El granizo vuelve a castigar al campo valenciano

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El pedrisco del pasado 8 de mayo provocó daños en más de 10.000 hectáreas de cultivo

Daños provocados por el pedrisco en plantaciones de cítricos y fruta de hueso. / LA UNIÓ

Valencia Fruits. Redacción.

Una oleada continuada de tormentas de granizo vienen castigando al campo valenciano en las últimas semanas. El último episodio se produjo el pasado 10 de mayo y afectó, según informa La Unió Llauradora, a 12.363 hectáreas de cultivo en las provincias de Valencia y Castellón con unas pérdidas iniciales estimadas en 7,6 millones de euros.

Las comarcas más afectadas por este nuevo episodio de tormentas con pedrisco han siso Utiel-Requena, La Serranía, Camp de Túria y Camp de Morvedre en la provincia de Valencia y la Plana Baixa y Alto Palancia en la de Castellón. 

La Unió indica que la producción agrícola en todas esas zonas afectadas es muy diversa con cultivo de cereal, almendros, olivar, cítricos y viña. Este último cultivo es el más dañado con 7.664 hectáreas, seguido de almendro con 2.270 ha, olivar con 1.144, cereal con 825 y 460 ha de cítricos.

La comarca con mayor radio de afección y pérdidas es Utiel-Requena con una superficie de más de 10.500 hectáreas y una cantidad de casi 7 millones de euros. Los términos municipales más afectados son por este orden: Camporrobles, Sinarcas, Requena, Utiel, Venta del Moro y Caudete de las Fuentes.

A esta comarca le sigue la Serranía con 640 hectáreas afectadas y 429.000 euros de pérdidas, el Alto Palancia con 505 hectáreas y 354.000 euros, Camp de Túria con 390 ha y 338.000 euros, la Plana Baixa con 251 ha y 448.000 euros y el Camp de Morvedre con 54 ha y 87.000 euros.

En la comarca de la Plana Baixa castellonense afortunadamente hay menos hectáreas afectadas de las que en un principio se temía, señala La Unió, “aunque los daños son muy importantes en cítricos porque a los efectos del pedrisco se le sumaron ráfagas de viento de hasta 51 km/h. Los árboles de encuentran en plena brotación y la combinación lluvia y viento ha provocado la caída de ramas y hojas, así como el arrastre de tierra. La granizada coincide así con el proceso natural de la porgà en la que el árbol descarta los primeros brotes de fruta, por lo que los citricultores afectados podrían tener una merma importante en la futura cosecha. También una parte de la hoja joven de las brotaciones está en el suelo”.

Oleada de tormentas

Durante las últimas semanas los productores han sufrido los daños provocados por diferentes episodios de granizo que se han producido en la Comunitat Valenciana. El pasado 8 de mayo, un virulento episodio de pedrisco golpeó con especial dureza a varias comarcas del interior de la provincia de Valencia y algunas zonas de Castellón, con graves consecuencias para la agricultura. Las tormentas acompañadas de granizo provocaron daños en más de10.000 hectáreas de cultivo de las comarcas del Camp de Túria, La Serranía, la Vall d’Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y Utiel-Requena en la provincia de Valencia y la Plana Baixa en Castellón.

Según las primeras valoraciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), el granizo causó pérdidas por valor de 40 millones de euros en más de 13.000 hectáreas, y especialmente en términos municipales como Villar del Arzobispo, Losa del Obispo, Chulilla, Bugarra, Pedralba y Casinos, donde se llegaron a acumular más de diez centímetros de hielo en cuestión de minutos.

En algunos casos, y según los datos de la organización agraria, los daños alcanzan entre el 70% y el 100% de la cosecha, “dejando escenas desoladoras con árboles completamente pelados y la producción y hojas destrozadas en el suelo, tras una tormenta extremadamente rápida y agresiva”.

AVA-Asaja señala que entre las variedades más afectadas se encuentran los cítricos, con más de 5.000 hectáreas afectadas; 2.900 ha de frutales (entre los que se incluyen almendra, kaki o frutas de hueso), 1.700 ha de olivar y 1.200 ha de viñedo, entre otras especies.

Por su parte, La Unió Llauradora señala que el pedrisco del 8 de mayo afectó a un radio cercano a las 10.000 hectáreas de cultivo y, en una estimación inicial de urgencia, las pérdidas podrían ser superiores a los 4 millones de euros. 

