Los productores de plátano de Canarias exigen la continuidad de los programas agrícolas de las Regiones Ultraperiféricas de la UE y “las mismas reglas para un mismo mercado” frente a la competencia desleal

Productores de plátano de Canarias han participado en Bruselas en la movilización convocada por el COPA-Cogeca. / ASPROCAN
Valencia Fruits. Redacción.
Un amplio grupo de productores de plátano de Canarias han participado en Bruselas en la movilización convocada por el COPA-Cogeca, junto a miles de agricultores y cooperativas de toda Europa, para reclamar medidas de apoyo a la agricultura europea bien financiadas, así como un marco comercial que garantice condiciones de competencia justas para las producciones europeas.
La protesta, celebrada ante la sede de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, pone de manifiesto la situación límite del sector agrario ante la pérdida de rentabilidad, el aumento de los costes de producción y una presión normativa cada vez mayor, en un contexto marcado por las propuestas de reforma del nuevo Marco Financiero a partir de 2028, que en el caso de las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea (RUP), como Canarias, llevarían al desmantelamiento de gran parte de sus sectores primario e industrial.
Desde el sector platanero se subraya que cualquier propuesta de nuevo marco financiero que conlleve ignorar el sistema de apoyo específico que tienen reconocidas las RUP en el propio Tratado de la Unión Europea (artículo 349 del TFUE), como contempla la propuesta actual de planes nacionales, conduciría a una rápida e imparable caída de las explotaciones, el empleo, el paisaje agrario y la cohesión social en Canarias.
Competencia desleal en los lineales europeos
Además del debate presupuestario, los productores de plátano de Canarias quieren poner el foco en uno de los principales motivos de preocupación del campo europeo: la competencia desleal con productos importados que no cumplen las mismas exigencias de protección social, fitosanitarias, ambientales y laborales que cumplen los agricultores comunitarios.
En el caso del plátano, esta desigualdad se traduce en un callejón sin salida frente a la banana procedente de terceros países. El cultivo del plátano requiere de mano de obra intensiva todo el año y las diferencias salariales entre España y América se multiplican. A esto se une la enorme ventaja que se les reconoce a los países exportadores de banana al legalizarles el uso de decenas de productos fitosanitarios que no están autorizados para los productores europeos.
Esta asimetría normativa obliga al agricultor platanero europeo a producir con más trabajo manual, mayores costes y menos herramientas, sin que ese esfuerzo se vea reconocido en el mercado mayorista. Un mercado que prima, además, la fruta de mejor aspecto, y por tanto, estéticamente beneficiada cuantos más productos fitosanitarios se utilicen en su producción. El resultado, advierte el sector, es que la sostenibilidad acaba convirtiéndose en un factor de penalización que destruye a quienes sí cumplen las reglas europeas.
En palabras de Raúl Martín, secretario de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan) presente también en la movilización, “el problema no es la exigencia, sino la incoherencia. El agricultor europeo tiene que asumir la transición verde y producir bajo los estándares más altos del mundo, pero no puede competir en igualdad si Europa permite la entrada de fruta que no cumple esas mismas normas. Si las reglas son necesarias para proteger la salud y el medio ambiente, deben aplicarse a todos por igual”.
Coherencia para proteger al productor y al consumidor
Plátano de Canarias defiende que la agricultura europea no puede seguir soportando en solitario el coste de la transición ambiental mientras la política comercial comunitaria avanza en sentido contrario. La falta de reciprocidad en los acuerdos comerciales, unida a la presión regulatoria interna, está ya reflejándose en la caída de explotaciones, asfixiadas por cientos de normas, costes y controles, que no se aplican a las importaciones.
Además, el sector alerta de que el consumidor no siempre dispone de información suficiente para distinguir entre productos que han sido cultivados bajo marcos normativos muy diferentes. En los lineales, frutas con recorridos de producción muy desiguales compiten en apariencia y precio, sin reflejar el esfuerzo ambiental, social y sanitario que hay detrás de la producción europea. “Basta con acudir a cualquier lineal y analizar la fruta para ser conscientes de la gran diferencia que existe entre orígenes. El productor europeo es sospechoso habitual, pero cerramos los ojos ante lo que nos viene de fuera”, señalan desde Plátano de Canarias.
Por todo ello, Plátano de Canarias se suma a la reivindicación del conjunto del campo europeo y reclama una agricultura europea bien dotada, una simplificación normativa real hecha a pie de campo, y una política comercial coherente que garantice la reciprocidad en las exigencias y permita que la sostenibilidad se convierta en una ventaja y no en un lastre insalvable.
Las movilizaciones de Bruselas vuelven a evidenciar que la agricultura europea se encuentra en un punto de inflexión. Defender al Plátano de Canarias es, en este contexto, defender un modelo productivo alineado con los valores europeos, que genera empleo, protege el territorio y garantiza alimentos seguros y de calidad. Pero para que ese modelo sea viable, concluye el sector, Europa y los estados que nos representan deben acompañar con hechos el discurso que proclaman.






