España lidera un proyecto europeo para crear pesticidas verdes a partir de residuos biológicos

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El proyecto CropSafe, coordinado por la Universidad de Alicante, busca desarrollar biopesticidas eficaces contra plagas en cultivos clave como la patata, el tomate y el plátano, utilizando posos de café, algas y biomasa forestal

La iniciativa apuesta por el aprovechamiento de residuos biológicos, como posos de café usados, biomasa forestal y acuática, para generar alternativas sostenibles y menos tóxicas. / ARCHIVO

Valencia Fruits. Redacción.

España, Italia, Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Suiza se han unido en un ambicioso proyecto europeo para desarrollar pesticidas verdes que sustituyan a los productos químicos sintéticos actualmente empleados contra plagas y patógenos agrícolas. La iniciativa, denominada CropSafe, apuesta por el aprovechamiento de residuos biológicos, como posos de café usados, biomasa forestal y acuática, para generar alternativas sostenibles y menos tóxicas.

El proyecto, financiado con fondos europeos, ha arrancado recientemente bajo la coordinación del Grupo de Investigación de Fitopatología de la Universidad de Alicante (UA), uno de los referentes internacionales en este ámbito. El grupo está dirigido por el profesor Luis Vicente López Llorca y cuenta también con la participación del doctor Federico López Moya, profesor titular de la UA.

Pesticidas verdes con baja huella de carbono

El principal objetivo de CropSafe es obtener materiales bioactivos de baja huella de carbono a partir de biomasa, capaces de combatir las plagas agrícolas con una efectividad equiparable a los plaguicidas de síntesis química. Se trata de una línea de investigación pionera en España, alineada con las estrategias europeas de sostenibilidad y economía circular, que promueven la reducción progresiva del uso de pesticidas nocivos.

Según los investigadores, la biomasa representa un recurso de alto valor aún poco aprovechado. “Los compuestos o restos derivados de procesos industriales o de la actividad agrícola pueden emplearse como biopesticidas, algunos directamente y otros mediante formulaciones combinadas”, explican López Llorca y López Moya.

Tres cultivos clave bajo amenaza: patata, tomate y plátano

El consorcio de CropSafe ha identificado tres cultivos esenciales para la seguridad alimentaria especialmente afectados por plagas: la patata, el tomate y el plátano.

En el caso de la patata y el tomate, el enemigo principal son los nematodos, pequeños parásitos con forma de lombriz que atacan las raíces y pueden reducir las cosechas de tomate hasta en un 65 %. Por su parte, las plataneras se enfrentan a una pandemia global causada por el picudo negro y el hongo Fusarium oxysporum, patógeno que asfixia a las plantas y para el que no existe tratamiento eficaz, amenazando la supervivencia del cultivo a escala mundial.

De los posos de café al campo: bioproductos de origen sostenible

Tres biorrefinerías ubicadas en Noruega y Dinamarca aportan al proyecto subproductos derivados de la pulpa de papel, algas marinas y posos de café usados, que sirven como materia prima para generar nuevos bioproductos experimentales. Estos serán ensayados en laboratorio y testados en explotaciones agrícolas como potenciales pesticidas verdes.

En Reino Unido, los ensayos se centrarán en la patata; en Italia, el Consiglio Nazionale Delle Ricerche —equivalente al CSIC español— y la Universidad de Alicante trabajarán sobre el tomate; y en Canarias, el Grupo Regional de Cooperativas Plataneras (Coplaca) y la UA los aplicarán en el plátano, frente al picudo negro y el hongo Fusarium.

Resultados prometedores y control biológico

Además, el proyecto incorpora el uso de microorganismos antagónicos a los patógenos, conocidos como agentes de control biológico. En el laboratorio del Grupo de Fitopatología de la UA se investiga el comportamiento de un hongo nematófago que, al crecer en contacto con la biomasa, produce metabolitos con potencial para aplicarse directamente en los cultivos.

Según los investigadores, CropSafe no solo busca soluciones eficaces contra las plagas, sino también revalorizar residuos de biomasa que actualmente suponen un problema de gestión y generan impacto ambiental. Los primeros resultados en laboratorio son prometedores, habiéndose identificado productos con propiedades bioactivas contra varias de las plagas objetivo.