La superficie dedicada al cultivo del cáñamo se ha multiplicado por ocho desde 2016 y ha pasado de 61 a 510 hectáreas

El cáñamo se ha cultivado a lo largo de la historia como fuente de fibra para uso textil o papel. / ARCHIVO
Efeagro.
Según los datos de 2020 del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega) sobre superficie de “cáñamo para fibra” declarada en la solicitud única de la PAC, la superficie dedicada a este cultivo se ha multiplicado por ocho desde 2016 y ha pasado de 61 a 510 hectáreas.
A pesar de que aún se trata de una extensión pequeña dentro de los cultivos industriales, el interés por esta producción es creciente, según ha indicado un comunicado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Cultivo histórico
El cáñamo se ha cultivado a lo largo de la historia como fuente de fibra para uso textil o papel, para la obtención de productos alimentarios, con fines medicinales o para usos cosméticos.
Sin embargo, debido a la posible presencia de principios estupefacientes en la planta de cannabis, el productor de cáñamo debe ser “plenamente consciente” de la normativa aplicable en torno a su cultivo, de qué finalidades se encuentran permitidas y de las obligaciones que tiene que cumplir, según el MAPA.
Cultivo regulado
En la actualidad existe un interés creciente por el cultivo de cáñamo y, en particular, por su contenido en cannabidiol (CBD), un fitocannabinoide extraído de esta planta cuya obtención está sujeta a restricciones normativas que están provocando una multiplicación de las consultas existentes en torno al cultivo.
De ahí que la nota informativa elaborada por el MAPA recoja la normativa legal que regula la producción, las finalidades permitidas, los condicionantes existentes y las obligaciones que deben cumplir los cultivadores.
El documento, elaborado en colaboración con las administraciones agrarias de las comunidades autónomas, con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), perteneciente al Ministerio de Sanidad, y con la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, da respuesta a las dudas existentes y orienta, por un lado, a los agricultores que decidan implantar este cultivo bajo las finalidades que permite la actual regulación; por otro, a técnicos que hayan de dar respuesta a las consultas crecientes en relación a este producto.