La recomendación de permanecer en el domicilio y limitar las salidas coloca bajo presión al supermercado “online” y los restaurantes con servicio a domicilio
La recomendación de permanecer en el domicilio y limitar las salidas coloca bajo presión al supermercado “online” y los restaurantes con servicio a domicilio, con un notable repunte de los pedidos en ambas categorías.
Sin embargo, la gestión en los dos sectores es diferente: mientras que el peso de las ventas a través de Internet para el supermercado es mínimo —pese a crecer a doble dígito—, para muchas cadenas de restauración ya se ha erigido en un canal relevante a tener en cuenta.
De hecho, Mercadona —cadena líder con una cuota de mercado superior al 25%— ya decidió suspender en Madrid los pedidos “online” que recibía en su web debido a la dificultad para gestionar tanta carga de trabajo, y otras compañías dan servicio pero a varios días vista.
Uno de los más claros ha sido el presidente del grupo Sánchez Romero —que opera únicamente en Madrid—, Enric Ezquerra, quien ha reconocido que actualmente el sector “no está preparado ni para duplicar siquiera su cuota actual —de ventas a través de Internet— porque el modelo utilizado no es escalable ni flexible en el corto plazo”.
La mayoría de estudios calculan que las ventas “online” suponen entre el 1 y el 2% del total de ingresos de los supermercados, que se han mostrado reacios a elevar su apuesta por este canal ante la dificultad de hacerlo rentable. Al menos, de momento.
Uno de los motivos que explican por qué en España Internet no ha ganado más peso en la compra de alimentación, al contrario que en otros países, es la composición de la cesta, con un peso de los frescos muy superior.
Al consumidor nacional, según los informes que analizan sus hábitos de consumo, le gusta ver “in situ” los productos frescos antes de comprarlos, beneficiado además por el alto número de tiendas físicas.
En opinión del especialista de la consultora Nielsen Ignacio Biedma, esta situación de emergencia supone “una piedra de toque” para el sector del supermercado por Internet, ya que “puede provocar que la gente lo pruebe en masa” y si le gusta el servicio confíe en él más a menudo.
“Hemos visto un repunte tremendo de los pedidos ‘online’ a los supermercados por la crisis del coronavirus, en la última semana de febrero ya crecían un 60%”, recuerda. No obstante, admite que las empresas del sector cuentan con una capacidad de reparto “limitada” para atender un aumento de pedidos tan repentino, lo que también se traduce en un riesgo de provocar insatisfacción entre los consumidores.
En el caso de bares y restaurantes desde la consultora NPD, su director para el mercado español, Vicente Montesinos, apunta que el reparto a domicilio representa actualmente el 4% de todas las ventas, aunque para algunas cadenas organizadas puede superar el 20 e incluso el 30% de su facturación.
El “delivery” ya era habitual en este sector —especialmente para pizzerías y restaurantes chinos—, pero su reciente expansión ha sido impulsada por operadores puramente “online” como Glovo, Just Eat, Deliveroo o Ubereats.
A falta de cifras —ninguna compañía ha aportado datos de los últimos días—, fuentes del sector confirman la existencia de mayor carga de trabajo; además, varios operadores ya permiten entregar pedidos sin que haya contacto físico entre “rider” y cliente como medida de precaución ante el coronavirus.
La penetración de este servicio en la sociedad española —es decir, el número de usuarios que ya lo ha probado— es sensiblemente superior al del supermercado “online”, aunque también arrastra la mala imagen provocada por los conflictos laborales entre repartidores y las empresas.
Aún así, las plataformas insisten en que su negocio sigue en auge debido a un cambio de hábitos que lleva a cocinar menos en casa, especialmente entre las nuevas generaciones, y siguen dando servicio aun en circunstancias difíciles como las generadas por el coronavirus.