Mireia Mollà: “Quiero pensar que hemos aprendido que el sector primario debe ser defendido, protegido, empoderado y respetado”

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Entrevista a Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana

Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana. / GP

Raquel Fuertes. Redacción.

Mireia Mollà llegó a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica en el verano de 2019. Con una importante carrera política a sus espaldas, Mollà se ponía al frente de una Conselleria tan estratégica como compleja tanto por su vasto contenido como por su organización fruto del necesario mestizaje consecuencia de los acuerdos del Botànic 2. Tras este año y medio la consellera, con unas mesas “de trabajo, no de debate” abiertas recientemente con el sector agrario, defiende todas las áreas de su competencia con su característicos empuje y energía, asumiendo siempre la responsabilidad última, dentro de un sector que define como pilar fundamental para nuestro funcionamiento socioeconómico y del que le “duele” que “no suscite el atractivo que merece en las personas y en los medios”.

Valencia Fruits. Después de una larga carrera política entre Les Corts y el ayuntamiento de Elche, llega en el verano de 2019 a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, ¿cómo vive este cambio en sus responsabilidades?

Mireia Mollà. Bueno, es un cambio que da vértigo, pero porque, además, al final este acuerdo del Gobierno tenía unas bases políticas y una parte de esas bases son las encomiendas que tenemos en esta Conselleria. Con lo cual, además, me encontraba con el peso de la responsabilidad de que en el acuerdo el Botànic 2 los apartados agrario y ecológico tienen unos elementos indiscutibles. Da vértigo porque hay mucho trabajo que hacer y hay mucha energía puesta. También ha cambiado mi perspectiva al pasar de la posición de parlamentaria a consellera. Aunque me encantan los debates, soy normalmente muy pragmática y, al final, quiero bajar a lo práctico. Contar con la experiencia, ver qué funciona y qué no, y con la perspectiva de los técnicos.

VF. Hablaba del acuerdo del Botànic 2. Un gobierno de coalición entre tres partidos que han de coordinarse y ponerse de acuerdo para gobernar. En la primera parte de esta legislatura la Conselleria ha sido noticia más que por su trabajo por las diferencias internas dentro de ese necesario mestizaje, ¿esa situación anómala se ha convertido en agua pasada con la actual reorganización?

MM. Creo que muchas cuestiones que se han trasladado o se han percibido como problemas no eran en realidad más que una visión sobre la manera de organizarnos y es que era una organización que no estaba del todo engrasada. Ha pasado el tiempo y se han sentado unas bases de organización. Yo creo que ahora hay unas sensaciones muy positivas y es verdad que, al final, también el feeling personal que puedes establecer con los integrantes del equipo ayuda. Sí, es verdad que hay un antes y un después y agradezco la manera en la que se trabaja ahora. Considero que va a ser muy positiva. Y, muy importante, creo que el sector lo está notando.

VF. Precisamente con ese sector agrario valenciano se han iniciado unas sesiones de trabajo en diferentes mesas de diálogo que vienen a cubrir la demanda de coordinación y trabajo conjunto de las diferentes organizaciones, ¿qué son y cómo se trabaja en estas mesas?

MM. Iniciamos el año de una manera muy positiva, con una mesa muy amplia y, a partir de ahí establecimos al menos dos pilares. de entrada. para sendas mesas de trabajo: estructuras agrarias y cítricos. Pero de trabajo práctico, no teórico. No son mesas de debate, son mesas de trabajo y eso creo que es el elemento fundamental.

Reorganización Conselleria: “Yo creo que ahora hay unas sensaciones muy positivas (…). Es verdad que hay un antes y un después y agradezco la manera en la que se trabaja ahora. Considero que va a ser muy positiva. Y, muy importante, creo que el sector lo está notando”

En el caso de estructuras agrarias ha sido una reivindicación fundamentada en una normativa ya existente, pero lo que ha faltado, seguramente, han sido herramientas o impulsos que hagan que funcione adecuadamente, al margen de la complejidad de una problemática que una ley no puede resolver de la noche a la mañana. Ni siquiera en una legislatura completa, haciendo todas las cosas bien, da tiempo a resolver estos problemas, aunque los hayas encauzado. Esta es una mesa muy práctica. Hicimos esa bienvenida a la mesa y a partir de ahí se pusieron a trabajar desde la parte técnica tanto del sector como de Conselleria.

