Hemos aumentado la producción y la eficiencia en el trabajo entre un 15% y un 20% de media, pero es que la producción diaria que podemos gestionar casi la podemos doblar”, explica Pascual García Bernal, uno de los gerentes de Displafruit

“Ahora, este proyecto nos posibilita poder crecer tanto en producción como en maduración. Hemos aumentado la producción y la eficiencia en el trabajo entre un 15% y un 20% de media, pero es que la producción diaria que podemos gestionar casi la podemos doblar. Esto nos va a dar pulmón para ser una de las empresas líderes en el sector del plátano en España en cuanto a concentración de producto. No hay muchas compañías que manejen 15 millones de kilos de plátano en una sola planta”, confirma el gerente de Displafruit. 

Unas instalaciones que ahora mismo, con todas las ampliaciones que se han realizado hasta la fecha, cuenta con 10.000 metros cuadrados para plátano y 4.000 en el almacén del kaki, 14 cámaras de maduración, y 12 de frío en las que se almacena el kaki, con capacidad para gestionar un total de dos millones y medio de kilos, explica Josep Enric Andreu González, del departamento comercial en Displafruit.

La compañía ha añadido un filtro nuevo para garantizar la excelencia del producto que llega a los clientes.

Mano de obra

Hoy en día encontrar mano de obra dispuesta a trabajar en los almacenes de fruta se ha convertido en un problema importante. Disponer de tecnología puntera en la línea de producción facilita esta labor. “Nos permite, por ejemplo, que podamos contratar operarios sin tener en cuenta que tenga que ser una persona alta y fuerte para cargar y apilar cajas que pueden llegar a pesar 17 kilos. El esfuerzo en este sentido se ha minimizado al máximo. Hemos desarrollado un método de trabajo en cadena, en el que el operario se dedica exclusivamente a cortar, seleccionar y encajar. Del resto se encargan las máquinas. Cuando el operario acaba de confeccionar, le pone las etiquetas al plátano, cierra la bolsa, la empuja, y esa caja la paletiza el robot. Una de las principales ganancias de este proceso es evitar el esfuerzo del operario”, señala Adrián García. 

Calidad

Por su parte, uno de los gerentes de Displafruit resalta que un tema importante para esta firma es la calidad. Y en este sentido los responsables de la compañía han añadido un filtro nuevo para garantizar la excelencia del producto que llega a los clientes.

“El plátano es un producto muy subjetivo, sobre todo el color. Nosotros nos tenemos que diferenciar por tener una buena fruta y saber trabajarla mejor que la competencia. Por eso hemos añadido un filtro para garantizar la calidad. En nuestro proceso productivo anterior teníamos tres líneas, y al final de cada una de ellas había cuatro o cinco personas encajando. Esos operadores, bajo su criterio y su responsabilidad, realizaban el encajado del plátano en función del color y lo llevaban al punto de paletizado que creían que era el adecuado. Ahora ese criterio se ha unificado en una única persona. Todas las cajas que salen de la línea de producción tienen un revisor final que corrobora que el encajado y la calidad, tanto en coloración, en peso como en imagen, es adecuada. Esa persona es la que decide a qué punto de paletizado del robot va esa caja. Este puesto de trabajo es de nueva creación, pero hemos notado una gran mejoría”, explica Pascual García Bernal.

Displafruit ha modificado el proceso de decisión final sobre la calidad. Durante la fase encajado se unifica la coloración de la caja que llega al cliente y una única persona da el visto bueno final a una caja en cuya preparación han podido intervenir hasta 16 operarios. Un experto certifica que esa caja es correcta, tiene el peso que toca, y decide a qué punto de paletizado va en función de el color del plátano.

“Hemos intentado homogeneizar el criterio de calidad incluyendo la figura de un revisor profesional y especializado en el producto”, añade el gerente de Displafruit.

Futuro

Tras la ampliación de las instalaciones en el almacén dedicado al kaki, las inversiones en este sector permitirán a la compañía mantenerse como una firma competitiva en el comercio de esta fruta. En cuanto al plátano,  Displafruit considera que existe actualmente un mayor margen de crecimiento en función de que vayan llegando nuevos clientes que permitan aprovechar todo el potencial que ofrecen las nuevas instalaciones.

“Vamos a ir haciendo las cosas poco a poco, pero sin parar, y sobre todo sin perder la filosofía de trabajo que tenemos inculcada desde hace mucho tiempo, que no es otra que tratar bien el producto, ofrecer buen servicio a nuestros clientes y buenas coberturas a nuestros productores. Esto es irrenunciable y lo tenemos grabado a fuego. Nuestra filosofía implica que sólo aceptaremos los compromisos, tanto con los productores como con los clientes, que podamos cumplir”, indica el gerente de Displafruit.

“El comercio va evolucionando y no se puede vivir de engañar a nadie. Productores, proveedores y clientes deben mantener una relación recíproca, y creo que cada vez tiene más valor la transparencia, la seriedad y el compromiso. Nos tenemos que dar cuenta de que el campo ha sido muy castigado y ha tenido poco apoyo. Ese concepto nosotros lo tenemos bastante claro, porque al final aquí quien pone en marcha todo es el productor”, concluye Pascual García Bernal.

Acceso a la entrevista en la página 84-85 del dossier de Fruit Attraction en el ejemplar de valencia Fruits. 

Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.