Los aranceles ya han entrado en vigor y las reacciones de los sectores afectados no se ha hecho esperar

Ante este nuevo escenario de la guerra comercial, las organizaciones del sector agroalimentario han resaltado los distintos efectos que podría tener la aplicación de las contramedidas comunitarias.. / ARCHIVO
Efeagro.
Las organizaciones agrarias y los sectores agroalimentarios sectores afectados por la guerra comercial esperan que la Unión Europea (UE) proteja su producción interna, en sus contramedidas hacia Estados Unidos, en respuesta a los aranceles impuestos por Washington.
La Comisión Europea (CE) ha propuesto aplicar aranceles del 10% y del 25% a las importaciones de productos estadounidenses, en respuesta a los que impuso la Administración de Donald Trump al acero y al aluminio de la UE.
Ante este nuevo escenario de la guerra comercial, las organizaciones del sector agroalimentario han resaltado, en declaraciones a Efeagro, los distintos efectos que podría tener la aplicación de las contramedidas comunitarias.
Entre los productos agroalimentarios incluidos en la propuesta de Bruselas figuran los huevos, dulces, almendras, café y trigo y cebada.
Dependencia de la soja
El director de Asaja en Bruselas, José María Castilla, ha insistido en que el sector no se convierta de nuevo en “moneda de cambio” en la guerra comercial, pues a su juicio, un “impuesto disfrazado de arancel” pone en peligro la seguridad alimentaria por la interdependencia que tienen ambos mercados de materias como la soja para alimentar el ganado.
También ha apuntado que si aumenta el gravamen de alimentos se crearán “ciudadanos de primera -que se pueden pagar una alimentación a cualquier precio- y de segunda, que verán restringido su acceso a la alimentación de calidad”.
Desde COAG, han reclamado tanto a la UE como al Gobierno español que “pongan en marcha todas las herramientas diplomáticas para conseguir una solución negociada, que elimine o minore los aranceles para normalizar las relaciones comerciales cuanto antes”.
“La guerra comercial y el desorden en los mercados no supondrá beneficios para nadie; hay preocupación por la incertidumbre, pero no debemos dramatizar ni entrar en un relato catastrofista que sólo beneficia a aquellos operadores de la cadena de valor que quieren especular con esta situación”, han añadido.
Para UPA, la respuesta europea “tiene que venir del lado de la negociación” y de esta forma, la UE “debe abrir vías para apaciguar y minimizar” los efectos de esta guerra comercial, combinando esta estrategia con una “respuesta firme”.
Asimismo, ha pedido que se tenga en cuenta la opinión del sector en estos “complejos” momentos y ha recordado la necesidad de articular un fondo europeo de ayuda para los sectores que puedan verse afectados por esta guerra comercial.
Por su parte, el coordinador estatal de Unión de Uniones, Luis Cortés, se ha mostrado contrario al escenario de guerra comercial: “Pero si se ha declarado tenemos que ir con todas las armas”, ha apuntado, a la vez que ha subrayado la necesidad de defender la producción nacional.
Cortés ha urgido a la UE a “aplicar los aranceles cuanto antes”, aunque ha subrayado los efectos negativos que podría tener el impuesto a productos estadounidenses como la soja, ya que se usa “muchísimo” en la alimentación animal y “habría que buscar mercados alternativos”.
Los importadores
El secretario general de la patronal de comerciantes mayoristas Accoe, José Manuel Álvarez, ha dicho que dentro de la lista de contramedidas le parece positivo que en el caso de la soja la CE esté proyectando aplicar las represalia en una segunda tanda, en diciembre.
Esa demora es “positiva” para España, según Álvarez, porque es un país deficitario y “aparte de EEUU y Brasil hay pocas alternativas” para su importación, por lo que ha pedido que antes de diciembre se negocie una solución al conflicto.
Sobre la almendra, España cuenta con una producción “muy inferior” de este fruto seco respecto a su demanda, por lo que importa “mucho” de Estados Unidos, ha explicado el director general de Almendrave, Jorge de Saja.
De este modo, si se aplicara el arancel a EEUU supondría un “encarecimiento de los precios” que, a su juicio, se va a notar más en los productos industriales que utilicen este alimento, como los turrones o los productos de pastelería.