En cuanto a la mesa del sector citrícola, costará más definir cuáles son las líneas estratégicas, pero se trata de definirlas claramente y entonces ir todos a una hacia la consecución de esas líneas estratégicas. ¿Por qué cuesta más? Porque también porque también hay miedos, hay tensiones en los mercados a nivel estatal y seguir siendo líderes en el sector citrícola y, además, posicionándonos en otros mercados de una manera tan potente no es algo que dependa solo de nosotros ni de nuestra voluntad ni de nuestro trabajo. Muchas veces va condicionado a muchas otras cosas. Siempre hay que tener presentes todos esos condicionantes para tomar decisiones en un sentido u otro.

Además, ¿por qué existen el IVIA o los centros de investigación? Porque también hay amenazas como plagas, tensión hídrica, calendarios de producción o cambio climático: O sea, más allá de los mercados, existen otros factores que están ahí y nos van a condicionar, no podemos dejar como una cuestión de suerte que funcione o no. Tenemos que anticiparnos. Si tenemos amenazas en nuestro sector citrícola relacionadas con todos estos factores pues es esencial también esté ahí la investigación.

VF. La viabilidad y la rentabilidad agricultura valenciana son los grandes retos a los que se enfrenta la agricultura valenciana. ¿Cómo puede contribuir la Conselleria a que esa actividad sea realmente rentable y viable y tenga una continuidad?

MM. Sobre el propio sector y su producción ya hay elementos que ayudan. Por ejemplo, si hay elementos que contribuyen a que haya modernización de regadíos, mejoras en el coste asociado o si proporcionas alternativas a plaguicidas que sean económicamente viables, también. Hay elementos que inciden sobre lo que es la rentabilidad y luego hay otros temas de más calado. Por ejemplo, el debate de la ley de la Cadena, conlleva unas reformas con una voluntad clara de que el productor, el agricultor o agricultora, nunca cobre menos por su trabajo, por su cultivo de lo que realmente le ha costado… Pero algunas de esas ideas chocan frontalmente con leyes de competencia que te hacen preguntarte “¿bueno y entonces cómo se resuelve?”.

Ahora estamos bastante esperanzados en un informe que encargamos al IVIFA. Las conclusiones van en la línea de que, aunque no se puede poner un precio de entrada para no entrar en conflicto con las leyes de competencia, sí hay otras fórmulas con las que, a través de interprofesionales, por ejemplo, se puede hacer un cálculo de valor que implica todo el sector a la hora de establecer esos precios y, sobre todo, de redistribuir las ganancias que a lo largo de la cadena se han producido.

Yo, sinceramente, creo que somos la única comunidad que ha hecho un análisis así y que ha abierto un horizonte de oportunidad.

Mireia Mollà en un momento de la entrevista concedida a Valencia Fruits. / GP

VF. Ahí también tendrá algo que aportar la interprofesional Intercitrus…

MM. Efectivamente. Además, tenemos una interprofesional, en este caso de cítricos. Estamos en un momento en el que, hay que usar estas herramientas tan importantes. Si el elemento para encauzarnos en la dirección adecuada es la interprofesional, esa entidad tiene que darse cuenta del valor que tiene. Y tiene que ser un revulsivo.

Ha habido cambios organizativos en la interprofesional. Físicamente les hemos cedido una sede, con lo cual ya disponen de un lugar para trabajar. Algo que parece un detalle, pero es importante y ahora se abre un camino a través de las conclusiones del informe del IVIFA que hace que la interprofesional pueda ponerse a trabajar ya. Este mes vamos a hacer una presentación de este informe en el que la conclusión clara es un mensaje a la interprofesional: “Ahora es vuestro momento. Por tanto, manos a la obra”. Por supuesto, contarán con toda nuestra colaboración. Pero ahora le toca recoger el guante a la interprofesional.