La producción agrícola en todas las zonas afectadas es muy diversa con cultivo de cereal, almendros, olivar, hortalizas, cítricos, kaki, frutales, viña y algunos viveros. Los mayores daños se concentran, según la organización agraria, en las comarcas de la Serranía, con dos localidades muy afectadas como son Pedralba y Villar del Arzobispo, y en la de la Vall d’Albaida; sobre todo en Aielo de Malferit, Alfarrasí, Atzeneta d’Albaida, Carrícola, Guadasséquies, l’Olleria, Llutxent, Otos y la Pobla del Duc. En la Plana Baixa castellonense los daños se centran en parcelas de cítricos.

La Unió precisa que la mayor afección se centra en la fruta de hueso. El pedrisco afectó de forma muy negativa, ya que por pequeño que fuera el granizo su impacto produce marcas que en estos momentos ya casi a punto de la recolección provocan la podredumbre del fruto. Sólo ya con las lluvias se produce el temido cracking o partidura de la piel.

Por lo que se refiere a los cítricos, el pedrisco dejó marcas muy pronunciadas en algunos casos que posiblemente ocasionen la caída del fruto y los que no caigan quedarán marcados no siendo ya comerciales. En los almendros, los frutos van a quedar marcados y posiblemente se reduzca su calibre y calidad de los que queden en el árbol, además de lanzar almendras al suelo. 

En el cultivo del kaki todavía es pronto para analizar los efectos, pero La Unió indica que ya se observan daños, tanto en el fruto como en los brotes, que en estos momentos son muy tiernos y pueden afectar a la futura madera del árbol, además de a la producción. Lo mismo ocurre con la vid. Las hortalizas han sufrido bastante puesto que es un producto muy tierno y sensible que en muchos casos está iniciando el crecimiento. En cuanto al olivar, este año se preveía una buena cosecha apreciándose una gran floración que también se verá afectada por estas tormentas. 

Por otra parte, las lluvias en otras zonas, donde no cayó pedrisco, son beneficiosas para todos los cultivos, excepto para la fruta de hueso que esté cerca de la maduración y a punto de la recolección, a las que este tipo de lluvias tormentosas le provocan el agrietado del fruto y su inutilización para la venta. 

Las lluvias suponen además un ahorro de los riegos con la energía eléctrica al alza y la recarga de las reservas hídricas (embalses y acuíferos), así como una regeneración de los pastos y de las balsas para la ganadería extensiva que evitaría los graves problemas que se vivieron a lo largo del pasado año. También las lluvias limpian los árboles ante posibles plagas o enfermedades.

En esta oleada de tormentas,  otra granizada a finales de abril provocó daños en 8.500 hectáreas de las comarcas de la Ribera Alta, l’Horta Sud y la Hoya de Buñol, con pérdidas totales en fruta de hueso justo al inicio de la campaña. Y el pasado 4 de mayo, otro temporal descargó sobre la Vall d’Albaida, con un balance de dos millones de euros en daños en más de 2.500 hectáreas.

Agilizar las peritaciones

En este escenario de pérdidas por pedrisco, tanto AVA-Asaja como La Unió exigen a Agroseguro que agilice las peritaciones para que los afectados reciban cuanto antes las correspondientes indemnizaciones. Desde AVA-Asaja se denuncia la dramática situación de muchos agricultores que han sufrido dos impactos consecutivos de pedrisco, viendo dañadas las parcelas que habían logrado salvar en las primeras tormentas. Asimismo, instan a las administraciones a activar ayudas fiscales y directas dirigidas a los productores que aún no habían contratado el seguro por estar abierto el periodo habitual de suscripción; así como a facilitar la distribución de fungicidas para evitar la aparición de hongo en los campos afectados.

Desde La Unió señalan que estas adversidades climatológicas están cubiertas por el actual sistema de seguros agrarios. Sin embargo, han mostrado su preocupación ante la posible falta de cobertura en cítricos por el momento en el que se ha producido el siniestro. “Posiblemente cuando se perite la parcela, el árbol habrá porgado ya y no se podrán demostrar los daños, de ahí nuestra reclamación para que se perite inmediatamente”, indica la organización agraria. 

También en relación con los seguros agrarios, La Unió propone al Ministerio de Agricultura que no se apliquen las franquicias en los seguros agrarios por los daños extraordinarios causados por estos pedriscos en zonas declaradas como afectadas gravemente por una emergencia de protección civil

Desde la organización agraria también reclamarán para las personas afectadas la concesión de ayudas directas, la condonación del IBI de las parcelas cultivadas y construcciones presentes en ellas, la bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante un año, el establecimiento de préstamos con interés subvencionado y también una serie de actuaciones y ayudas para las cooperativas comercializadoras afectadas.