Un escenario incierto

AgroFresh FRESCOS

El aumento de los costes, las limitaciones logísticas y el cierre de mercados internacionales configuran un escenario complejo para el sector hortofrutícola

El aumento de los costes está afectando a la competitividad de la producción de frutas y hortalizas frescas. / ARCHIVO

Valencia Fruits. Redacción.

El sector europeo de las frutas y hortalizas frescas se enfrenta en la actualidad a unas condiciones comerciales con un alto grado de incertidumbre. Los principales retos a los que se enfrenta el sector son el aumento de los costes y las limitaciones logísticas; el cierre del mercado por los vetos de Rusia, Bielorrusia y Argelia; y las dificultades provocadas por guerra en Ucrania.

Freshfel Europe, en colaboración con Ailimpo, han realizado un estudio en el que se exponen los motivos que han llevado a una disrupción del mercado de frutas y hortalizas tras la covid y bajo las consecuencias de la inestabilidad geopolítica.

El estudio señala que, en los últimos doce meses, el aumento considerable de los costes está afectando significativamente a la competitividad de la producción de frutas y hortalizas frescas y a la cadena de suministro. Se observan porcentajes de dos o incluso tres dígitos en los precios de los insumos de producción (productos fitosanitarios 20-30%, fertilizantes 80% o envases 30-40%), energía (+ 100%), logística (+300%), mano de obra (hasta 15%), inflación (hasta 10%), que están reduciendo hasta un nivel insostenible los ajustados márgenes del sector.

Además, el incremento de los costes logísticos y los problemas de disponibilidad de contenedores limitan la tan necesaria diversificación de las exportaciones. Y en este sentido, los recientes acontecimientos geopolíticos han empeorado la situación con un nuevo aumento de los costes, en particular de la energía, lo que supone una presión adicional sobre la producción en invernaderos.

La demanda está sometida a la presión de los consumidores y los hogares están expuestos al aumento de los costes de la energía. En este contexto, las últimas tendencias del mercado indican un descenso del consumo que podría alcanzar en algunos estados miembros el 10%.

Cierres por vetos

El informe señala que el embargo ruso de 2014 aún no se ha superado del todo. El sector hortofrutícola está soportando más de un tercio de la carga total de las sanciones a nivel mundial, y el 50% de la carga de la UE. El sector ha perdido un mercado de 2.200 millones de euros.

Y en está línea, el embargo de Argelia y, más recientemente, el de Bielorrusia, suponen un nuevo reto para la exportación de productos frescos a los países vecinos de la UE. Todos estos embargos suponen un impacto comercial anual de 3.000 millones de euros, que no se compensa totalmente con la diversificación del mercado.

El reciente embargo de Bielorrusia está perjudicando la estabilidad del mercado de las manzanas (en particular en Polonia), las peras (sobre todo en Bélgica) y el caqui (principalmente en España). Las existencias de manzanas siguen siendo elevadas en febrero con 3,6 millones de toneladas. Por ello, Freshfel Europe apoya la necesidad de un plan de retirada selectiva de manzanas en Polonia centralizada a través de organizaciones de productores. Mientras que el mercado de las peras presentaba unas perspectivas positivas, el cierre del mercado bielorruso está ejerciendo presión sobre la segunda categoría para el final de la temporada. La retirada podría dedicarse a abastecer los campos de refugiados.

Guerra en Ucrania

Las exportaciones de la UE a Ucrania rondan las 200.000 toneladas, principalmente procedentes de Polonia y Grecia. Los productos incluyen manzanas y peras, cítricos, kiwis, melocotones y nectarinas, así como tomates y cebollas. La inestabilidad en la región pone en entredicho un tamaño de mercado cercano a los 9 millones de toneladas de abastecimiento mundial: Rusia (más de 7 millones de toneladas), Ucrania (1,2 millones de t) y Bielorrusia (650.000 t).

Los principales proveedores de estos tres países son Turquía (1,8 millones de toneladas), Ecuador (1,6 millones de t), Egipto y Azerbaiyán (500.000 t cada uno), China (400.000 t), Moldavia y Sudáfrica (300.000 t cada uno), Marruecos, Polonia, Argentina (250.000 t cada uno), Kazajstán, Serbia y Costa Rica (150.000 t cada uno), España, Chile, Grecia y Países Bajos (75.000 t cada uno).

El informe señala que el comercio está paralizado por los problemas financieros, económicos y logísticos como la exclusión de varios bancos rusos del sistema Swift; la devaluación de las monedas; la suspensión del seguro de crédito; la inestabilidad financiera de las empresas de las regiones con consecuencias para sus proveedores; el aumento de los controles de mercancías para comprobar el cumplimiento de las sanciones, lo que repercute en la reexportación de productos frescos a través del centro europeo; la logística en suspenso con las principales empresas de contenedores y frigoríficos que ya no hacen escala en el puerto ruso del Báltico ni en el del Mar Negro.

Como resultado de la paralización se esperan varias consecuencias graves para el muy sensible mercado de las frutas y hortalizas. Los antiguos proveedores de estos países pueden plantearse reposicionar masivamente su volumen hacia el mercado “abierto” de la UE. Esto podría incluir a Turquía, Egipto, Marruecos, Moldavia, Serbia, así como a los países del hemisferio sur (Sudáfrica, Argentina, Chile, Brasil,…) que inician la “contratemporada” de exportación. Por ello, desde Freshfel Europe indican que es necesario un estrecho seguimiento de las mercancías flotantes que pueden desviarse a los mercados de la UE sin clientes fijos, y una mayor vigilancia, ya que la inestabilidad podría durar meses. Un pequeño volumen que desestabilice el mercado podría provocar una gran caída de los precios. La fruta “sin techo” podría tener grandes efectos en el mercado.

Se ejercerá una mayor presión sobre los mercados de la UE con un consumo decreciente. Los precios de consumo subirán por el aumento de costes previsto y la inflación bajará la calidad con un mayor volumen de producto de segunda clase o de variedades específicas normalmente exportadas a los tres destinos ahora cerrados y no adaptados para los mercados de la UE. Esto podría afectar a los mercados orientales de la UE, con posibles extensiones en los mercados occidentales.

Freshfel Europe apunta que debería considerarse establecer un mecanismo de estabilidad del mercado y ayudar, en particular, a los más afectados por el embargo/cierre del mercado con un plan de retirada para la distribución en los campos de refugiados, pero también en otros mercados alternativos (escuelas, organizaciones benéficas, biogás, etc.). El esquema debe ser implementado de manera ordenada a través de OP’s y además y no compitiendo con el volumen existente ya destinado a estos puntos de venta.Así, existen mayores riesgos de bajar los precios debido al exceso de oferta siendo muy difícil hacer frente al aumento de los costes.

La guerra también traerá otras consecuencias. El sector de hortofrutícola europeo es muy dependiente de los temporeros procedentes de Ucrania que pueden no estar disponibles durante semanas o meses. El acceso a recursos humanos cualificados para los huertos y los almacenes es clave en algunos estados miembro de la UE.

Se producirá una escasez de conductores de camiones procedentes de Ucrania, mientras que el transporte interior de la UE está bajo presión con recursos humanos limitados.

Además habrá que evaluar el impacto en la logística resultante del negocio de importación/exportación desde y hacia la región, así como la esperada desaceleración del tráfico en la Ruta de la Seda, que podría influir en el negocio de los contenedores y su disponibilidad.