VF. Otro de los grandes problemas de la agricultura valenciana es el abandono de tierras. ¿Qué puede hacerse frente este problema que no afecta solo a cítricos, sino que alcanza a otros cultivos como la fruta de hueso o el caqui, que fue el gran la alternativa hace unos años y que ha sufrido mucho en las últimas campañas, sobre todo por el veto ruso?

MM. En este momento parece que con el veto ruso ahora mismo poco se puede hacer, aunque reivindicamos que la UE haga todo lo posible. Esperemos que con EEUU y el gobierno Biden podamos avanzar… Para frenar el abandono de tierras es muy importante la mesa de estructuras agrarias porque, aparte de ver las fortalezas y debilidades del desarrollo normativo, de órdenes que ya han salido y no han sido suficientemente atractivas… hemos optado por algo más práctico. Hemos dicho “vamos a desarrollar proyectos demostrativos” y vamos a definir ejemplos en áreas reales donde pongamos todo nuestro empeño, con variedades que consideremos que pueden ser rentables y de valor de mercado, estructuras que le den esa rentabilidad y sostenibilidad.

Porque hay algo que no está funcionando. Por ejemplo, sacamos una orden de 10 millones de euros, dirigida a desarrollar la ley de Estructuras Agrarias. Ni el 20% ha sido solicitado y casi todos los solicitantes eran cooperativas agrarias. No ha suscitado atractivo, pero es una orden que desarrolla la ley. Algo está pasando, más allá del dinero porque yo sí que escucho “¿Y el dinero para desarrollarla?”. Si solo se ha solicitado un 20% de esos 10 millones, algo está pasando.

Mesas sectoriales: “No son mesas de debate, son mesas de trabajo y eso creo que es el elemento fundamental”

Al final, en esas reuniones, vamos a ver, vamos a tocar, vamos a ver la orden, qué debilidades tiene, y estamos dispuestos a cambiarla porque queremos poner recursos para que funcione, que no haya abandono de tierras, que se puedan concentrar, que puedan acudir jóvenes, que sea un revulsivo contra la despoblación, que pueda tener el apoyo de que el cultivo no va a voluntad o a inspiración de alguien sino que el productor encuentre el apoyo de la investigación y de la Conselleria para saber qué cultivos pueden ser más rentables y conozca qué herramientas podemos facilitarle. Por eso vamos a hacer proyectos demostrativos, en todas las provincias y en varios puntos, para ver de una forma práctica y real cómo se pueden mejorar estructuras y conseguir cultivos rentables y eficientes. Y conseguir así una masa crítica de agricultores y agricultoras que estén dispuestos a trabajarlas.

VF. ¿Cuál es el objetivo final de estos proyectos?

MM. Demostrar que sí que se puede. Antes de abandonar la explotación de tu campo y que lo consideres simple propiedad, por ejemplo, ahora ya hay agricultores que están negociando y convirtiendo sus tierras en plantas fotovoltaicas. O sea, hay alguien que está consiguiendo unir a todos los propietarios múltiples para conseguir ese tipo de estructuras necesarias para una planta fotovoltaica. Si tú consigues presentarle un proyecto atractivo a ese agricultor que está pensando abandonar o que quiere seguir, pero no ve cómo seguir siendo rentable, si le das esa herramienta para crear esas estructuras más grandes, ese tipo de negociación, ese tipo de alquileres, ese tipo de compras, ese tipo de incentivo… le estás ayudando a decidir con criterio. Se trata de conseguir que no actúe se al tuntún sino con conocimiento y criterio porque podríamos llegar a crear una buena estructura agraria y después estar equivocando en el cultivo, sin introducir innovación, sin incluir a los jóvenes u olvidando dar una estructura más productiva a la gente que ya trabaja el campo

VF. Y, sobre todo con la agenda de este año, no podemos olvidarnos de todo lo que ocurre en Bruselas, desde la PAC hasta los acuerdos con países terceros. ¿Qué papel puede desempeñarse desde la Conselleria en favor de la agricultura valenciana en ese foro?

