Organizaciones agrarias españolas advierten del riesgo para el sector y critican la pérdida de trazabilidad y transparencia en el etiquetado

Sede del Parlamento Europeo. Efeagro / EPA / Olivier Hoslet
Valencia Fruits. Redacción.
El Parlamento Europeo ha dado luz verde a la propuesta de la Comisión Europea para modificar las normas de etiquetado de origen de frutas y hortalizas procedentes del Sáhara Occidental, permitiendo que en su comercialización en la UE figuren únicamente las denominaciones administrativas marroquíes —El Aaiún‑Sakia El Hamra y Dakhla‑Oued Ed‑Dahab— sin ninguna mención expresa al Sáhara Occidental.
La objeción presentada por el grupo del centro-derecha —el Partido Popular Europeo (PPE)— para rechazar la norma apenas obtuvo 359 votos, quedándose a un solo voto de la mayoría necesaria (360), mientras 188 eurodiputados votaron a favor y 76 se abstuvieron.
De esta forma, el reglamento sigue adelante, a pesar de las advertencias de muchos parlamentarios de que la medida contraviene la legislación y la jurisprudencia de la UE sobre indicación del origen de los productos. De hecho, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) —en su sentencia de octubre 2024 sobre el destino de los acuerdos comerciales con Marruecos para el Sáhara Occidental— estableció que frutas y hortalizas originarias de ese territorio deben etiquetarse con “Sáhara Occidental” como país de procedencia, para no inducir a error al consumidor.
Un hemiciclo dividido
«La regulación propuesta no asegura que las frutas y hortalizas originarias del Sáhara Occidental sean claramente identificables con su verdadero país de procedencia, lo cual da lugar a un etiquetado ambiguo», ha señalado una de las dos objeciones presentadas al texto, la redactada por el Partido Popular Europeo. Los populares advierten también de que la falta de «una referencia territorial explícita, precisa y verificable» podría «facilitar prácticas comerciales injustas, socavar la confianza de los consumidores y debilitar la certidumbre legal».
La otra objeción, planteada por los Patriotas por Europa, ha subrayado que la sentencia de la justicia europea que anuló el sistema original y forzó a Bruselas a plantear esta alternativa ya «dejaba claro que el etiquetado de los bienes recolectados en el Sáhara Occidental debe indicar únicamente al Sáhara Occidental como el país de origen de esos bienes».
No obstante, estas objeciones al reglamento —las presentadas por los grupos europeos en los que se integran el Partido Popular y Vox— dejaron al descubierto una fuerte fractura interna en ambas familias políticas. Y, pese a haber impulsado la propuesta de veto, ni el Partido Popular Europeo (PPE) ni los Patriotas por Europa lograron cerrar filas.
En el PPE, 65 eurodiputados votaron a favor de tumbar la norma (entre ellos los del PP español), mientras que 67 se posicionaron en contra y 38 optaron por la abstención. Entre los Patriotas por Europa, solo 13 parlamentarios apoyaron la objeción, incluidos los seis eurodiputados de Vox, frente a 56 votos contrarios y nueve abstenciones.
El contraste llegó con los grupos progresistas, donde se produjo una mayoría clara a favor de mantener el texto propuesto por la Comisión Europea. El grupo socialdemócrata, Los Verdes —con apoyo de ERC, BNG, Comuns y Compromís—, la Izquierda —que agrupa a Podemos y Sumar— y buena parte de los Conservadores y Reformistas Europeos respaldaron la aprobación del sistema de etiquetado planteado.
Dentro de esa mayoría progresista destacó la posición del PSOE, que se desmarcó de la línea dominante de su grupo. Los socialistas españoles defendieron que su postura se ajusta a la adoptada por los Veintisiete en el Consejo, que ya habían respaldado este sistema de etiquetado. De los 20 eurodiputados del PSOE, nueve votaron en contra de la objeción, uno lo hizo a favor —el gallego Nicolás González Casares, que posteriormente alegó un error— y cuatro no emitieron voto pese a estar presentes en la sesión.
Reacciones del sector
La Federación Española de Asociaciones de Productores-Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex) ha lamentado que el Parlamento Europeo haya aprobado —por un solo voto de diferencia— esta normativa. Según la federación, será Marruecos quien emita los certificados de conformidad con las normas europeas sin supervisión de la UE, lo que, a su juicio, “supone una cesión de competencias injustificada”.
La organización considera que las consecuencias son “muy graves”, al permitir un etiquetado que “oculta el país de origen” y al modificar una norma comunitaria obligatoria “en favor de un país tercero”, un precedente que, han advertido, podría desencadenar demandas similares de otros Estados.
En el plano productivo, Fepex ha recordado que la competencia de Marruecos ya está “perjudicando gravemente al sector español”. Como ejemplo, han señalado la evolución del tomate: en la última década, la producción española se ha reducido un 31%, mientras que las exportaciones a la UE han caído un 25% —de 786.599 toneladas en 2014 a 591.098 en 2024, sin contar Reino Unido—. En paralelo, las importaciones comunitarias de tomate marroquí han aumentado un 42%.
La federación ha advertido de que esta presión competitiva se intensificará, especialmente ante la previsión de que la superficie de invernaderos en el Sáhara Occidental crezca de las actuales 1.200 hectáreas hasta 5.000. Estas producciones recibirían el mismo tratamiento que las marroquíes y podrían beneficiarse de ventajas arancelarias si prospera la modificación del Acuerdo de Asociación UE–Marruecos propuesta en octubre.
Ante este escenario, Fepex ha pedido que el Parlamento Europeo rechace la revisión de dicho Acuerdo de Asociación y ha rclamado que se tengan en cuenta “las implicaciones y graves consecuencias para los productores españoles”.
Por su parte, Asaja ha denunciado esta situación como un duro “golpe al campo español”, al considerar que la aprobación del nuevo sistema de etiquetado del Sáhara Occidental supone “una grave amenaza para el sector agrícola español y europeo”. Según la organización, esta medida expone a los productores comunitarios “a la entrada de productos importados sin las garantías legales, sociales o medioambientales que sí cumplen los agricultores europeos”.
La asociación agraria ha advertido de que el cambio normativo favorecerá importaciones que generan “competencia desleal”, comprometiendo los estándares del sector y debilitando la posición de los agricultores europeos frente a competidores que operan “con normas más laxas”.
Así, Asaja ha recordado que fue el mismo Tribunal de Justicia de la Unión Europea quien estableció de forma clara que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos y que cualquier marco comercial debe respetar estrictamente las sentencias vigentes, por lo que rechaza que se ponga en riesgo la seguridad jurídica del mercado único.
Además, la organización ha criticado abiertamente la posición de los eurodiputados españoles que no respaldaron la objeción al reglamento, señalando que “han votado en contra de la agricultura española”, y les ha insistido a “asumir su responsabilidad” ante las consecuencias que pueda tener la medida.