MM. Estamos en un momento crucial. La nueva PAC, revisión de acuerdos, las estrategias de la granja a la mesa o la de biodiversidad… Ahora mismo, al margen de la agenda de Bruselas distorsionada por covid, ante eso, ¿qué podemos hacer? Yo siempre soy una firme defensora de que la PAC siempre nos ha menospreciado, minusvalorado y expulsado muchas veces. Y esta nueva PAC no puede ser eso. Esta PAC por fin toca temas que parecían tan intocables como, por ejemplo, los derechos históricos, o sea que está PAC puede ser distinta, ir mucho más allá.

VF. ¿Puede ser una PAC “mediterránea”, como remarcó el ministro Planas en su última visita a Valencia?

MM. Claro. O, por lo menos, mucho más mediterránea de lo que es ahora. Esa es nuestra pelea. La gran pregunta es “¿A qué tiene que servir la PAC?”. ¿A que haya grandes concentraciones de producción en pocas manos? ¿Concentrar ingentes cantidades de dinero público para que puedan seguir ganando esas explotaciones? ¿O para una agricultura que asiente el territorio y la población? Y que democratice el campo.

Yo entiendo que tenemos una debilidad con nuestras estructuras minifundistas. Pero tampoco creo que tengamos que aspirar a ser Holanda. Yo creo que la agricultura mejor repartida, en más manos, más democrática, también es un principio de soberanía alimentaria. Es un principio de custodia de la tierra y de sus elementos que hace que sea un sector primario indiscutible. Yo no creo en la política del monopolio, aunque eso sea lo que el capitalismo nos quiera vender como más rentable.

Esta PAC tiene que aspirar a reconocer también al pequeño como necesario. No seguir expulsando de la manera en la que se hace a los más pequeños, a los cultivos más tradicionales, a los que no son intensivos… Por eso es el momento de luchar por hacer más mediterránea la PAC y creo que puede tener éxito si construimos alianzas con otros territorios. Y en ello estamos. Bajando a lo concreto. Es un momento complicado y existen amenazas. Pero también hay una gran oportunidad.

VF. ¿Están trabajando entonces de forma conjunta el ministerio y las comunidades autónomas para presentar un frente común?

MM. Sí. Por ejemplo, la cornisa cantábrica ha pactado y ha presentado su frente común y en el ámbito mediterráneo vamos a hacer lo mismo. La PAC tiene que definir un todo y nosotros somos una parte de ese todo. Hay que llegar a acuerdos, no nos vamos a quedar en una postura inmovilista. Sería frustrante hacer el camino solos. Hay que encontrar los matices para unirnos.

Sector citrícola: “Seguir siendo líderes en el sector citrícola y, además, posicionándonos en otros mercados de una manera tan potente no es algo que dependa solo de nosotros ni de nuestra voluntad ni de nuestro trabajo (…). Más allá de los mercados, existen otros factores que están ahí y nos van a condicionar, no podemos dejar como una cuestión de suerte que funcione o no”

VF: Y luego hay que solucionar los problemas de la Comunitat… En su día se buscaron alternativas a los cítricos o a la fruta de hueso que luego se han visto condicionados tanto por la climatología como por el comportamiento de los mercados. ¿Qué alternativas encuentra hoy el agricultor valenciano que quiere seguir en el campo, pero que ve que tiene que cambiar de cultivo?

MM. Aguacate, pistacho, cerezas… Hay cultivos que son interesantes… sabiendo dónde estamos: hay tensión hídrica, hay cambio climático, hay zonas más vulnerables a los fenómenos meteorológicos adversos… Ya no se trata tanto de buscar cultivos alternativos como de estudiar bien la zona. Dentro de los cultivos potencialmente atractivos para el mercado hay que estudiar bien la zona en la que podrían ser exitosos. Para no ir a ciegas, la Conselleria tiene herramientas para poder ayudar en la toma de decisiones.

Somos una gran potencia en frutas y hortalizas. En la mesa de cítricos, por ejemplo, hemos hablado también de la necesidad de rejuvenecer nuestro cultivo para mejorar el volumen de producción y la calidad. Hay que introducir variedades que ayuden a abrir nuevos mercados o a alargar campañas. Al margen de nuevos cultivos o nuevas variedades, todo lo que sea producción ecológica también tiene un mercado muy potente y que va a ir a más.

VF. La superficie de cultivo ecológico en la Comunitat Valenciana es de las que más ha crecido en España…

MM. Hay obligación de cumplir con unos porcentajes. Todo esto tiene que ver con el primer Plan Valenciano de Producción Ecológica 2016-2020. Ahora estamos elaborando el segundo plan y vamos a llegar sobradamente a los porcentajes que Europa exige y que el mercado puede asumir.

VF. Porque el consumo es una parte fundamental en esta ecuación.

MM. Hay una parte fundamental en el trabajo de la Conselleria: dar un salto a la política de alimentación. Hay que hacer política para crear hábitos de alimentación saludable. No hablamos del “mercado” como algo abstracto sino de consumidor al que puedes educar, puedes darle herramientas para que tenga criterios de elección. Desde la Administración pública tenemos esa obligación. Ha habido intentos, pero podemos hacer mucho más: alimentación en los centros escolares o en los hospitales. Trabajamos con las consellerias de Educación y Sanidad para que en los pliegos de contratación de comedores escolares y hospitales se incorporen estos criterios de alimentación saludable.

PAC: “Esta PAC tiene que aspirar a reconocer también al pequeño como necesario (…) es el momento de luchar por hacer más mediterránea la PAC y creo que puede tener éxito si construimos alianzas con otros territorios”

VF. La pandemia ha puesto de relieve la correlación entre alimentación equilibrada y salud…

MM. Totalmente. De hecho, la pandemia ha puesto de manifiesto muchas cosas. Hemos constatado que somos frágiles, mientras que pensábamos que éramos invencibles. Hemos visto que hay una relación directa con el medio en todos los sentidos: tanto en lo que es el servicio esencial de la producción primaria o de los servicios públicos básicos como del respeto por el planeta y de la biodiversidad. Y en esa gran cadena, si uno de los eslabones se toca, todo se trunca. Hay una interdependencia total.

Creo que las lecciones que la pandemia nos ha dado sobre el sector primario marcan el balance de lo que llevamos de legislatura. Y me gustaría que no se olvidaran.

Mireia Mollà trabaja con su equipo para mejorar las estructuras, intentar frenar el abandono de tierras y la despoblación y que los jóvenes se incorporen a la agricultura. / VF

Por ejemplo, veo que se han olvidado los aplausos de las ocho. Y lo paso mal cuando veo las noticias, escucho los datos y me doy cuenta de la mala memoria que tenemos. Quiero pensar que hemos aprendido que el sector primario debe ser defendido, protegido, empoderado y respetado y que, también como consumidores, hemos aprendido. Pero la humanidad a veces nos sorprende negativamente… Espero que no nos llevemos decepciones en este aspecto. Hay una importante masa crítica que ha crecido en valores, mucha gente ha aprendido mucho, pero hay gente que no.

VF. Ha pasado un algo más de año y medio desde que llegó a la Conselleria; ¿cómo ha cambiado su perspectiva sobre el sector desde esa experiencia?

MM. Es un reto enorme porque es uno de los grandes sectores. Tengo tal sensación sobre la importancia, además de la complejidad y además de las oportunidades que representa este sector que lo que más me duele es que no tenga el espacio que debe tener cuando se tratan temas que se consideran de interés general. Que no suscite el atractivo que merece en las personas y en los medios. Es lo que más me duele. Porque me parece un sector más que estratégico. ¿Quién ha salvado las exportaciones? ¿Dónde se ha canalizado la generación de ocupación? Eso es economía. Y no economía lobbista, concentrada, de grandes riquezas y pocas manos… No. Es tan generalizada, vertebra tanto el territorio, crea unas economías de escala tan importantes que es necesario que tenga su espacio y su reconocimiento. Esto que se hace aquí es muy importante, mucho más importante que otras cosas que tienen mejor marketing. Es un pilar fundamental.

VF. El sector ha dado la talla en los momentos más difíciles.

MM. Estábamos muy expuestos al sector inmobiliario y al sector servicios. Y estamos viendo que la solución está en la diversidad, pero pivotando sobre elementos troncales. Para mí, el ámbito industrial, estrictamente hablando, y el ámbito agrario son fundamentales. Y sobre eso, otros sectores productivos. Eso no quiere decir que se pueda ser inmóvil porque seas importante. No, el ámbito agrario es tan importante que no se puede permitir el lujo de pedir reconocimiento y punto. No. Hay que transformarse, adaptarse… Es un sector de los más amenazados y eso conlleva una gran responsabilidad, también desde la Conselleria. Es un sector expuesto a los fenómenos meteorológicos, a los mercados…, hasta a las elecciones americanas.

No es suficiente con empoderarse, hay que adaptarse y trabajar mucho para hacer frente a tantas amenazas.

VF. ¿Esa relevancia se ve reflejada en el reparto presupuestario? ¿Se ha incrementado el presupuesto de la Conselleria?

MM. Ha crecido. Y ha crecido bastante, por encima de la media de la Generalitat. Aunque nunca es suficiente. Es una Conselleria que siempre ha estado diezmada. Partimos de una base terrible. Debería haber diez veces más de presupuesto (sonríe por la exageración). Además, hay una discusión que yo creo que es injusta sobre la parte ambiental y la parte agraria. Y no es verdad. La parte agraria supera con mucho la parte ambiental. Es puro análisis, no es que esté satisfecha. Me gustaría que todas las partes estuvieran bien presupuestadas. A lo que aspiramos es a crecer al año que viene, como mínimo, lo que ha crecido Economía este año.

“Se abre un camino a través de las conclusiones del informe del IVIFA que hace que la interprofesional pueda ponerse a trabajar ya. (…) la conclusión clara es un mensaje a la interprofesional: ‘Ahora es vuestro momento. Por tanto, manos a la obra’”

VF. ¿Algo que le haga sentirse especialmente orgullosa en este periodo como consellera?

MM. Empecé la legislatura siendo muy insistente con el ministro sobre los tratados de libre comercio, todo lo que tenía que ver con la falta de controles en puertos como el de Rotterdam… He debido incidir sobre lo mismo en más de veinte reuniones… Y el ministro, desde hace ya unos meses, cuando llegamos a estos aspectos siempre dice “me habéis hecho cambiar mi postura en este tema y vamos a ser mucho más exigentes en los controles, vamos a pedir los informes de impacto de los tratados firmados…”. Y él siempre dice “me habéis hecho”, pero yo me siento aludida. Aunque es cierto que algunas consejerías, como la andaluza, siempre me apoyaban.

VF. Parece que en las relaciones entre consejerías se piensa más en el sector que en el partido al que representa cada una.

MM. Eso desde luego. Además, en la mayoría tenemos el mismo ámbito de competencias (sector agrario y medio ambiente), salvo en Galicia, de donde vienen dos consejeros, entonces se ha generado un clima de confianza y de trabajo en el que podemos exponer con libertad nuestros argumentos. No percibo lo que en otro tipo de política: todos vamos a una, independientemente de nuestro partido político.

VF. 2021 parecía el número de transición desde un año nefasto, ¿qué titular le gustaría poder dar al final de un año sobre el que se han generado tantas expectativas?

MM. Los agricultores y agricultoras tienen un balance final más compensado porque crece la rentabilidad. Si conseguimos que el eslabón más débil de la cadena acabe bien el año eso significa que también lo harán el resto. Demos el protagonismo a los agricultores: que acabe 2021 y que los agricultores hayan crecido.

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